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El interés de los particulares por las letras no pincha pese a la caída de la rentabilidad: sube un 8% en 2024

Los rendimientos retroceden a mínimos de dos años pero los ahorradores aceleran la compra de deuda antes de que los tipos de interés caigan al 2% que descuenta el mercado

Fachada del Banco de España. Samuel Sánchez
Fachada del Banco de España. Samuel SánchezSamuel Sánchez
Gema Escribano

Las expectativas de rebajas de tipos más profundas e intensas están acelerando la caída de las rentabilidades. Una tendencia que se repite en el mercado secundario y primario. A medida que los emisores ven cómo las condiciones de financiación van mejorando, los inversores tienen que afinar sus estrategias para tratar las amarrar los mejores rendimientos. En las dos últimas emisiones de letras de 2024 las rentabilidades han retrocedido a mínimos de dos años, pero esto no ha impedido que los particulares redoblaran su apetito por el papel español para tratar de asegurarse unos rendimientos que tienen los días contados. Con las peticiones de las últimas colocaciones, la demanda de los particulares en 2024 se alza por encima de los 30.013 millones, un 7,5% superior a los 27.913 millones registrados un año antes cuando las rentabilidades de algunas referencias llegaron a coquetear con la barrera del 4%.

Desde que en junio el BCE iniciara la reducción de las tasas, los rendimientos de la deuda a más corto plazo, la más sensible a los cambios en la política monetaria, han profundizado sus caídas. Las letras a seis y tres meses son a cierre de diciembre las más rentables con unos rendimientos del 2,585% y un 2,58%, respectivamente. Desde los máximos registrados de 2023, cuando los bancos centrales se resistían a suavizar su mensaje, las rentabilidades de las letras a seis meses han caído 143 puntos básicos, descenso que alcanzan los 116 puntos en la referencia a tres meses y se amplía a los 165 puntos en la deuda a un año. Un recorte muy superior a la rebaja de 75 puntos básicos acometida por el BCE en los últimos seis meses.

Volumen de demanda de letras del Tesoro

Sofía Antón, directora de Auriga Bonos, considera que las caídas de los rendimientos en las últimas semanas han sido algo artificiales. A las expectativas de rebaja de las tasas por el empeoramiento de la economía se suma el hecho de que a cierre de año los tesoros nacionales suelen rebajar sus objetivos de emisión. “En diciembre, con el año prácticamente cerrado, reducen el nivel adjudicación. Algunos como el de Bélgica o Grecia, incluso, han dejado de emitir estas referencias”, remarca.

Estos descensos no han sido un obstáculo para que los pequeños inversores se mantengan fieles en su apuesta por la deuda pública a corto plazo. La demanda de los particulares, que tiene un marcado componente estacional, se contrajo en septiembre, pero ha vuelto a reflotar en las últimas emisiones de 2024. El mejor ejemplo de esta tendencia lo muestran las letras a seis meses, que en la subasta del 3 diciembre recibieron unas peticiones no competitivas de 1.233,4 millones, el importe más alto del año y solo superado por los 3.424,12 millones y los 3.718,13 millones que se llegó a registrar en julio y abril de 2023, un periodo en el que los bancos centrales se mantenían firmes en su lucha contra la inflación.

El tirón que ha experimentado la demanda de los particulares en las últimas colocaciones aún no se ha reflejado en las estadísticas. A cierre de septiembre, último mes del que se disponen datos, los particulares tenían en sus manos letras por valor de 27.071 millones, un importe destacado, pero inferior al máximo de 27.446 millones registrado en agosto, su máximo. De acuerdo a la evolución de las peticiones no competitivas en las últimas operaciones, sigue habiendo margen para que a cierre de año se logre un nuevo récord.

