Las tensiones comerciales reavivan las dudas y frenan el avance de las Bolsas
Powell permite suavizar el golpe del S&P 500 en una sesión de fuerte inestabilidad. El Ibex escapa a las caídas y se mantiene en los 15.500 puntos
Las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos vuelven a escalar. Tras los intentos del presidente estadounidense, Donald Trump, de enfriar los ánimos y matizar el anuncio de nuevos aranceles, ahora es Pekín quien responde. El país asiático ha impuesto sanciones a las filiales estadounidenses del gigante surcoreano Hanwha Ocean, dando un paso más en la disputa por el control marítimo. Y, en declaraciones al Financial Times, el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, acusó a China de intentar dañar la economía mundial y poner en riesgo las cadenas de suministro con sus controles a la exportación de tierras raras y minerales críticos. El pulso entre ambas potencias vuelve a sacudir a los mercados.
Las Bolsas, que venían disfrutando de un momento dulce, hacen una pausa. El cruce de amenazas y declaraciones ha reavivado el temor a una guerra comercial prolongada. A medida que el tono se endurece, los gestores reducen su exposición a activos de riesgo, como la renta variable o las criptomonedas, mientras el índice de volatilidad Vix repunta hasta los 20 puntos, niveles del pasado viernes, cuando Trump amenazó a China con elevar los aranceles.
Con todo, Wall Street, que arrancó la jornada con caídas superiores al 1%, intenta la remontada. Minutos después de que el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, reconociera que los riesgos para el mercado laboral han aumentado, las expectativas de un recorte de las tasas en dos semanas aumentaron. Powell ha admitido que estaría dispuesto a respaldar una nueva reducción y, así, el S&P ha reducido los números rojos para caer un 0,16%, mientras el Nasdaq limita las pérdidas al 0,76% y el Dow Jones rebota un 0,44%. Las promesas de tipos más bajos y los buenos resultado de la gran banca ayudan a amortiguar el golpe en una sesión marcada, también, por las advertencias de los gestores sobre el riesgo de burbuja en torno a la inteligencia artificial. El que no consigue sacudirse las pérdidas es el bitcoin, que cede más de un 1,55%, hasta los 113.480 dólares.
A medida que el nerviosismo se disipa en Nueva York, los mercados europeos también abandonaron las posiciones más pesimistas, y la Bolsa española ha vuelto a mostrar su resiliencia. Tras una sesión de vaivenes, el Ibex 35 concluye la jornada con un alza del 0,29% y logra salvar los 15.500 puntos. Los analistas ya lo advertían: mientras el tono de los mercados se mantuviera constructivo, el índice español tenía margen para avanzar. Las nuevas tensiones, sin embargo, han vuelto a poner a prueba esa resiliencia.
La Bolsa francesa también ha moderado los recortes, impulsada por los esfuerzos del primer ministro para devolver la estabilidad política. El Cac 40 ha cerrado con un descenso del 0,18%, frente al 1% que llegó a perder en los momentos de mayor tensión. Más que el efecto arrastre de Wall Street, ha pesado el compromiso de Sébastien Lecornu de suspender la aplicación de la reforma de las pensiones, gesto que le ha permitido ganarse el crucial apoyo del Partido Socialista. La perspectiva de un gobierno mínimamente estable ha aliviado al mercado de deuda: el rendimiento del bono francés a 10 años baja al 3,4%, mínimos desde agosto, y la prima de riesgo ha bajado cinco puntos básicos, a 78,5. El euro también se beneficia del clima más estable y recupera los 1,16 dólares.
El Dax alemán, el otro índice más castigado por las tensiones comerciales, limita las caídas al 0,6% mientras el Euro Stoxx 50 baja un 0,3% y el FTSE británico avanza un 0,10%. Los analistas de Lombard Odier IM reconocen que la escalada comercial ha sacudido a los mercados. Con las Bolsas en zona de máximos, el margen de error es mínimo: cualquier traspié puede hacer que todo se tambalee. Así, mientras persistan las tensiones entre China y Estados Unidos, anticipan que la volatilidad seguirá al alza.
El recrudecimiento de las tensiones llega a las puertas de la reunión que prevén mantener este mes el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo chino, Xi Jinping. Aunque los funcionarios de ambos gobiernos insisten en que el diálogo sigue abierto, las declaraciones de las últimas semanas han disparado las alertas. Las disputas por el control marítimo son un frente más en la creciente rivalidad entre ambas economías. En las últimas semanas, China había endurecido los controles a las exportaciones de tierras raras —componentes esenciales en la era de la inteligencia artificial—, mientras que Washington ha limitado el acceso de Pekín a chips avanzados y Trump amenaza con imponer un arancel adicional del 100%.
El mercado de materias primas, por su parte, no puede permanecer ajeno a la sacudida comercial. Mientras activos seguros como el oro aceleran las ganancias y marcan un nuevo máximo al filo de los 4.150 dólares, el Brent baja un 1,47%, hasta los 62,39 dólares. Los temores de desaceleración económica llegan en un momento en el que el mercado hacía esfuerzos por digerir el aumento de la producción del crudo. Desde que a comienzos de año la OPEP+ diera un giro en su estrategia y decidiera devolver al mercado la producción retirada en 2023, el exceso de oferta ha seguido presionando a la baja los precios del oro negro.
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