Llega la banca por suscripción: los neobancos se abonan al modelo Netflix para no cobrar comisiones
Las entidades digitales apuestan por modelos de negocios que ofrecen distintos planes con ventajas más allá de la operativa bancaria
El modelo Netflix se extiende a la banca. Las entidades digitales han irrumpido en el sector financiero con un modelo que pretende eliminar las típicas comisiones bancarias por el mantenimiento de la cuenta o la emisión de tarjetas, pero que cobran diferentes planes de suscripción a los clientes. Se trata de un modelo que ofrece un plan gratuito con la operativa bancaria básica (cuenta y tarjeta sin comisiones) y si el...
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El modelo Netflix se extiende a la banca. Las entidades digitales han irrumpido en el sector financiero con un modelo que pretende eliminar las típicas comisiones bancarias por el mantenimiento de la cuenta o la emisión de tarjetas, pero que cobran diferentes planes de suscripción a los clientes. Se trata de un modelo que ofrece un plan gratuito con la operativa bancaria básica (cuenta y tarjeta sin comisiones) y si el cliente necesita o prefiere contar una serie de servicios adicionales, puede suscribirse a uno de los diferentes planes que se pagan de forma mensual.
Los bancos tienen dos grandes vías de generar ingresos por el negocio típicamente bancario. Por un lado, los intereses que obtienen de prestar dinero a los clientes. Por otro, las comisiones que cobran por prestar servicios, como hacer una transferencia inmediata, emitir una tarjeta nueva o por el mantenimiento de la cuenta. Durante la época de seis años (entre 2016 y 2022) que los tipos de interés se mantuvieron en cero y negativo, los grandes bancos tradicionales tuvieron dificultad para generar ingresos por conceder crédito. Y por ello empezaron a cobrar comisiones a los clientes si no cumplían ciertos requisitos de vinculación que habitualmente tiene que ver con la domiciliación de la nómina, de varios recibos y la contratación de otros productos. A medida que los tipos han ido subiendo, las entidades han flexibilizado esos requisitos de forma que el 80% de los usuarios no pagan comisiones.
Aun así, según los datos de un reciente informe elaborado por la asociación de consumidores Asufin, cada cliente bancario español paga de media 150 euros en comisiones bancarias al año (lo que supone unos 12,5 euros al mes). De hecho, las comisiones pueden llegar hasta los 240 euros al año (20 euros al mes). La apuesta de los neobancos pasa por eliminar esas comisiones típicas por los servicios básicos, pero establecer planes de suscripción premium incluyen otros beneficios, más allá de los financieros, como seguros para viajes, seguros para el móvil, cambio de divisas gratuitas en el extranjero o cashback por las compras realizadas.
“El triunfo del modelo bancario por suscripción frente al modelo tradicional de comisiones por mantenimiento y servicio se debe a que este modelo garantiza transparencia y permite a los usuarios elegir el plan que mejor se adapta su estilo de vida, proporcionando una experiencia bancaria más personalizada”, valora Ignacio Zunzunegui, responsable de crecimiento para el Sur de Europa en Revolut.
Revolut es el mayor neobanco a nivel global. Ofrece cinco planes de suscripción. Uno gratuito que permite hacer la operativa básica sin costes (una cuenta y una tarjeta). A partir de ahí se abre un abanico de cuatro planes cada vez más elevados que ofrecen ventajas adicionales: plan Plus (3,99 euros al mes), plan Premium (8,99 euros al mes), plan Metal (15,99 euros al mes) y plan Ultra (45 euros al mes). Según detallan fuentes de la entidad, el pago de planes ha aumentado un 40% en el último año, según los clientes utilizan cada vez más como cuenta principal. Los planes premium ofrecen suscripciones al diario Financial Times, WeWork, acceso a las salas vip de los aeropuertos o la posibilidad de invertir en un fondo monetario que ofrece rentabilidades más altas que las de los planes más bajos.
En la misma línea, N26 cuenta con cuatro planes. Uno gratuito, el plan Smart (cuesta 4,9 euros al mes), el You (con un precio de 9,9 euros al mes) y el Metal (de 16,9 euros al mes). Entre las ventajas que ofrecen los planes más caros está un seguro de viajes que cubre cancelaciones o retrasos en vuelos, el equipaje o emergencias durante el viaje. También un seguro para el móvil. Además, el plan más premium también remunera con un 4% el saldo del cliente en la cuenta frente al 2,26% que ofrecen el resto de planes.
Otros neobancos como Monese y Vivid Money que se están popularizando cada vez más también apuestan por el modelo de suscripción. En este caso, las ventajas tiene que ver con la operativa financiera, como obtener cashback de las compras realizadas o mejores condiciones a la hora de realizar algunas operaciones.
Los neobancos pueden permitirse cobrar menos comisiones porque tienen una base de costes mucho más baja que los bancos tradicionales. Al operar exclusivamente online no asumen gastos de oficinas ni de los empleados que trabajan en ellas. Y la estructura es mucho más liviana. Normalmente, se trata de entidades que tienen su sede en un país europeo y con la ficha bancaria de ese país se extienden al resto. Como el modelo de negocio es exactamente igual en todos y no necesitan sucursales, la inversión para expandirse es mucho más baja. Por eso es habitual que algunos de los neobancos y fintech tengan un IBAN extranjero cuando el cliente abre una cuenta.
Por dar una idea, Revolut cuenta con 6.000 empleados en todo el mundo. Y N26 tiene una plantilla de 1.500 trabajadores. Los gigantes bancarios españoles, Santander y BBVA, que tienen presencia internacional, cuenta con plantillas de 211.000 y 121.500 empleados, respectivamente. Bancos medianos y de ámbito nacional como Sabadell y Unicaja cuentan con 14.000 y 7.500 empleados, respectivamente. Kutxabank o Ibercaja, ambos con 5.000 trabajadores, cuentan con plantillas similares e incluso superiores a las de los grandes neobancos y se trata de entidades de menor tamaño y fuertemente vinculadas a ciertas áreas geográficas.
“El modelo de suscripción responde a la nueva forma de consumir de la sociedad. La gente ya no está dispuesta a pagar por servicios que no necesita, ni tampoco entienden ni consienten la existencia de comisiones poco transparentes. Creemos que es un modelo que seguirá creciendo, pero que no todas las entidades podrán implantar con éxito. Los elevados costes e infraestructura obsoleta que soportan algunos bancos les obligará a seguir exigiendo mínimos, vinculaciones y condiciones”, explican portavoces de N26.
Para un neobanco, con que el cliente realice unas pocas compras con tarjeta, ya es rentable para la entidad. Cada vez que un cliente paga con tarjeta, el banco obtiene una pequeña comisión que se descuenta del importe total que va a recibir el comercio. Los bancos tradicionales, al contar con una estructura mucho más pesada, deben afrontar costes millonarios y por ello no cuentan con tanto margen para eliminar las comisiones.
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