Draghi insta a crear un gran vigilante del mercado europeo con poderes sobre las grandes cotizadas
Propone que la ESMA tenga competencias exclusivas sobre los miembros del Euro Stoxx 50 o el Ibex 35, supervise Euronext y las cámaras de contrapartida
El debate sobre la unión del mercado de capitales avanza en el seno de la Unión Europea. El informe sobre el mercado único presentado este lunes por Mario Draghi, expresidente del Banco Central Europeo (BCE) urge a dar superpoderes a la ESMA, el supervisor del mercado de valores europeo, a imagen y semejanza de la SEC estadounidense (Securities and Exchange Commission) sobre las grandes empresas cotizadas europeas, que dejarían de estar bajo control de los vigilantes nacionales.
Entre las propuestas dadas a conocer para mejorar la competitividad de la economía europea y recuperar parte del terreno perdido ante Estados Unidos y China, Draghi pone sobre la mesa la necesidad de movilizar hasta 800.000 millones de euros al año y la emisión de deuda común. Pero además ve fundamental transformar la ESMA para que pase de coordinar a los distintos supervisores de los mercados europeos, entre los que está la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), a convertirse en un regulador común para todas las Bolsas de la UE. De ahí que el documento, realizado por encargo de la Comisión Europea, inste a dar al supervisor del mercado la competencia exclusiva de vigilancia de los grandes emisores europeos, con filiales en varios Estados miembros y unos ingresos o activos que se sitúen por encima de un determinado nivel. Para identificar a estas empresas aboga por usar como criterio a los miembros de los grandes índices bursátiles europeos como el Euro Stoxx 50, el Cac 40 francés, el Dax alemán, el FTSE Mib italiano o el Ibex 35 español, pero no desdeña recurrir a selectivos más amplios como el Stoxx Europe 600, compuesto por las 600 empresas europeas más valiosas.
De prosperar la propuesta del economista, ex banquero de inversión de Goldman Sachs y ex banquero central, la ESMA pasaría a supervisar a las grandes firmas europeas como ASML, LVMH, Total Energies o SAP, junto a empresas españolas, entre las que estarían Iberdrola, Banco Santander, BBVA o Inditex. Una transformación de los poderes orientada a dotarle de la misma capacidad que el Mecanismo Único de Supervisión (MUS) del BCE, que se encarga de supervisar a los 113 bancos más importantes de la Unión Europea, entre los que hay diez entidades españolas: Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter, Unicaja, Ibercaja, KutxaBank, Abanca y Cajamar. La vigilancia del resto de entidades recae en los supervisores nacionales, el Banco de España, en este caso.
Draghi insta además a que esta ESMA reforzada pase también a controlar los principales mercados regulados que cuenten con plataformas de negociación en distintos países y las cámaras en contrapartida, como la española BME Clearing. Entre los operadores de las principales Bolsas, la iniciativa afectaría a Euronext, que tiene su actividad en Ámsterdam, París, Bruselas, Dublín, Lisboa, Milán y Oslo; y que podría afectar también a Six, el operador de la Bolsa suiza y de la española BME. En el caso de los operadores del mercado, propone, la supervisión estaría a cargo de la ESMA mientras que las visitas de inspección podrían ser realizadas por equipos de supervisión conjuntos con las autoridades nacionales, como la CNMV española, el Bafin alemán o el Consob italiano.
Ahora bien, la propuesta de Draghi reconoce que la medida contará con una “fuerte resistencia”, no solo por la pérdida de peso de cada Estado miembro sino también por parte de las plataformas de negociación y los distintos participantes del mercado, que obtienen rendimientos de la fragmentación del mercado. De ahí que abogue por dejar la supervisión de las firmas locales a los reguladores locales, empezar por los emisores y estructuras del mercado y después pasar a la industria de los fondos de inversión -que será una misión “controvertida,” apunta- y crear equipos conjuntos de trabajo para garantizar el flujo de información constante entre la ESMA y los supervisores locales.
El debate sobre la necesidad de reforzar y dar más peso a la ESMA está siendo una constante en los últimos meses. El denominado informe Letta, presentado el pasado mes de abril por el ex primer ministro italiano Enrico Letta a la Comisión Europea, instaba a evolucionar el marco de supervisión del mercado de valores europeo al estilo del MUS -opinión que también comparte el presidente de la CNMV, Rodrigo Buenaventura-, dado que, apunta, es prematuro en este momento dar poderes absolutos de supervisor único y centralizado a la ESMA, dado que podría pasar por alto las ventajas de la proximidad en algunos mercados. Sin embargo, cree que confiar únicamente en las distintas CNMV nacionales es “inadecuado”. Buenaventura, por su parte, defendió el pasado junio la necesidad de reforzar la gobernanza, los recursos y la autonomía real de ESMA dado que, en su opinión, “no resultará creíble el eslogan de que la UE quiere apostar por los mercados de valores”. Asimismo, defendió que la ausencia de un supervisor europeo de los mercados de valores no es la causa del menor tamaño de las Bolsas europeas frente a las estadounidenses.
Para llevar esta iniciativa a buen puerto, Draghi ve preciso modificar los procesos de gobernanza y toma de decisiones del supervisor del mercado europeo a imagen de los de la SEC, para desvincularlos a posibles intereses nacionales, dado que en sus órganos de gobierno están todos los supervisores nacionales. Recomienda así incluir a seis miembros independientes, incluido el presidente, al consejo de administración de la ESMA, en línea con lo ya propuesto por Letta y con el sistema de gobierno del BCE, que tiene a seis miembros ejecutivos permanentes a los que se suman, en las reuniones de política monetaria, los supervisores nacionales.
Más allá de los mercados de renta variable y de deuda, Draghi insta a reforzar la supervisión de los derivados energéticos. Tras unos años en los que la escalada de los precios energéticos provocó en una crisis inflacionista, el informe ve preciso la necesidad de una mayor regulación del mercado de derivados de productos financieros para limitar la especulación y hacer frente a episodios de alta volatilidad -que suelen ir ligados a margin calls en los que se reclaman mayores garantías de cobertura a los inversores- sin la pérdida de liquidez. Ve preciso para ello aumentar la cooperación entre la ESMA y la agencia europea de cooperación de reguladores energéticos (ACER) y la creación de un órgano de coordinación formado por ambos supervisores para coordinar la supervisión integrada de los mercados energéticos nacionales, como la CNMC, y de derivados energéticos. Entre las herramientas de las que dispondría este supervisor estaría, cita Draghi, la capacidad para revisar los niveles de apalancamiento en función del tipo de inversor. Con ello, busca evitar el abuso y la manipulación de mercado, para lo que ve preciso tener acceso a más datos del mercado de derivados energéticos extrabursátiles (OTC) de todos los participantes del mercado, algo sobre lo que hoy por hoy no existe.
Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, X y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días