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Los grandes retos de Greg Abel como sucesor de Warren Buffett

Encontrar en qué invertir la enorme bolsa de liquidez, seguir batiendo la rentabilidad del mercado y mantener la cultura de Berkshire Hathaway serán sus objetivos

Greg Abel, a la izquierda, se fotografía con un accionista en la junta de Berkshire Hathaway, en Omaha (Nebraska).
Miguel Jiménez

Ser el sucesor de una leyenda no es tarea fácil. El ejecutivo canadiense de 62 años Greg Abel es el encargado de tomar el testigo como primer ejecutivo de Berkshire Hathaway a final de año, cuando Warren Buffett se retire. Abel, que en la actualidad es el vicepresidente del grupo encargado de todos los negocios salvo los de seguros, tiene ante sí enormes retos. El más difícil, casi imposible, será emular la rentabilidad lograda por Buffett en sus 60 años al frente de la compañía, un 20% anual. El listón más realista será el de tratar al menos de batir al mercado. Junto a eso, Abel heredará una enorme bolsa de liquidez para invertir y para hacerlo, además, manteniendo la cultura de Berkshire Hathaway y la filosofía de inversión de Warren Buffett.

El mítico inversor ha sido deliberadamente ambiguo sobre su papel futuro. En principio, no ha anunciado que vaya a dejar el puesto de presidente, ahora sin funciones ejecutivas, para el que el sucesor designado es su hijo Howard. Tampoco está claro si el año que viene el Oráculo de Omaha atenderá de nuevo las preguntas de los accionistas, en ese caso como vicepresidente. Buffett tiene 94 años y cualquier previsión puede verse condicionada por los hechos.

El empresario e inversor aún tiene unos meses por delante como consejero delegado de la compañía. En los 60 años que lleva al frente, la revalorización de las acciones de Berkshire Hathaway, contando la subida de este año, ha sido de casi el 6.600.000%. Mil dólares invertidos en la empresa a principios de 1965 serían ahora 66 millones de dólares. La rentabilidad ha sido de un 20% anual, prácticamente el doble que la del índice S&P 500, el más representativo de la Bolsa estadounidense. Durante esas seis décadas, Buffett ha recomprado acciones de Berkshire Hathaway con frecuencia (una vía de retribución al accionista), pero solo ha repartido dividendo una vez, en 1967, lo que recientemente el inversor dice recordar como “una mala pesadilla”. Cree que reinvertir los beneficios es la mejor forma de generar riqueza adicional.

Ese listón es prácticamente imposible de superar por Greg Abel. En la rentabilidad acumulada por Berkshire Hathaway pesa mucho el crecimiento exponencial de la primera etapa. Entre 2015 y 2024, en cambio, ni siquiera el propio Buffett ha sido capaz de superar al mercado. El Oráculo de Omaha viene reconociendo en los últimos años que, con la dimensión que ha alcanzado el conglomerado, es muy difícil encontrar inversiones que marquen la diferencia y hagan que la aguja de la rentabilidad se mueva significativamente. Si medirse con el inversor más exitoso de la historia es tarea imposible, batir al mercado y evitar sustos a los accionistas sí son objetivos exigibles a Abel.

El sucesor de Warren Buffett heredará una enorme potencia de disparo. Berkshire Hathaway ha acumulado una posición de liquidez récord de 347.771 millones de dólares. Tras 10 trimestres consecutivos de ventas netas en Bolsa, habrá que ver si esa cifra aumenta o se reduce de aquí a fin de año, cuando se haga efectivo el relevo, pero seguirá siendo enorme.

Abel tiene una experiencia muy exitosa en negociar adquisiciones y dirigir empresas, pero no en seleccionar la cartera de inversiones financieras, esa que Berkshire Hathaway concentra en más de dos tercios en cinco compañías (Apple, American Express, Coca-Cola, Bank of America y Chevron). Acertar con esas inversiones puede generar beneficios tan importantes o mayores que la gestión de las aproximadamente 180 empresas del conglomerado.

Aunque no todo hayan sido aciertos, Berkshire cotiza con una prima por tener a Buffett al frente y la confianza del mercado en que sabrá elegir dónde invertir sin perder la paciencia. Basta que tome posiciones en una compañía para que su cotización se dispare (lo que, el tiempo, dificulta acumulas participaciones muy grandes). Aunque Abel tendrá un equipo de asesores fichado con Buffett, tiene aún que demostrar su olfato inversor.

El sucesor de Buffett sí que ha asegurado que mantendrá la cultura de Berkshire Hathaway. En la junta del sábado, antes del anuncio sorpresa del actual consejero delegado, Abel, como sucesor designado, ya se había comprometido a defender el legado y la filosofía de Berkshire Hathaway. “Mantendremos la reputación de Berkshire y la de nuestra empresa, y eso lo veo en la inversión o en cómo operamos las cosas en cada uno de nuestros negocios. Eso siempre será una prioridad, y algo que nos aseguraremos de que esté en primera línea de nuestras mentes”, dijo. “Se trata realmente de la filosofía de inversión y de cómo Warren y el equipo han asignado el capital durante los últimos 60 años. Realmente, no va a cambiar”, añadió.

Además de adquisiciones e inversiones, Abel tendrá que dirigir un enorme conglomerado que tenía al cierre de 2024 un total de 392.396 empleados. Comprende unas 180 empresas operativas que generan unos ingresos anuales de casi 400.000 millones de dólares. Además de los negocios de seguros, el grupo posee empresas de ferrocarriles, aviación privada, suministro eléctrico, gasolineras, concesionarios de automóviles, constructoras, fabricantes de productos químicos, agencias inmobiliarias, joyas, juguetes, helados, ropa, calzado y otros productos de consumo. Entre sus marcas están Geico, Brooks, Duracell, Dairy Queen, Fruit of the Loom, Helzberg Diamonds y See’s Candies.

Pese a su inmensa tarea, Abel espera seguir sacando tiempo para ser entrenador escolar de sus hijos en hockey sobre hielo, su deporte favorito, como buen canadiense.

Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.
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