El Ibex, con un ojo en las divisas: la devaluación de las emergentes presiona a BBVA, Santander, Iberdrola y telefónica

Cuatro gigantes del índice obtienen más de una cuarta parte de sus ingresos en pesos mexicanos, liras turcas o reales brasileños, que can al menos un 10% en el año

Pantalla de una casa de cambio de divisas, en una imagen de archivo.Spencer Platt (Getty Images)

La debilidad de las divisas emergentes en 2024 pone en alerta a las grandes compañías del Ibex. El peso argentino se devalúa un 15,6% frente al dólar estadounidense en lo que va de año, el real brasileño pierde un 14,2%, el peso mexicano cede un 13,8% y la lira turca pierde un 12,9% frente al billete verde norteamericano, según los datos de Bloomberg. Se trata de países clave para grandes empresas del Ibex como Santander, BBVA, Tel...

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La debilidad de las divisas emergentes en 2024 pone en alerta a las grandes compañías del Ibex. El peso argentino se devalúa un 15,6% frente al dólar estadounidense en lo que va de año, el real brasileño pierde un 14,2%, el peso mexicano cede un 13,8% y la lira turca pierde un 12,9% frente al billete verde norteamericano, según los datos de Bloomberg. Se trata de países clave para grandes empresas del Ibex como Santander, BBVA, Telefónica o Iberdrola que obtienen más de un 20% de sus ingresos en estos mercados.

“Algunas de las divisas latinoamericanas fueron las monedas que mejor rendimiento registraron entre las divisas de los mercados emergentes en 2023, debido a los altos tipos de interés reales y a los elevados precios de las materias primas. Sin embargo, su suerte este año es bien distinta y el peso mexicano, el peso argentino y el real brasileño se encuentra entre las divisas con peor rendimiento en lo que va de año”, explica Itsaso Apezteguia, analista de Ebury.

Según los expertos, esta devaluación de las monedas emergentes frente al dólar se debe en parte a las valoraciones altas que habían conseguido algunas de ellas durante el año pasado y a la incertidumbre política y el que se ha experimentado en los gobiernos de estos países. También señalan que el retraso en el calendario de recortes de los tipos de interés en Europa y Estados Unidos reforzó al euro y especialmente al dólar en detrimento de las emergentes.

Además, apuntan que las operaciones de carry trade han provocado un retroceso generalizado de las divisas de alta rentabilidad. Estas operaciones consisten en pedir financiación en la divisa de un país con tipos de interés muy bajos (como por ejemplo el yen japonés) para invertir en otras con tipos de interés mayores (como el peso mexicano), que ofrecen una rentabilidad más alta.

“En 2023 se produjo un auge en la popularidad de las operaciones de carry trade, lo que contribuyó a la significativa rentabilidad negativa del yen y a la rentabilidad superior de los valores de alto rendimiento, especialmente algunos de América Latina, por ejemplo el peso mexicano, el peso colombiano y el real brasileño. Sin embargo, estas operaciones se han deshecho en cierta medida en el último mes, lo que ha provocado que las divisas obtengan peores resultados”, apunta Apezteguia.

El principal efecto negativo que tiene la depreciación de las monedas emergentes para las empresas españolas que tienen actividad en estos países es que al hacer la conversión desde la divisa de origen al euro, los márgenes de beneficio son más reducidos. Los expertos también apuntan que para empresas exportadoras puede tener cierto efecto positivo porque al estar la moneda devaluada, los productos resultan más baratos y aumentan las ventas en el exterior.

La principal exposición de las empresas del Ibex a las economías emergentes es Brasil. Santander obtiene el 30% de sus ingresos en el país sudamericano (casi 7.000 millones en el primer semestre). Telefónica obtiene un 24% de los ingresos (unos 5.000 millones), Iberdrola el 20% (4.600 millones) y Mapfre el 14% (1.650 millones). Aena y ArcelorMittal también tiene actividad en Brasil, aunque es más reducida.

México también concentra buena parte de la actividad de empresas españolas. BBVA es el primer banco del país y obtiene el 45% de todos sus ingresos (casi 8.000 millones en el primer trimestre). Para Santander, el mercado mexicano también es uno de sus motores de negocio y en la primera mitad del año generó el 14% la cifra de negocio (unos 3.200 millones). Iberdrola también mantiene actividad en el país norteamericano, aunque el porcentaje de ingresos respecto al total es relativamente bajo (el 4,2%). Sabadell también tiene un negocio que supuso 111 millones de ingresos en México en el primer semestre (el 3,6% del total).

Hasta el año pasado, la moneda se había convertido en una de las divisas más fuertes y se ganó el título de ‘superpeso’. Pero la incertidumbre política ha lastrado su desempeño en 2024. Por un lado, las elecciones en el país y la reforma del sistema judicial han pesado sobre los activos mexicanos. Por otro, las elecciones en EE UU y una posible victoria de Donald Trump, que hacen considerar al peso como una moneda débil y expuesta a las políticas comerciales y migratorias del magnate, en cado de que regrese al poder. Además, los analistas apuntan la liquidación de varias operaciones de carry trade (el peso ha venido siendo una de las monedas favoritas para estas operaciones).

Además, la reciente rebaja de tipos de interés en Estados Unidos por parte de la Reserva Federal, podría revalorizar el euro frente a la moneda estadounidense, lo que haría que estas monedas, del entorno geoestratégico del dólar, se debiliten aún más frente a la divisa comunitaria.

En Turquía, BBVA es la empresa del Ibex con mayor exposición. El banco controla el 86% de Garanti, el segundo mayor banco del país por volumen de activos. En los primeros seis meses del año, BBVA generó en Turquía cerca de 2.000 millones en ingresos, el 11% de todo el grupo. Y aunque el banco viene de registrar beneficios históricos en los dos últimos años, el negocio turco se ha visto lastrado por una inflación desbocada en el país que ha llevado a BBVA a aplicar una contabilidad por hiperinflación en este mercado. En todo caso, más allá de la coyuntura actual, tanto el presidente del banco, Carlos Torres Vila, como el consejero delegado, Onur Genç han defendido la inversión turca como un vector de negocio futuro por las perspectivas de crecimiento, el potencial de revalorización de la lira y la posición geoestratégica del país como hub comercial.


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