Las tribulaciones del FROB por su participación en CaixaBank
El organismo atesora un 17% del capital. Se trata del porcentaje correspondiente al Estado, resultante de la ecuación de canje pactada con Bankia
El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) se abstuvo el viernes en la junta general de accionistas de CaixBank a la hora de refrendar las retribuciones de la cúpula de la entidad, en la que atesora un 17% del capital. Se trata del porcentaje correspondiente al Estado, resultante de la ecuación de canje pactada con Bankia para la integración. Aunque el organismo no confirmó oficialmente la dirección de su voto, los números son claros.
No es la primera vez que el FROB, que sigue en sus posiciones las indicaciones del Gobierno de turno, emite un voto de castigo a las remuneraciones de la cúpula de la entidad bancaria. De hecho, ya planteó una tajante negativa en el año 2021, recién culminada la fusión y con el ajuste de plantilla en marcha, tras las críticas lanzadas por la vicepresidenta primera, Nadia Calviño.
“Se trata de unas remuneraciones que no se corresponden en absoluto con la situación económica de nuestro país, y menos aún en entidades que están anunciando fuertes recortes de personal y cierre de oficinas”, aseveró entonces la ministra, sin reparar aparentemente en que su propio departamento había dado luz verde a la operación que tanto le incomodaba en sus consecuencias más básicas. La posición en estos años ha fluctuado según el momento político.
La decisión tomada en esta ocasión por el FROB parece basarse en los mismos planteamientos ideológicos, después de que el Ejecutivo haya sido especialmente crítico con las ganancias del sector, al punto de plantear un impuesto para compensar los beneficios extraordinarios derivados de la subida de tipos. En cualquier caso, el movimiento choca esta vez con los planteamientos de los asesores de voto (proxy advisors), tradicionalmente los más críticos a la hora de revisar las políticas de remuneraciones de la casa y esta vez favorables a las mismas. Los accionistas son muy libres de votar lo que estimen oportuno. Sin embargo, el Ministerio de Asuntos Económicos tiene una reflexión importante que hacer sobre el papel del Estado en una entidad privada como CaixaBank.
Llamó la atención en su día que el Gobierno no fijara un plan de salida a la hora de rubricar la fusión con Bankia. El Ejecutivo haría bien en explicar la hoja de ruta sobre esta inversión, que le mantiene como accionista de uno de los grandes bancos del país. Las pérdidas, en cualquier caso, nunca se recuperará del todo.
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