Nvidia, la querida de Wall Street que todos los analistas aconsejan comprar, menos uno
El fabricante de microchips se dispara casi un 400% en un año pero sigue contando con el apoyo de los analistas
Hace 24 años, Nvidia, una pequeña startup con sede en Silicon Valley, era poco conocida salvo por los nichos de gamers que buscaban la mejor tarjeta de gráficos que el mercado tenía que ofrecer para jugar a la última versión de Final Fantasy o Tomb Raider. A día de hoy, la tecnológica estadounidense fundada y liderada por el empresario Taiwán-estadounidense, Jensen Huang, es una de las las Siete Magníficas y sus acciones han disparado casi un 400% en un solo año. Ahora la firma está al precipicio de ser más valiosa que Amazon, la estrella de Wall Street.
Cuatro años atrás, la firma cotizaba por debajo de los 70 dólares por acción, aunque brillaba dentro del mundo de los gamers casuales y competitivos, que buscaban chips innovadores en áreas nicho: FPS (frecuencia por imágenes por segundo), gráficos y la latencia del sistema, términos que miden el rendimiento de un ordenador al procesar un videojuego popular como Fortnite o el nuevo Call of Duty. ¿Cómo ha pasado de ser un cotizada de nicho a codearse con Apple, Amazon o Alphabet y contar con el apoyo, casi unánime de las firmas de análisis?
Apuesta por la IA
La fiebre sobre la firma de microprocesadores gira entorno a su apuesta por la inteligencia artificial generativa, que busca con su nuevo sistema de IA, el apodado ‘ChipNeMo’, lograr unos procesadores más agiles y útiles. Pero la apuesta no termina ahí: Nvidia, junto con Cisco Systems, ha prometido ayudar en la transición hacia la computación de inteligencia artificial a través de nuevas infraestructuras. Open AI, la creadora de ChatGPT, por ejemplo, requiere de los chips de Nvidia para apoyar sus sistemas. Los precios de las tarjetas gráficas GeForce RTX 4090 de Nvidia, una de las más avanzadas en el mercado, ahora valen un 60% más que cuándo aterrizaron en el mercado debido a su alta compatibilidad con la inteligencia artificial.
A pocas semanas de presentar sus resultados de cierre de 2023, sus acciones siguen disparadas, se sitúan sobre los 700 dólares y revalidan casi cada día sus máximos históricos. Su apuesta por los superchips inteligentes ha llevado a Goldman Sachs a vaticinar que su precio alcanzará los 800 dólares por acción, frente a los 625 dólares previos. Según la firma de análisis, esta nueva apuesta en hardware de inteligencia artificial lo catapultará a un “crecimiento constante” hasta 2025. Morgan Stanley también elevó su precio a 750 dólares, señalando la creciente demanda en IA. Entre las firmas más optimistas se cuela la china Haitong que sitúa el precio objetivo de la acción en los 950 en los próximos 12 meses.
De los 64 analistas que siguen al valor y recoge Bloomberg, 58 recomiendan su compra, cinco aconsejan mantener y solo uno, Morningstar, recomienda vender sus títulos debido a la volatilidad comercial en el sector. Entre las firmas de análisis que se muestran más cautelosas está Barclays, que opta por mantener en cartera pero incide en la tensión que todavía persiste entre Estados Unidos y China y su última frontera de la guerra comercial: los semiconductores y los microchips.
“Esperamos que el crecimiento de la demanda acabe moderándose,” apunta en un informe reciente. La entidad también señala que sus GPU, un término técnico para referirse al procesador gráfico, ya no se distingue tanto de sus rivales del sector como Intel. “Es probable que la creciente competencia de competidores y clientes atenúe las perspectivas a largo plazo de las GPU.”
Entre los fondos de inversión especializados en tecnología, DNB Technology prevé que Nvidia podría este año liderar el sector en cuanto a inversiones en centro de datos, pero alerta de una posible ralentización de su demanda. “Es posible que la demanda no pueda seguir el ritmo de la inversión inicial, lo que crearía un vacío para los fabricantes de chips al tener que reducir el exceso de capacidad”, apunta.
A pesar de ello, la mayoría de las grandes firmas de análisis de Wall Street pronostica que las tecnológicas especializadas en microchips aún no han tocado techo. Citi apunta que éste será el año de los semiconductores, tras una caída en unidades del 22% en 2023, aunque sus apuestas estrella son Micron Technology, Advanced Micro Devices, Microchip Technology y Broadcom. El banco estadounidense prevé que las ventas del sector crezcan un 10% interanual, liderados por los chips de memoria y la IA.
La guerra de los microchips
La volatilidad que destacan los analistas no se puede ignorar. Aunque más de la mitad de las empresas especializadas en microchips son estadounidenses, la mayoría de sus fabricantes están en Taiwán o China, y casi un cuarto de sus clientes provienen de ese mercado.
El riesgo que más asusta a los inversores como Barclays es la geopolítica tensa entre Washington y Pekín. En 2022, Estados Unidos endureció sus controles de exportación sobre los microchips altamente especializados con el motivo de contraponer los avances en inteligencia artificial en China. Entre ellos, estaba la popular RTX 4090. Estas restricciones llevaron la firma a rediseñar algunos de sus productos estrella para poder venderlos en el mercado chino, que cuenta por el 20% de sus ingresos.
Sin embargo, el cordón umbilical entre los dos mercados es difícil de cortar. Taiwán Semiconductor Manufacturing (TSMC), el mayor fabricante de semiconductores y el gran rival comercial de sus homólogos estadounidenses, cuenta con clientes como Nvidia y Apple en su cartera y redujo un 19% su beneficio en 2023 por la menor demanda de chips. En el último mes, los ingresos de TSMC se situaban por debajo de los 6.000 millones de euros.
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