Ritu Vohora (T. Rowe Price): “Pase lo que pase con los aranceles, incluso si hay marcha atrás, dejarán cicatrices permanentes”
La directiva prevé grandes oportunidades de compra y afirma que están reduciendo su exposición a EE UU. Elige mercados como Japón, la India, Filipinas o Indonesia entre sus preferidos


Las crisis merodean cada visita de Ritu Vohora a Madrid. La estratega macro global de T. Rowe Price, una gestora de activos con sede en Maryland (EE UU) que administra 1,6 billones de dólares, vino a la capital por última vez en febrero de 2020, con la pandemia asomando, y ha regresado cinco años después, en pleno caos en los mercados por los aranceles, en medio de una gira internacional para hablar con clientes. De orígenes indios pero nacida en Nairobi (Kenia), donde vivió hasta los 18 años, Vohora vuelve a su hogar africano dos veces al año. Y se aísla de los agobios propios de la industria financiera pintando y cogiendo su cámara. “En un mundo cargado del estrés de los mercados financieros y los datos, para mí es un escape realmente agradable simplemente crear algo hermoso y tomar buenas fotografías”, afirma.
Pregunta. ¿Cómo describiría el momento actual para el mercado?
Respuesta. Volátil, incierto e impredecible. Tras las elecciones hubo mucha euforia por lo que significó Trump 1.0 para los mercados. Pero está siendo diferente, ha ido mucho más allá en sus aranceles, que en última instancia son ataques a los consumidores. En el caso de la inmigración, reducirá la oferta laboral, y vamos a ver muchos menos trabajadores migrantes llegando. Es importante porque los salarios podrían subir y eso podría ser inflacionista. La incertidumbre está afectando al sentimiento de los inversores y haciendo caer la actividad. Las empresas no saben si gastar. No saben si contratar. Pase lo que pase con los aranceles, incluso si da marcha atrás, dejarán cicatrices permanentes. Ha sido un período increíblemente volátil. Y eso ahora está alimentando las preocupaciones, no sólo sobre el riesgo de recesión en Estados Unidos, sino también sobre una inflación potencialmente más alta.
P. ¿Qué le ha dicho a los clientes?
R. Lo que les he estado diciendo es: miren, no podemos predecir un resultado. Y creo que tenemos que ser humildes y reconocer que no sabemos lo que está haciendo el Gobierno de EE UU. Por lo tanto, en lugar de intentar predecir un resultado, es mejor analizar escenarios potenciales y sus probabilidades. Se trata de pensar: si este es un período prolongado de mayor inflación, ¿cómo cubrimos el riesgo de inflación? Si existe riesgo de recesión o de un shock de crecimiento, ¿cómo podemos protegernos de ese riesgo? Y si nos preocupa la excesiva concentración en Estados Unidos y tal vez el fin del excepcionalismo en ese país, ¿cómo podemos protegernos de eso? En definitiva, lo que estamos pensando con nuestros clientes es ¿cómo construimos una cartera que pueda ser más resistente, incluso en un período de mayor volatilidad?
P. ¿Le han transmitido nerviosismo?
R. Hay una mezcla de sentimientos, pero es tranquilizador que los clientes no estén entrando en pánico. Hay demasiada incertidumbre para poder tomar decisiones claras. En el caso de T.Rowe Price y de algunos de los clientes con los que he hablado, todavía asumimos un cierto riesgo, pero estamos rebajando nuestra exposición a EE UU para reducirlos. Lo último que quieren es reaccionar impulsivamente en el momento menos indicado. No quieres vender en el punto más bajo. La mayoría busca cómo proteger la cartera. Un enfoque defensivo y de calidad. En renta variable buscan empresas con fundamentales y balances sólidos, visibilidad de ganancias y poder de fijación de precios. Porque si estamos en un mundo de mayor inflación, las empresas que tienen poder de fijación de precios pueden trasladar esos costes a los consumidores y proteger sus márgenes.

P. ¿Qué productos están incorporando a la cartera para cubrir riesgos?
R. Lo que estamos diciendo es: si le preocupan los riesgos de crecimiento, le conviene tener bonos del Tesoro estadounidense a corto plazo, no a largo plazo, porque nos preocupa que los precios a largo plazo suban. Si le preocupa un shock inflacionista, los bonos del Tesoro estadounidense no le van a ayudar. Entonces, en ese escenario, hay que pensar en cosas como los bonos ligados a la inflación, que hemos estado incorporando. Igual que acciones, materias primas, o activos reales que pueden proporcionar un poco de cobertura contra la inflación. Y luego también estamos pensando en activos como monedas de refugio seguro, como el euro, el franco suizo, el yen y también en tener algo de efectivo. Porque ahora tendremos grandes oportunidades de compra. Entonces, tener algo de liquidez no solo es una especie de colchón, sino que también es capital listo para invertir. Creo que tiene sentido en este momento.
