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Cómo afecta la geopolítica a los mercados financieros

Huir del ruido mediático y del corto plazo, clave para invertir este 2025

Si algo nos ha demostrado la historia es que en el mundo siempre pasan cosas y que los mercados siempre están en movimiento. En los últimos años hemos vivido acontecimientos -a nivel geopolítico- que han provocado cierta volatilidad en los mercados financieros. A la invasión rusa de Ucrania o la guerra entre Israel y Palestina hay que sumarle otras realidades, como la evolución de los tipos de interés y el hecho de que hayamos vivido uno de los años más intensos de la historia a nivel electoral, con 74 países llamados a las urnas en 2024.

Pero, sin lugar a duda, las elecciones que más han centrado la atención del inversor y de los medios de comunicación, a nivel mundial, han sido las de Estados Unidos. La victoria de Donald Trump del pasado 4 de noviembre se hizo notar, especialmente en la bolsa estadounidense y en las acciones tecnológicas, pero ha sido a partir de su toma de posesión, hace poco más de un mes, cuando el cambio político a nivel mundial se está haciendo más evidente y convulso, al menos en lo relativo a la dialéctica.

Los mercados no solo reaccionan a los conflictos bélicos, sino también a cambios en la política económica. La vuelta de Trump a la Casa Blanca ha reactivado viejas heridas y debates que van desde la parte más comercial y económica, hasta lo geopolítico, social y humanitario: el impacto de sus políticas arancelarias y la guerra comercial como consecuencia o sus conversaciones con Rusia y con Ucrania para poner fin a la guerra.

Pero ¿realmente afectan las políticas de Trump a los mercados? Manuel Rodríguez, selector de fondos de renta fija en Abante, explica en su tribuna en Cinco Días que son muchos los economistas que sugieren que los aranceles “podrían empeorar la inflación, aumentar los costes a las empresas y lastrar el crecimiento, algo que el mercado lo aprecia como un riesgo, aunque confía en que el presidente de Estados Unidos utilizará la política arancelaria como herramienta de negociación”.

Y es que los movimientos que estamos viendo estos días en los mercados tienen poco que ver con la macro y mucho con la política. Y lo que el mercado está interpretando y teniendo en cuenta son las implicaciones que pueden tener los aranceles a largo plazo para algunas industrias, como es el caso de la automovilística. Y aquí, el cambio de narrativa está jugando un papel importante, ya que estamos viendo cómo ciertos sectores sufren en bolsa o suben en función de si se anuncia la entrada en vigor de los aranceles o de si al final hay una pausa y se abre un tiempo para negociar.

Con todo, la bolsa estadounidense ha empezado marzo con caídas que rozan el 3% y en el año la peor parte se la lleva el Nasdaq Composite, que es el índice que más sufre (pierde más de un 6%). Los números rojos se han ido intensificando a medida que pasaba esta semana al calor de los vaivenes en los aranceles, los resultados de algunas compañías tecnológicas y las dudas sobre el crecimiento económico estadounidense. Rodríguez, en la tribuna, explica que estamos viendo más volatilidad y dispersión en las acciones individuales, especialmente entre las que mejor comportamiento tuvieron en años anteriores, como las denominadas siete magníficas y las relacionadas con la inteligencia artificial y la industria de semiconductores. Y frente a ese comportamiento, Europa y emergentes estaban destacando positivamente en el año, especialmente el Viejo Continente.

Los mercados europeos han reaccionado muy positivamente al ambicioso plan que anunció este miércoles Alemania (hay que recordar que el país germano supone el 25% del PIB de la Unión Europea). Un programa de inversión de 500.000 millones de euros para impulsar y reconstruir sus infraestructuras durante los próximos 10 años, que ha llegado a la par que la UE aprobaba y daba a conocer su plan de 800.000 millones de euros para rearmar Europa.

Lo que ha llegado también a final de esta semana ha sido la reunión del Banco Central Europeo. El organismo ha cumplido con el guion esperado y ha bajado los tipos de interés en 25 puntos básicos, hasta el 2,50%, el nivel más bajo desde hace más de dos años, pero ha cambiado su mensaje. La decisión de este jueves no ha sido unánime y ha lanzado el mensaje de que los tipos van a bajar menos de lo esperado y, además, de manera más pausada, lo que ha dejado ciertas dudas en los mercados europeos, que se están viendo arrastrados, además, por Wall Street.

La importancia de mantenerse invertidos con carteras diversificadas

Los mercados se pasan la mayor parte del tiempo subiendo, explica un estudio publicado por Hartford Funds. De hecho, señalan que, en los últimos 91 años, los mercados han estado en positivo el 77% del tiempo. Además, explican que cada 3,6 años, estadísticamente, vivimos un mercado bajista, pero esto no quiere decir que vivamos una recesión. Desde 1928 hemos vivido 25 mercados bajistas, de los cuales solo 14 fueron recesiones.

¿Qué nos quiere decir la estadística? ¿Podemos esperar este 2025 un mal año de mercado? Tras las fuertes caídas generalizadas de 2022, los dos últimos ejercicios han sido muy positivos para los mercados financieros, aunque con notables diferencias a nivel geográfico y sectorial, sobre todo en 2024. ¿Significa que 2025 va a ser un buen año? Lo que hemos aprendido de la historia es que las estadísticas no siempre se cumplen, que esperar lo inesperado es siempre una buena idea y que la bolsa, a largo plazo, siempre sube. Y lo que sabemos también, como recuerda Marta Campello, socia y gestor de fondos en Abante, es que nadie tiene la bola de cristal para tratar de adivinar qué va a hacer el mercado.

Por el momento, hay que analizar y ver lo que está pasando en este primer trimestre del año en los mercados de renta variable y de renta fija, los resultados empresariales, los movimientos de los tipos de interés y cómo están impactando las noticias más políticas. Sobre esto, Rodríguez habla en la tribuna de que el aumento de la dispersión y la volatilidad de los últimos meses indica que el mercado no es complaciente en general y que, aunque en su conjunto está tranquilo, merece la pena mantener un enfoque prudente. “Nuestro posicionamiento favorece una cartera diversificada y equilibrada, cierta sobreponderación a Europa y exposición a activos defensivos que aportan estabilidad a las carteras”, añade.

La clave está en tener una buena estrategia de inversión y en no dejarse llevar por el corto plazo y por el nerviosismo del momento. “Es fundamental saber convivir con la incertidumbre”, subraya Campello. En el mundo siempre van a pasar acontecimientos, pero a la hora de invertir, “tenemos que permanecer seguros de nuestra estrategia y mantener el largo plazo, centrándonos en trazar la mejor estrategia de inversión basándonos en nuestros objetivos personales, nuestro horizonte temporal y nuestro perfil de riesgo”, explica la gestora de fondos.

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