La OPEP recorta por quinto mes consecutivo su previsión de demanda mundial de petróleo
El cartel de los países exportadores apunta ahora a un aumento del consumo de 1,6 millones de barriles diarios, 210.000 menos de lo que proyectaba hasta ahora
El pico de demanda de crudo está cada vez más cerca. La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ha reducido este miércoles, por quinto mes consecutivo, sus previsiones de demanda de petróleo para 2024. El recorte llega apenas una semana después de que el cartel prolongase sus tijeretazos artificiales de oferta —la única forma posible para evitar una caída aún mayor de los precios— y es el mayor de los aplicados en los últimos tiempos. Desde julio, el organismo con sede en Viena ha rebajado en más de un cuarto sus pronósticos.
Las nuevas proyecciones del organismo apuntan a un aumento del consumo de 1,6 millones de barriles diarios en todo el mundo —210.000 menos de lo calculado hasta ahora—, con ajustes a la baja en sus cálculos para los tres primeros trimestres. Aunque menor, también aplica un tajo de 90.000 barriles diarios sobre su pronóstico para 2025, cuando el aumento de la demanda —a la espera de futuros recortes, altamente probables— rondará los 1,4 millones.
Como viene siendo habitual, el grueso del aumento de la demanda proviene de los países emergentes. En las economías ricas, reunidos en torno a la OCDE, el crecimiento será de apenas 100.000 barriles diarios este año; en el resto del mundo, en cambio, la subida rondará los 1,5 millones. Una tendencia que continuará en 2025, con el coche eléctrico como gran aspirador de demanda en Occidente y, sobre todo, en China, donde los vehículos eléctricos dominan las nuevas matriculaciones.
Pese a la rebaja, las previsiones de la OPEP son notablemente más optimistas para sus intereses que las de la Agencia Internacional de la Energía (AIE, con la que ha polemizado varias veces en los últimos tiempos) y que las de los principales analistas energéticos. En noviembre, la Agencia proyectaba un aumento de la demanda mundial de 920.000 barriles diarios este año y de apenas un millón el que viene. Y dos de los mayores bancos de inversión del planeta, Goldman Sachs y Morgan Stanley, rebajan a la mitad las cifras del cartel petrolero.
Pese a la enorme incertidumbre geopolítica en dos de las mayores regiones productoras del planeta (Oriente Próximo y Rusia), el petróleo cotiza hoy en el entorno de los 70 dólares por barril. Muy por debajo de lo que cabría esperar en estas circunstancias y, también, de lo que necesitan la mayoría de países de la OPEP: el mayor exportador del planeta e indiscutible líder del cartel, Arabia Saudí, necesita que la cotización ronde los 100 dólares para estabilizar sus finanzas públicas.
Las preocupaciones de la OPEP (y de su versión ampliada, sempiternamente liderada por Arabia Saudí y Rusia) no solo tienen origen en una demanda que arroja crecientes señales de debilidad: la oferta occidental de crudo no ha dejado de crecer en los próximos años, y no parece que la tendencia vaya a cambiar a corto y medio plazo. Donald Trump, el futuro presidente de Estados Unidos, el país que más crudo extrae cada día del subsuelo, no ha dejado de lanzar guiños al sector fósil. Y este mismo miércoles, poco después de que la OPEP actualizase su cuadro de previsiones, la mayor petrolera privada del planeta, ExxonMobil, anunciaba un notable incremento de su producción en los próximos años, con inversiones milmillonarias encaminadas a exprimir los últimos años de bonanza de un sector inexorablemente abocado al declive.