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Del boom de Nvidia a la batalla de los chips: IA, semiconductores y aranceles

La compañía ha superado los 4 billones de dólares en bolsa en un contexto de tensiones geopolíticas y concentración bursátil

Nvidia ya no solo diseña chips; marca el ritmo de los mercados. La tecnológica estadounidense acaba de convertirse en la primera cotizada del mundo en alcanzar una capitalización de cuatro billones de dólares, un hito que ilustra mejor que ningún otro cómo la inteligencia artificial está impulsando la nueva economía. Solo en el mes de junio, sus acciones subieron un 17% y en lo que va de año, su revalorización se acerca al 21%. ¿Seguirá la misma tendencia?

Este rally bursátil que ha protagonizado Nvidia se enmarca en un contexto de alta concentración en los índices y de más incertidumbre por la política arancelaria de Donald Trump. De hecho, desde las semanas intensas de más volatilidad y números rojos tras el “Día de la Liberación”, Wall Street ha conseguido pasar en junio de caídas a máximos históricos, especialmente por el sector de los semiconductores -se ha revalorizado un 16% en el mes- y por la tecnología, que ha subido un 6%.

La concentración tecnológica domina el mercado

Hace unos años no parábamos de hablar de “Las Siete Magníficas”, una etiqueta que refleja bien cómo gran parte de las subidas en los mercados se concentra en unos pocos nombres. A comienzos del año pasado, Marta Campello, socia y gestora de fondos en Abante, recordaba al ver los nuevos máximos del Nasdaq y del S&P 500 que la preocupación que estaba surgiendo en el mercado tenía que ver con los altos niveles de concentración de “Las Siete Magníficas”, ya que pesaban algo más del 30% de la bolsa estadounidense, algo “que nunca habíamos visto de unas pocas compañías”.

Y ahora el escenario es parecido, aunque más concentrado en una sola acción: Nvidia. Tal y como explica el equipo de selección de fondos de Abante en la Visión de mercados del mes de junio, los máximos históricos que ha marcado el Nasdaq durante el mes pasado han sido por una subida muy concentrada: “Solo el 10% de los valores del índice recuperaron sus niveles máximos previos y, en el caso del S&P 500, el porcentaje fue menor. Tan solo 22 compañías se encontraron en máximos históricos, alcanzando un 4,4%. El mercado siguió siendo estrecho y dominado por un grupo reducido de compañías de gran capitalización”.

Además de Nvidia, a estos grandes nombres se les suma también Broadcom, diseñador, desarrollador, fabricante y proveedor estadounidense de productos de software de infraestructura y semiconductores, además de Meta, Microsoft o Amazon. Es decir, las mayores subidas del mes han estado entre los semiconductores y las compañías de software de infraestructura.

Si nos fijamos en el MSCI ACWI Information Technology, el índice que aglutina a las compañías tecnológicas a nivel mundial, el peso por industrias dentro de la tecnología se repartía -en marzo de 2025- principalmente entre tres. Semiconductores suponía el 35,8%, con Nvidia, Broadcom, ASML y TSMC a la cabeza; software, el 32%, con nombres como Oracle, Salesforce y Microsoft; mientras que hardware representaba el 27,7%, con Apple, HP o Dell, entre otros. Y si analizamos la rentabilidad por estas subindustrias lo que se ve es que el comportamiento era bastante similar hasta que en diciembre de 2023 los semiconductores empezaron a despuntar.

Del veto a la adaptación: cómo responde Nvidia al nuevo tablero global

Detrás de este ascenso está la explosión de la IA y el aumento exponencial de la demanda de chips para servidores, modelos generativos y procesamiento de datos. Precisamente, los resultados que presentó Nvidia a finales de mayo confirman esta tendencia. Sus ingresos crecieron un 69% en el primer trimestre de su ejercicio fiscal y su beneficio aumentó un 26% y, en palabras de su CEO, Jensen Huang, “la demanda global de la infraestructura de IA de Nvidia es increíblemente fuerte”. Y es que la compañía tiene, entre sus principales clientes, a cuatro de los grandes gigantes tecnológicos del momento: Microsoft, Amazon, Alphabet y Meta.

Durante este ejercicio, Nvidia ha afrontado varios sobresaltos. A comienzos de año llegó a perder 600.000 millones de dólares de capitalización en una sola jornada por la irrupción de DeepSeek, el modelo chino de inteligencia artificial generativa que planteaba un modelo similar a ChatGPT, pero con una inversión mucho menor, lo que disparó las dudas entre los inversores sobre la viabilidad del modelo de negocio de Nvidia.

Tras este batacazo bursátil llegó uno nuevo, esta vez por motivos políticos y comerciales. En abril, la administración Trump vetó la exportación del chip H20 de Nvidia a China –junto a otros circuitos de capacidad similar–, al imponer la exigencia de una licencia especial cuya aprobación se considera improbable. Esta prohibición se anunció por un tiempo “ilimitado” y supuso un cargo de 4.500 millones para la compañía por exceso de inventario.

Ahora, a la espera de que Trump pueda anunciar gravámenes a la industria de los semiconductores, Nvidia ya ha asumido este veto en sus previsiones y está explorando alternativas para seguir operando en el país asiático. Al mismo tiempo, avanza en la relocalización de su producción, con planes para fabricar chips en Arizona y ensamblar supercomputadoras en Texas.

En este contexto, con la compañía adaptándose a un entorno más incierto, lo único claro es que podríamos volver a ver caídas significativas en la acción y que resulta imposible anticipar cómo reaccionará el mercado si Trump termina aplicando nuevos aranceles. Tampoco sabemos qué países serán los siguientes en recibir sus cartas ni cuál será la magnitud real de las medidas. Lo que sí han demostrado los mercados es que han aprendido a convivir con Trump y a digerir que puede decir una cosa y la contraria en el mismo día.

Con todo, hay algo que no cambia: el sector de los semiconductores y la inteligencia artificial sigue siendo uno de los grandes motores del mercado. Con un potencial transformador enorme y una cadena de valor global en plena evolución, esta carrera no se corre en solitario: junto a Nvidia, hay decenas de compañías compitiendo por liderar la próxima gran revolución tecnológica.

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