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¿Es el momento de invertir? De las estadísticas a los objetivos personales

Con el mercado subiendo y el ruido geopolítico de fondo, la clave es tener un plan

Alguien dijo… ¿Aranceles? ¿Conflicto en Oriente Medio? Los mercados financieros encaran la segunda mitad del año sin prestar mucha atención al escenario geopolítico. Tras unas semanas muy volátiles, de caídas y de más incertidumbre después del famoso “Liberation Day” de Donald Trump, los mercados se han recuperado y, en el caso de Estados Unidos, han pasado de mínimos a máximos históricos.

Así, al cierre de junio, Wall Street se anotaba subidas del entorno del 5% en el caso del S&P 500 y del Nasdaq -tras haber tenido muy buen mes en junio-, mientras que la mayoría de los índices europeos acumulan subidas de doble dígito en el año, a pesar de haber tenido caídas durante el mes anterior. En concreto, el Ibex 35 es el índice que más ha subido -se ha revalorizado un 20,67% y ha firmado su mejor semestre desde 1998-. El Euro Stoxx se ha anotado cerca de un 9% y el índice mundial, en moneda local, un 6%.

Para Marta Campello, socia y gestora de fondos en Abante, nada de lo que está sucediendo en el ámbito geopolítico está afectando a los inversores: “Han acudido, de nuevo, en masa al mercado, aprovechando ese ajuste en las valoraciones que provocaron las caídas del mes de abril”. En este sentido, Campello también explica en el último vídeo mensual de mercados que en junio se han roto las dinámicas que estábamos viendo durante el año.

“Hasta mayo hablábamos del liderazgo de Europa y de los sectores más value o incluso defensivos. Sin embargo, en junio el mercado cambió: la bolsa estadounidense volvió a ganar protagonismo y la tecnología brilló de nuevo”, añade Campello.

¿Seguirá la misma tendencia este mes de julio? ¿Veremos un mes tranquilo en agosto? Por el momento, los inversores miran de reojo al próximo 9 de julio, que es el día en el que -supuestamente- expira el plazo de la prórroga de 90 días que anunció Trump para la imposición de aranceles a Europa. Pero más allá de la parte comercial, el foco del mercado también estará en la política monetaria. ¿Qué harán los bancos centrales?

El Banco Central Europeo celebrará su siguiente reunión los días 23 y 24 de julio, tras haber bajado los tipos de interés por octava vez en este ciclo, hasta situarlos en el 2%. La Reserva Federal de Estados Unidos, por su parte, se reunirá el 29 y 30 de julio. Aunque la Fed ha mantenido los tipos estables durante el primer semestre, empiezan a crecer las probabilidades de que se produzca algún movimiento en los próximos meses, quizás en septiembre. En agosto, como cada año, los bancos centrales tendrán también su cita en Jackson Hole, un foro de referencia que, aunque suele ser más mediático que decisivo, podría ofrecer alguna señal sobre los próximos pasos de las políticas monetarias.

A la espera de lo que termine pasando, lo que la serie histórica nos dice es que julio suele ser uno de los meses más alcistas del año para el S&P 500, si tomamos la media de los últimos 100 años. Aunque ya sabemos que las estadísticas no siempre se cumplen, como que agosto suele ser un mes tranquilo en el que baja drásticamente el volumen de negociación.

Asesoramiento financiero para momentos de cambio

Ante este escenario, muchos ahorradores se preguntan si es buen momento para empezar a invertir, mientras que muchos inversores pueden estar pensando en incrementar sus posiciones ahora, antes de que la bolsa siga subiendo. ¿Es realmente un buen momento? ¿Hay que fijarse tanto en lo que está pasando? ¿Cuál es la clave para tomar buenas decisiones de inversión?

La clave está en mirar más allá del corto plazo y centrarnos en nuestros objetivos. Lo importante no es tanto acertar el mejor momento para invertir como tener un plan adaptado a nuestras necesidades, a nuestro perfil de riesgo y a nuestro horizonte temporal. Un plan que nos permita mantener el rumbo, incluso cuando los mercados se mueven con intensidad.

Invertir es un medio para lograr lo que queremos en el futuro. Por eso es fundamental que cada decisión que tomemos esté alineada con nuestros objetivos vitales y financieros. Esto nos ayuda a evitar que nos dejemos llevar por las emociones del momento o por los movimientos del mercado y a construir carteras que tengan sentido en el largo plazo.

El verano es, además, un buen momento para reflexionar sobre todo esto. Dedicar un tiempo a revisar nuestro plan, plantearnos si responde a nuestras necesidades actuales y, si es necesario, actualizarlo con ayuda de un asesor financiero, puede marcar la diferencia en el largo plazo.

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