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Los analistas creen incierto que la oferta alcance el 50% ante el reclamo del dividendo por TSB

Los expertos no descartan que el BBVA tenga que ir a una segunda opa, aunque algunos aconsejan a los accionistas ir al nuevo canje

Sabadell
Nuria Salobral

El BBVA ha respondido finalmente a la insistente expectativa del mercado, que pese a las tajantes afirmaciones de la cúpula del banco vasco aguardaba una mejoría de la oferta por el Sabadell. Los analistas aplauden los nuevos términos de la oferta, que la eleva en torno al 10% y suprime la parte del pago en efectivo, pero matizan que no quedan enterradas todas las incertidumbres. Reconocen que el BBVA cuenta ahora con más posibilidades de éxito, aunque no hasta el punto de asegurarse una aceptación superior al 50%. Para buena parte del mercado, la posibilidad de una segunda opa —esta vez en metálico si la aceptación queda entre el 30% y el 50% y el BBVA quiere seguir adelante—, sigue presente.

La entidad que preside Carlos Torres ha explicado en la mañana del lunes que no habrá nuevas mejoras de la contraprestación, pero se ha reservado un último as en la manga por si los nuevos términos de la opa no son lo bastante persuasivos: la posibilidad de reducir el umbral mínimo de aceptación del 50% al 30%, lo que le obligaría a lanzar una nueva opa, esta vez íntegramente en metálico, según establece la legislación española.

El BBVA valora ahora a Sabadell en los 3,30 euros por acción. Plantea un canje de una acción nueva del BBVA por cada 4,8376 acciones del Banco Sabadell, al tiempo que elimina la parte de la prestación en efectivo. Esa nueva valoración se alinea con el precio objetivo de consenso que los analistas conceden al Sabadell, en los 3,35 euros por acción según Bloomberg. Pero la mejora, que viene después de que durante todo 2025 la acción del Sabadell cotizara por encima de la oferta precisamente por la expectativa de un cambio en la opa, puede no ser suficiente para que el BBVA se asegure una aceptación superior al 50% del capital —excluyendo la autocartera—, según coinciden numerosos analistas. Incluso entre los que creen que para los accionistas del Sabadell ahora sí es aconsejable acudir.

Los analistas de RBC señalan que “la oferta revisada es justa y no totalmente inesperada, y lo suficientemente atractiva para que la mayoría de los accionistas de Sabadell la acepten” y reconocen que el nivel de incertidumbre ha disminuido. Sin embargo, según añaden, “el escenario de una posible oferta pública de adquisición obligatoria en efectivo (como parte de una nueva oferta independiente) sigue siendo posible“.

“La mejora de la oferta es ramplona. Y el efecto que podría conseguir BBVA con una mayor aceptación se diluye en el hecho de que el banco se ha negado a sí mismo. Ahora me resulta menos fiables”, critica una analista de banca. En Kepler Cheuvreux consideran que, “a pesar de la mejora de la oferta, sigue pareciendo más probable que el BBVA no consiga alcanzar el umbral del 50%”. Esta firma, que valora al Sabadell en los 3,50 euros, reconoce que ahora la oferta de BBVA ”es más seria"; sin embargo, creen que en términos generales “los accionistas de Sabadell se decantarán por el importante efectivo disponible que proviene del dividendo especial prometido en el primer trimestre de 2026 por la venta de TSB”. El Sabadell se ha comprometido a pagar un dividendo extraordinario de 0,5 euros por acción cuando materialice la venta de su filial británica, un reclamo que agrava el dilema al que se enfrentan los accionistas de la vallesana.

El BBVA aspira a ganarse el favor de los abundantes accionistas minoritarios del Sabadell —y que tienen un peso estimado en el capital que ronda el 40%— con la supresión de la parte en metálico de su oferta. En JB Capital le dan la vuelta a ese reclamo fiscal y aseguran que “la eliminación de la parte en efectivo hace la oferta menos atractiva, en nuestra opinión, considerando que Sabadell pagará un dividendo de 0,5 euros por acción tras la venta de TSB”. Y añaden que, si bien la nueva oferta supone una mejora que elimina la prima negativa de la anterior —el accionista de Sabadell ganaba más si vendía la acción en el mercado que si aceptaba la opa—, “no pensamos que asegure una aceptación del 50,01%”.

En Alantra son rotundos al señalar que la mejora del 10% en la opa “sigue sin ser suficiente”. En la firma añaden que “llevamos mucho tiempo defendiendo una prima del 20-30% para que esta oferta hostil tenga éxito, pero la nueva oferta de BBVA sigue sin alcanzarla”. Y explican que, tras los 2.500 millones que devolverá a los accionistas Sabadell en marzo o abril de 2026 por los ingresos de la venta de TSB, el precio ajustado a beneficios (PER) quedaría en las nueve veces según sus estimaciones, por debajo de las 10-11 veces a las que cotizan CaixaBank o Bankinter. “Creemos que los accionistas de Sabadell no deberían vender el banco por menos”, añaden.

KBW, que pese a que valora al Sabadell en los 3,79 euros, sí cree llegado el momento de aceptar la oferta del BBVA. Recuerda que la expectativa de mejora de la opa ha sido el motor de buena parte del ascenso bursátil de Sabadell, que cifra superior en un 24% al del índice bancario europeo.

Desde Autonomous defienden que si BBVA logra las sinergias que prevé, la operación ofrece un incremento del beneficio por acción superior al 40% para los accionistas de Sabadell. Y remite al gran dilema que afrontan: seguir manteniendo las acciones de Sabadell, “que ofrecen un rendimiento único en efectivo de alrededor del 16% en 2026 como resultado de la venta de TSB”, o aceptar las acciones de un banco “con un mayor potencial de aumento de valor, aunque con un perfil de riesgo diferente”. Tras el ajuste al alza de la opa, BBVA calcula ahora una mejora del 3% en el beneficio por acción desde el primer año tras la fusión —frente al 5% anterior— y una mejora de la rentabilidad al 17%, frente a al menos el 20% contemplado en los términos anteriores de la oferta.

Sobre la firma

Nuria Salobral
Es jefa de la sección de Inversión en el fin de semana y redactora especializada en temas financieros y política monetaria. Trabaja en Cinco Días desde 2006, donde ha cubierto la quiebra de Lehman Brothers, el rescate a la banca española o las decisiones del BCE. Nacida en Madrid, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.
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