Aunque las rentabilidades más atractivas a día de hoy las tienen las letras a tres y seis meses, la preferencia de los particulares sigue siendo la deuda a un año. La demanda acumulada a lo largo de 2024 para esta referencia alcanza los 12.158,4 millones, un 27,5% más que el pasado ejercicio. Por debajo, con 10.471,6 millones, se sitúan las letras a seis meses y prácticamente empatadas las referencias a nueve (3.996,36 millones) y tres meses (3.387,28 millones).

Cristina Gavin, responsable de Renta Fija de Ibercaja Gestión, señala que a pesar de los recortes que han experimentado las letras en los últimos meses, con unos rendimientos que en la mayoría de los plazos superan el 2,5%, sigue teniendo sentido que los inversores más conservadores sigan apostando por las letras. “La volatilidad es mínima”, destaca. Como se ha venido observando a lo largo del año, el componente de fidelización juega un papel importante. Los inversores que en 2023 se subieron a la ola de las letras aprovechando que estas superaban el 3,5%, han optado por reinvertir la deuda que vence. Mientras tanto, la remuneración al pasivo se ha mantenido anclada. Según datos del BCE los depósitos a un año en España apenas pagan un 2,21%, por debajo del 2,74% de la media de la zona euro.

Ante las expectativas de que las rentabilidades sigan bajando los expertos creen que la mejor forma de invertir en deuda es hacerlo en renta fija corporativa de grado de inversión. “Los niveles de default están muy contenidos y las empresas cuentan con balances saneados”, destaca Gavín. La gestora recomienda ampliar de forma paulatina los vencimientos hacia plazos medios y largos. En la misma línea se mueve Antón que considera que es sencillo obtener hasta un 3% en deuda corporativa a tres años. Si lo que se quiere es seguir apostando por la deuda pública Gavín escoge a la periferia como la opción más atractiva. “Los flujos de noticias de países como España e Italia son positivos y aunque las deuda sigue siendo abultada, las perspectivas de crecimiento en España y la estabilidad política de Italia están contribuyendo a un mejor desempeño que el centro de Europa”, destaca.

El peso de los inversores extranjeros alcanza el 43,6%

Con la emisión de este martes, el Tesoro da por concluido 2024 y no realizará la colocación prevista para este jueves. Un ejercicio en el que la confianza de los inversores en la economía española ha permitido exprimir al máximo la caída de los tipos de interés. El coste de la deuda en circulación se sitúa en el 2,21%, 12 puntos básicos menos que a cierre de 2023 mientras el tipo de las nuevas emisiones se sitúa en el 3,16%, 80 puntos básicos menos que el máximo alcanzando en octubre de 2023, cuando el BCE seguía adelante en su lucha contra la inflación y reiteraba la idea de tipos altos durante más tiempo. Esto se ha reflejado también en el mercado secundario. La prima de riesgo, que en las últimas semanas ha cobrado una especial relevancia con los desequilibrios fiscales que acumula Francia, ha logrado abstraerse del ruido político y ha seguido bajando hasta el entorno de los 64 puntos básicos, mínimos de 2021.

Aunque el interés por la deuda española generalizado destaca la participación de los inversores extranjeros, algo que ya quedó patente en las cuatro operaciones sindicadas en las que la participación de los foráneos superó el 80%. Los inversores extranjeros tienen en su poder el 43,6% de la deuda en circulación, superior al 41,4% registrado a cierre de 2023. En los dos últimos años han incrementado sus tenencias en algo más de 134.000 millones de euros, una señal más de la confianza en la economía española que crece por encima de la zona euro.

En 2024 el Tesoro ha ejecutado emisiones netas por 55.000 millones de euros, en línea con lo previsto el pasado mes de enero y 10.000 euros menos que lo colocado el año pasado, mientras que la emisión bruta ha sido de 259.341 millones.


Sobre la firma

Gema Escribano
Periodista económica, con 13 años de experiencia como redactora. Formó parte de la web de Cinco Días desde 2010 hasta 2017 cuando pasó a integrar la sección de Mercados. Especializada en información bursátil y mercado de deuda. Estudió periodismo en Universidad Carlos III.
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