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El otro rally del bitcoin: cómo las estafas están aprovechando la fiebre de las criptomonedas

La promesa de convertirse en millonario rápidamente gracias a estas inversiones abona el terreno para el negocio de los estafadores, que solo en 2023 se hicieron con más de 3.600 millones de euros

Un cajero automático de bitcoin en Palma de Mallorca.
Un cajero automático de bitcoin en Palma de Mallorca.Carlos Alvarez (Getty Images)
Leandro Hernández

El interés de los españoles por el bitcoin ha aumentado más de un 56% el último año, a juzgar por los datos de búsqueda de Google. El auge en la popularidad de la principal moneda digital está solo por detrás del alza que el activo sufrió en los últimos doce meses, con una ganancia del 217%, lo que deja atrás a cualquier inversión comparable en Bolsa o renta fija. El renovado atractivo ha generado, como era de esperarse, un nuevo florecer de las estafas y fraudes, un negocio que movilizó solo el año pasado al menos 3.940 millones de dólares (3.600 millones de euros, al cambio actual) en todo el mundo, según el FBI. Esto representa un alza del 53% frente al año pasado y las perspectivas para 2024 son aún peores.

“Con cada aumento de precios existen periodos de incremento en el interés y, por ende, del número de actores malos que buscan tomar ventaja de la situación”, asegura Javier García de la Torre, director de Binance España y Portugal. Para el responsable local de la principal plataforma de intercambio de monedas digitales, esto era de esperar, y por ello recomiendan a los usuarios mantenerse alerta ante cualquier propuesta que genere sospecha.

Otras fuentes de la industria local destacan que, pese a la falta de cifras para el mercado local, también son conscientes del auge en las criptoestafas con objetivo en usuarios españoles. Los expertos destacan que ya no se trata de adaptaciones de esquemas extranjeros, sino que son “creaciones originales” con objetivo local que usan la imagen de presentadores como David Broncano y Andreu Buenafuente o empresarios como Amancio Ortega. La recompensa puede ser alta: aunque no existen estimaciones locales, en Estados Unidos la Oficina de Mejores Prácticas Comerciales estima que cada usuario estafado perdió, de media, 3.800 dólares.

Los expertos destacan en particular la emergencia de grupos de Whatsapp y Telegram donde supuestos asistentes de grandes plataformas de inversión asesoran a particulares interesados en comprar criptomonedas. Esta modalidad no es particularmente sofisticada en lo técnico, pero sí pueden confundir al usuario con falsos consejos, enlaces a falsas plataformas y el entusiasmo de monedas muy volátiles. Por ejemplo, en estas comunidades supuestos analistas discuten cómo el próximo halving del bitcoin — un proceso automatizado que cada cuatro años reduce la recompensa por el minado de bloques bitcoin— puede llevar a la moneda por encima de los 100.000 dólares. Sin embargo, los supuestos expertos son ficticios y toman el nombre de personajes del universo DC, como Robert DuBois, el nombre de un criminal que, en la ficción, intenta matar a Superman con una bala de kriptonita.

El desconocimiento de términos técnicos es una de las alertas que destacan en el nuevo informe de la consultora Chainalysis. A través de monedas recién creadas y fáciles de manipular, los estafadores promueven intensamente un token para promover el rápido aumento de precios y luego aguardar su desplome. Solo en 2023, al menos 370.000 activos fueron creados sobre la red de Ethereum, y solo el 14% de ellos tuvieron una liquidez mayor de 300 dólares, advierte la firma. Esto hace que lanzar una serie de mensajes y asegurar futuros rendimientos sea relativamente simple.

Sin embargo, la estrategia puede ser más básica, y ser parte de la naturaleza humana. De acuerdo a datos de Chainalysis, las estafas románticas ligadas a criptodivisas son las que más crecen: se han multiplicado por 85 desde 2020. La técnica más frecuente comienza en aplicaciones de citas, donde los estafadores se ganan la confianza de sus víctimas durante semanas o meses. Al final, convencen a las víctimas para que entreguen su dinero con distintas excusas, como participar de una inversión de manera conjunta en forma de criptodivisas. García de la Torre, no obstante, resalta que existe la “falsa percepción de que los estafadores andan a sus anchas en el criptomundo y eso es mentira: esta tecnología permite que todo quede registrado”. Desde Binance subrayan que, pese a los altos montos registrados, solo 0,34% de las transacciones cripto son de carácter ilícito.

¿Quién quiere ser millonario?

El alza en las criptoestafas no significa que no haya verdaderos nuevos ricos gracias al rally del bitcoin. La agencia Kaiko Research estima que los máximos históricos del bitcoin de los últimos días habrían generado 1.500 nuevos millonarios cada día. Sin embargo, esta consultora advierte que esta métrica está lejos de alcanzar los datos de 2021, cuando más de 4.000 billeteras cripto a diario superaban el millón de dólares.

La industria espera que los nuevos fondos cotizados aprobados en enero, que fueron inicialmente subestimados por el mercado, ayuden a limitar las estafas. La expectativa es que la facilidad para operar estos instrumentos, así como sus bajos costes de gestión, mantengan a los usuarios dentro de plataformas de inversión familiares y seguras y eviten así su exposición a posibles estafas.

Sin embargo, el éxito de estos vehículos de inversión tiene su contracara. Aunque existen fondos con algunas semejanzas, como los fondos de inversiones libres que operan en España, no hay ningún instrumento cotizado con estas características en el mercado. Cualquier posible confusión en este sentido deja abierto un nuevo terreno para el fraude.

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Sobre la firma

Leandro Hernández
Periodista económico. Interesado en entender más de criptoactivos, transformación digital y energía. Se incorporó a este periódico en 2022 después de haber trabajado en diferentes países de América Latina y en Estados Unidos. Estudió Relaciones Internacionales en la Universidad Torcuato Di Tella (Argentina), y el Máster de Periodismo UAM-El País.
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