Si frenas una plaga financiera, surge otra
La recomendación a los bancos de que se apoyen en el dinero de empresas y grandes patrimonios se ha vuelto dependencia
Gran Bretaña eliminó los lobos hace más de un siglo porque comían ovejas y, a veces, humanos. Los ciervos, sin un depredador ápice, se multiplicaron y acabaron con la biodiversidad. Ahora se pide que vuelvan los lobos. Es una lección para el sistema financiero.
Véanse Credit Suisse y SVB. Hace 15 años, quedó claro que la costumbre de los bancos de financiarse generosamente con préstamos volubles y a corto plazo de inversores financieros se había vuelto un problema (Lehman Brothers, Northern Rock). Así que los reguladores revisaron sus herramientas, animando a los bancos a apoyarse en fuentes de efectivo supuestamente fijas, como hogares y empresas.
Manipular el ecosistema promovió un periodo de calma, pero ha tenido consecuencias imprevistas. Los depositantes corporativos y adinerados han resultado volubles. Los de SVB intentaron retirar 42.000 millones de dólares en un día. Los depósitos de Credit Suisse cayeron más de un tercio en octubre-diciembre de 2022, ante la huida de los clientes de gestión de patrimonios. Los clientes de banca corporativa y privada también pueden retirar su dinero en minutos.
Las viejas técnicas de control de plagas no funcionarán esta vez. Tras la última crisis, la normativa de Basilea exige a los bancos que mantengan suficientes activos líquidos para cubrir toda su financiación mayorista, como si se pudiera recurrir a cada céntimo a la vez. Para los depósitos de empresas que superan las garantías nacionales de depósito, normalmente solo deben mantener un 40% en activos líquidos, y un 10% si el cliente es de “alto patrimonio neto”.
Lo lógico sería elevar esas ratios al 100%, o así. Equivaldría a sacrificar a los ciervos que se han desbocado por la campiña. Pero si los reguladores empezaran a pedir a los bancos un respaldo al 100% con instrumentos líquidos en vez de préstamos, les quedaría poco margen para prestar.
No hay respuesta fácil, y el problema es urgente. La banca online ha facilitado la retirada de efectivo, y las redes amplifican el pánico financiero. Está claro que los depósitos pueden pasar rápido de amigos a enemigos. Pero reguladores y políticos deberían recordar que eliminar los depredadores trae nuevos problemas. Es mejor convivir con ellos, y estar preparados para perder alguna que otra oveja.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías
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