La economía mundial asumirá este año 11,5 billones de dólares de nueva deuda, casi tanto como en la pandemia
El endeudamiento no dejará de crecer por la desaceleración económica, los condicionantes de un año plagado de elecciones y el mayor gasto en defensa. Goldman Sachs calcula que las emisiones serán un 50% superiores al nivel prepandemia
Se van a cumplir ahora cuatro años del estallido de la pandemia del Covid-19 y la emisión de deuda soberana va a alcanzar en 2024 un volumen muy cercano al que fue necesario lanzar para hacer frente a aquella sacudida económica sin precedentes. Los gobiernos van a vender deuda pública este año por una cuantía de 11,5 billones de dólares (10,6 billones de euros), según estimaciones de Goldman Sachs. Se trata de un nivel cercano a los 11,59 billones de dólares emitidos en bonos soberanos en 2021.
Según Goldman Sachs, la emisión de nueva deuda soberana se elevará en 2024 un 8% respecto a 2023 y será superior en más del 50% al papel emitido con anterioridad a la pandemia, antes de que la venta de bonos se disparara a niveles récord. El endeudamiento avanza y son varios los factores que van a contribuir a que tampoco este año tenga freno. Por un lado, la desaceleración de la economía, aunque se trate de un aterrizaje suave, supone que los gobiernos van a seguir tirando de deuda para alentar el crecimiento. “La relajación de la política fiscal es uno de los factores que sustentan nuestra hipótesis de un aterrizaje suave de la economía mundial este año. Los déficits presupuestarios de la mayoría de los Estados seguirán siendo más elevados que antes de la pandemia, ya que el crecimiento se ralentiza y las presiones sobre el gasto estructural se mantienen elevadas”, señalan en Goldman Sachs.
Así, aún se mantienen medidas de estímulo que fueron tomadas para suavizar el impacto de la inflación y del encarecimiento de la energía y los alimentos sobre el bolsillo de los hogares. Y el esperado descenso en los tipos de interés no va a ayudar a moderar el déficit con una menor carga de intereses. Aun al contrario, en Goldman Sachs advierten de que el coste de la nueva deuda y del saldo vivo está a un nivel elevado en comparación con los últimos 10 años y afirman que el gasto en intereses se mantendrá alto en los próximos años.
La apretada agenda de elecciones tampoco va a contribuir, ni mucho menos, a que los gobiernos metan tijera para reducir el déficit público. El recurso volverá a ser más endeudamiento en un año en el que más de 50 países celebrarán elecciones generales. Estados Unidos, que celebra elecciones presidenciales en noviembre, acaparará de hecho el 40% de la nueva deuda soberana que se emita este año, una proporción superior a la media de entre el 35% y el 36% de la última década. Goldman Sachs calcula que el endeudamiento de Estados Unidos crezca este año en un billón de dólares, hasta alcanzar los 4,5 billones, el mayor aumento entre los emisores soberanos. La desaceleración del crecimiento y las próximas elecciones presidenciales complicarán la consolidación fiscal, según advierte el banco estadounidense.
Será además la primera vez que China supere a Japón como el segundo mayor emisor de deuda soberana, con un volumen previsto de 1,7 billones de dólares en nueva deuda, reflejo de los esfuerzos de las autoridades chinas por impulsar la economía del país.
En cuanto a las grandes economías de la zona euro, Goldman Sachs no prevé que aceleren su nivel de endeudamiento con más emisiones brutas. Estima que las emisiones de Italia, Alemania y Francia se mantendrán en la línea de 2023, en torno a los 400.000 millones de dólares en Italia y los 300.000 millones de dólares en Francia y Alemania. Sí calcula, en cambio, un salto notable en la emisión de deuda en Reino Unido, del 30% este año hasta los 350.000 millones de dólares.
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