P. ¿Y el oro?
R. En 2022, el dólar fue el único activo que funcionó ante un shock inflacionario. Esta vez, debido a que la gente está preocupada por el dólar, estamos viendo que finalmente optan por activos como el oro y el franco suizo. La otra razón por la que hemos visto fortaleza en el oro es que China ha estado comprando mucho para diversificar más allá del dólar. Pero debemos pensar en cuál es el papel del oro en una cartera. Mucha gente lo ve como una protección contra la inflación o, en el peor de los casos, una recesión. Para nosotros es sobre todo un auténtico diversificador para quien busca algo un poco diferente a las acciones y los bonos. Sin embargo, nuestras suposiciones sobre el mercado de capitales durante los próximos cinco años no nos hacen ver un gran retorno proveniente del oro. Así que desde el punto de vista de la construcción de una cartera y de una perspectiva de gestión de riesgos, vale la pena tener algo de oro como diversificador, pero no lo considero un factor clave del rendimiento de una cartera.
P. Las acciones de dividendo tienen el componente psicológico de dar rentas aun cuando todo cae. ¿Importa eso?
R. Sí, creo que todavía importa. Las empresas con dividendos crecientes podrían hacerlo bien en este entorno, porque en este punto importa mucho la calidad. Y ese ingreso que decías introduce un poco de naturaleza defensiva en las carteras. Si tenemos una recesión al estilo tradicional, ya sabemos que pueden proporcionar cobertura los bienes de consumo básico, los servicios públicos y la atención sanitaria. De hecho, la salud es un tema que nos gusta mucho y también estamos muy entusiasmados con la innovación. Por ejemplo con el medicamento oral de Eli Lilly para la diabetes y la pérdida de peso. La semana pasada tuvieron un ensayo de fase tres que salió bien. Los riesgos eran menores y sus usuarios perdieron peso. Si obtienen la aprobación, esto podría cambiarlo todo. Y aunque podríamos tener aranceles farmacéuticos que afecten a las empresas de calidad, esta compañía va a tener un gran crecimiento de ganancias proveniente de esta tableta.
P. Geográficamente, ¿qué zonas les parecen más atractivas?
R. En este momento somos neutrales en EE UU, y estamos reduciendo nuestra ponderación en Europa por el deterioro del crecimiento. A medio plazo pensamos que Europa es realmente interesante, porque el estímulo fiscal que veremos cambiará las reglas del juego, pero eso no sucederá hasta dentro de al menos un año. Nos estamos orientando hacia Japón, pero también hacia mercados emergentes. En la India estábamos bastante infraponderados porque era muy caro, pero ahora estamos invirtiendo porque las valoraciones son atractivas. El vicepresidente estadounidense JD Vance estuvo allí esta semana, y probablemente va a haber un acuerdo comercial con la India. Además, estratégicamente se ha vuelto mucho más importante. Ahora tienen un asiento en el tablero mundial y pueden ocupar parte del lugar de China. Otros mercados que nos gustan son Indonesia y Filipinas, que son mercados más domésticos con empresas fantásticas, y aunque Trump les impuso aranceles inicialmente, creemos que se negociarán. Todavía nos gusta Vietnam, pero es un país que vamos a observar de cerca, en particular considerando lo que Trump hace con los aranceles allí.
P. ¿Ha pasado ya lo peor para los mercados?
R. Es muy difícil asegurarlo. Pero hemos visto que Trump ha estado observando el mercado de bonos. Cuando no gustan determinadas políticas, los rendimientos de los bonos se disparan. Así que los vigilantes de los bonos le dirán cuando haya ido demasiado lejos. La cuestión es que no sabemos realmente cuál es su plan. Si hay algunos acuerdos comerciales inmediatos con países como India, Japón, tal vez el Reino Unido y probablemente la UE, todo puede quedarse en una desaceleración del crecimiento. El segundo escenario es si los acuerdos tardan meses. Bessent decía esta semana que podría llevar de dos a tres años cerrar un acuerdo comercial con China de más alcance. Se trataría de un período prolongado de mayor incertidumbre, que podría traer una recesión leve. Por último, en el peor de los casos, si Trump realmente cree en los aranceles y está pensando de verdad en reestructurar el comercio y recuperar la producción en EE UU, eso llevaría a unos aranceles estructuralmente más altos durante más tiempo. En ese caso, probablemente entremos en una recesión fea. Ése no es nuestro escenario base. Creo que estamos en algún punto intermedio, donde conseguiremos algunos acuerdos comerciales, pero todavía habrá mucha incertidumbre.
P. ¿Los mercados pueden disciplinar a Trump?
R. Sinceramente, no creo que el mercado sepa cómo reaccionar. Y creo que este año se están rompiendo correlaciones tradicionalmente asentadas. Si analizamos el oro, vemos que ha obtenido mejores resultados en un momento en que los rendimientos están subiendo. Históricamente, ese no es el caso. Pero también hemos tenido un período de excesiva aversión al riesgo. Y se podría decir que cuando las acciones caen, la gente recurre al refugio seguro de los bonos del Tesoro estadounidense o del dólar. Y es muy raro que el dólar esté cayendo y los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense suban en un momento de aversión al riesgo. Es un escenario que nunca hemos tenido. Los mercados de bonos están considerando cuestiones como la independencia de la Reserva Federal. Porque si eso cambia, cambia el estatus de refugio seguro y la credibilidad de las instituciones estadounidenses. Los mercados de valores, por supuesto, no sólo están preocupados por el riesgo de recesión y de una mayor inflación. ¿Qué significa esto para los márgenes? En particular, si observamos los aranceles sectoriales, en áreas como la farmacéutica y los semiconductores. Hay vaivenes por un cambio de narrativa.
Sobre la firma
