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Lealtad, 1
Columna
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Las dudas del BCE alimentan las previsiones de beneficio de la banca

El retraso en el recorte de tipos impulsará la cuenta de resultados del sector: 100 puntos básicos suponen 1.700 millones menos de ganancias

Nuño Rodrigo Palacios
La vicepresidenta y el vicepresidente del BCE, Chirstine Lagarde y Luis de Guingos, ayer en Fráncfort.
La vicepresidenta y el vicepresidente del BCE, Chirstine Lagarde y Luis de Guingos, ayer en Fráncfort.Arne Dedert (AP)

No es el BCE un terreno abonado para las grandes sorpresas; las comparecencias de Christine Lagarde después de las reuniones del Consejo de Gobierno proporcionan, en el mejor de los casos, apuntes técnicos o leves matices sobre una dinámica que viene rodada de los días y semanas anteriores, o de las propias reuniones previas. Los tiempos de Alan Greenspan “si cree que me ha entendido es que no me he explicado bien” están bien lejos de los planteamientos actuales.

Que Lagarde emplazara a los inversores a la cita de junio ya desde principios de marzo es un indicativo de los ritmos con los que trabaja el banco y, obviamente, no era cuestión de cambiar los planes a estas alturas. La entidad recortará los intereses dentro de casi dos meses, sirviendo la reunión de ayer como un nuevo paso hacia la reducción de las tasas de interés. El debate del cuándo está cerrado, pero falta el del cuánto y el de durante cuánto tiempo. Una conversación más encendida toda vez que en Estados Unidos las bajadas de tipos parece que se harán esperar, a juzgar por los datos de inflación y por el comportamiento de los mercados.

También en la zona euro. Hace dos semanas las previsiones apuntaban a cuatro bajadas de tipos de aquí a la reunión de diciembre. Hoy predicen solamente tres recortes. Es decir, el mercado ha moderado el descenso de tasas previsto, con todo lo que ello supone.

La letra de la hipoteca y la evolución de los mercados, tanto de renta fija como de renta variable, son las dos consecuencias más claras de los movimientos del precio del dinero, y sobre los que pivotan las lecturas de analistas o simples observadores. Pero las derivadas van mucho más allá, pues los tipos de interés son, en esencia, un gigantesco mecanismo de redistribución. Cuando suben, como es el caso, las directrices del BCE canalizan dinero de deudores a acreedores, y cuando bajan este flujo se reduce.

La banca es tanto deudor como acreedor, y el impacto de los tipos en las cuentas depende de la sensibilidad a las tasas de su cartera de activo y pasivo. Por lo general, el sector vive mejor con los tipos elevados. Y en concreto la banca española vive mucho mejor desde que el BCE empezó a subir los tipos. Los beneficios del sector han batido todos los récords imaginables con el viento de cola: las entidades recolectan los pagos mensuales de las hipotecas o de la deuda empresarial a tipos variables mientras (en esta coyuntura, otras veces ha sido diferente) apenas remuneran los depósitos.

Es por ello que el retraso en las bajadas de tipos es una inyección directa de fondos en la cuenta de resultados. Los analistas de Bloomberg Intelligence calculan, en base a las proyecciones de las propias entidades, una sensibilidad del 5% del margen de intereses por cada 100 puntos básicos que bajen los tipos de interés. En términos agregados, Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell y Bankinter dejarán de ganar 1.719 millones de euros por cada 100 puntos básicos que recorten las tasas. Si en vez de 100 puntos básicos, los tipos descienden solamente 75, el lucro cesante de la banca será un 25% menor; el sector se beneficiará en 429 millones de euros, de acuerdo con estos cálculos, en los resultados de 2024.

Con todo, la gestión activa de los tipos de depósito y las coberturas de tipos de interés para la cartera de préstamos son la vía del sector para maximizar el margen. El tipo de interés de los depósitos recién constituidos bajó 20 puntos básicos en enero, hasta el 2,38%, mientras que el tipo de interés de las nuevas hipotecas apenas se redujo en cuatro puntos. El tipo hipotecario es relevante en la medida en que el 40% de las carteras domésticas de BBVA, Santander y CaixaBank son hipotecas minoristas, en Sabadell el 30% y en Santander, el 20%.

Para ilustrar esta sensibilidad, en el sector se utiliza el concepto de beta: la beta de la cartera de créditos o depósitos es el porcentaje en el que los movimientos en los tipos de interés de referencia se trasladan al cliente. UBS calcula que la beta de los depósitos de los bancos españoles es del 13%. Eso quiere decir que por cada punto porcentual que suben los tipos, la retribución de los depósitos se eleva en 0,13 puntos. En Suecia o Dinamarca la beta es de más del 50%, y en Francia y Alemania es del 30% y el 26%, respectivamente.

La banca doméstica apenas traslada al depositante el 13% de la subida de los tipos de referencia

Por el contrario, los mismos analistas calculan que la beta de los créditos (es decir, la parte del alza de tipos que se traslada a los clientes) está entre el 45% y el 65%. Es en esta diferencia donde se han generado los beneficios récord del sector, con subidas de hasta el 45% en el margen de intereses para el caso de CaixaBank (donde ha pasado del 1,62% al 3,61%).

En la medida en que el BCE prorrogue el escenario actual, estos elevados márgenes seguirán no ya impulsado sino manteniendo el beneficio. Con todo, desde UBS consideran que el mejor momento de márgenes para la banca ya se ha producido; concretamente entre enero y febrero de este año.

“Las expectativas de tipos han mejorado moderadamente para los bancos nacionales españoles en los últimos meses, ya que el inicio del proceso de relajación del BCE se ha desplazado probablemente tres meses”, indican los analistas de la entidad suiza en un informe publicado esta semana, si bien matizan que “desde un punto de vista más estructural, no hemos cambiado nuestra opinión sobre dónde/cuándo aterrizarán los tipos del BCE”.

Con todo, una cierta laxitud monetaria puede abaratar el crédito, lo que es malo para la banca, pero estimular la producción. Según la encuesta de condiciones crediticias publicada esta semana por el propio BCE, realizada a 157 entidades, el banco detecta un descenso sustancial de la demanda de préstamos por parte del sector empresarial. Si el precio por mantener el margen de intereses es una economía estancada en la eurozona, un dinero demasiado caro puede no compensar tanto.

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Sobre la firma

Nuño Rodrigo Palacios
(Barcelona, 1975) es subdirector de Cinco Días. Licenciado en Economía por la UAM, inició su carrera en CincoDías en 1998, especializándose en información financiera. Ha sido responsable de Mercados, de la edición Fin de semana y de la sección Cinco Sentidos. Redactor jefe a partir de 2007, de 2011 a 2021 se ocupó de la edición digital.
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