El BCE y la fuerte demanda deja el tipo de las letras del Tesoro en el nivel más bajo desde 2022
El Tesoro coloca 2.480 millones en deuda a muy corto plazo con intereses por debajo del 2%


La rebaja de tipos acometida por el BCE la semana pasada ha tenido su reflejo inmediato en la emisión de letras de este martes. El Tesoro ha colocado 2.480 millones en deuda a tres y nueve meses, con tipos sensiblemente más bajos. La rentabilidad marginal de las letras a nueve meses se situó en el 1,947%, su nivel más bajo desde septiembre de 2022, con las letras a tres meses en el 1,89%, también mínimos de 30 meses.
El recorte de tipos, el séptimo consecutivo por parte del BCE, ha contribuido a abaratar la financiación del Estado, pero también ha reducido los rendimientos para los inversores más conservadores. Aun así, el apetito por la deuda española se mantiene firme. La demanda total superó los 6.176 millones de euros, lo que supone una ratio de cobertura cercana a 2,5 veces la oferta, lo que refuerza el descenso de los intereses.
El grueso de la emisión, 1.625,78 millones, corresponde a las letras a nueve meses que pagan una rentabilidad marginal del 1,947%, inferior al de la puja anterior. Los pequeños inversores, que en los últimos años se han aferrado a las letras como la alternativa más segura y rápida para batir a la inflación, se resisten a dejar de lado este producto. El componente de fidelización y la sequía del escaparate bancario explican el incremento que ha vuelto a experimentar la demanda de los pequeños inversores. Las órdenes de compra no competitivas, que corresponden en su mayoría a los ahorradores, han alcanzado los 122,37 millones, superior a los 68,8 millones registrados en la subasta del mes pasado, antes de que el BCE ejecutara la séptima rebaja de las tasas consecutiva.
En deuda a tres meses, el Tesoro ha vendido 853,99 millones, con una rentabilidad marginal del 1,89%. Como en el caso de la anterior referencia, la demanda de los particulares se ha mantenido firme y alcanza los 268,29 millones, poco más de la mitad que la registrada el mes pasado.
La moderación de la inflación en la eurozona —ya por debajo del 2%— ha permitido al BCE mantener el ritmo de relajación monetaria iniciado hace un año. Esta política ha aliviado la carga financiera de emisores públicos y privados, así como de los hogares endeudados. Sin embargo, también ha presionado a la baja la rentabilidad del ahorro.
A diferencia de ciclos anteriores, en los que la banca elevó la remuneración del pasivo para atraer depósitos, en esta ocasión las entidades han mantenido su resistencia a pagar por el ahorro, incluso con los tipos en máximos de dos décadas. La abundante liquidez del sistema financiero ha sido clave en este comportamiento. En este contexto, las letras del Tesoro se han consolidado como una alternativa atractiva para inversores conservadores que buscan rentabilidad a corto plazo sin asumir grandes riesgos.
No obstante, los expertos advierten que la continuidad en la rebaja de tipos podría alterar este equilibrio. En los últimos meses se ha detectado una leve rotación hacia plazos medios, como los bonos a tres y cinco años, en busca de una mayor rentabilidad frente a la previsible caída de los rendimientos a corto plazo.
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