Renta fija

Los países de la eurozona disparan la venta de deuda a niveles récord

El volumen de emisiones en la segunda semana del año alcanza los 112.000 millones 

Belén Trincado Aznar

La venta de deuda coge carrerilla. Empresas, bancos y gobiernos tratan de exprimir al máximo el apetito de los inversores y aceleran sus programas de financiación antes que las condiciones de mercado se enturbien. Aunque enero suele ser uno de los meses más activos en el mercado de capitales aprovechando que los gestores están construyendo sus carteras y disponen de abundante liquidez, la semana pasada se pulverizaron todos los récords. Entre el lunes y el jueves el volumen de emisiones del mercado en euros superó los 112.000 millones, la cifra semanal más alta según datos de Natixis. Este imp...

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La venta de deuda coge carrerilla. Empresas, bancos y gobiernos tratan de exprimir al máximo el apetito de los inversores y aceleran sus programas de financiación antes que las condiciones de mercado se enturbien. Aunque enero suele ser uno de los meses más activos en el mercado de capitales aprovechando que los gestores están construyendo sus carteras y disponen de abundante liquidez, la semana pasada se pulverizaron todos los récords. Entre el lunes y el jueves el volumen de emisiones del mercado en euros superó los 112.000 millones, la cifra semanal más alta según datos de Natixis. Este importe supera incluso a los registrados en los momentos en que el BCE compraba abultadas cantidades de deuda y los tipos de interés estaban en mínimos históricos.

La avalancha de papel sigue la tendencia de las primeras jornadas del año. En apenas dos semanas del recién estrenado ejercicio, el volumen de emisiones alcanza los 177.100 millones, por encima de los 162.075 millones registrados en el mismo periodo del 2023. Después de un arranque de año en el que las entidades financieras prolongaron la tendencia del año pasado y fueron las más activas para cumplir con los requisitos regulatorios, la semana pasada fue el turno de los gobiernos.

Junto a la tradicional emisión sindicada del Tesoro español de principios de año están las operaciones de Bélgica e Italia. El pasado martes, un día antes de que España captara 15.000 millones de euros en deuda a 10 años, los emisores públicos europeos levantaron 33.000 millones. Es decir, el 76% del total de papel ofertado en esa sesión. El pasado 10 de enero, los emisores europeos vendieron 43.300 millones en bonos. Jesús Sáez, responsable de mercados de capitales para Iberia de Natixis, afirma que nunca se ha visto nada igual. El consenso del mercado señala que ante las expectativas de que los tipos de interés caigan, los gestores ponen a trabajar el exceso de liquidez y ven en la renta fija una buena alternativa para asegurarse unos retornos atractivos antes de que el precio del dinero baje.

Los emisores soberanos del Viejo Continente sacan partido del interés de los inversores y aceleran sus planes para financiar los presupuestos de 2024 en un momento en el que el BCE ha pasado de apuntalar el mercado de deuda como un importante comprador, a convertirse en vendedor. Después de muchos años en los que las bajas rentabilidades alejaron a muchos, ahora los inversores dirigen la mirada a los retornos que está ofreciendo el papel europeo. Aunque el apetito abarca a todo tipo de inversores y todo tipo de nacionalidades, desde Bloomberg destacan el rol que están jugando los inversores asiáticos y de Oriente Medio. Rafael Thuin, jefe de estrategia de mercado de Tikehau Capital, señala que los compradores internacionales, especialmente los japoneses y chinos, están comprando menos bonos soberanos de EE UU y están diversificando sus tenencias hacia Europa. En la sindicada de España a 10 años, que se cerró con una demanda de 138.000 millones de euros, el 7,4% correspondió a inversores asiáticos y el 3,5% a los procedentes de Oriente Medio.

Los estrategas de Bank of America esperan que hasta 7.000 millones euros fluyan hacia activos de renta fija en los próximos años. Con una facilidad de depósito del 4% en la zona euro, los expertos de la entidad estadounidense creen que la oferta de papel de este comienzo de año puede absorberse bien. A la demanda de 138.000 millones de euros que registró el Tesoro español se suman los 72.000 millones del bono belga a 10 años y los 82.000 millones registrados en la operación a 30 años que efectuó Italia. Estas cifras son vistas por los expertos como algo saludable.

El tirón en la venta de deuda por parte de los emisores soberanos podría prolongarse en las próximas semanas, pero mantener el ritmo y la demanda en los niveles actuales no durará para siempre. Después de la subida agresiva de tipos, el mercado está poniendo en precio una rebaja de las tasas en la zona euro de 140 puntos básicos. Aunque como vienen alertando las firmas de análisis, las expectativas son muy elevadas, de lo que no hay duda es de que los tipos han tocado techo. Es de esperar que los rendimientos futuros sean menos atractivos, algo que podría traducirse en unos libros de órdenes de compra inferiores.

Hasta la fecha el mercado ha sido capaz de digerir el nuevo papel. El mejor ejemplo ha sido el comportamiento del mercado de deuda secundario. Aunque España efectuó la segunda mayor colocación de su historia, la rentabilidad del bono a 10 años se mantiene al filo del 3%. Padhraic Garvey, jefe de estrategia global de deuda y tipos en ING Financial Markets, señala a Bloomberg que el mercado está obsesionado con el ciclo de tipos en EE UU. “Una vez que la novedad desaparezca, comenzaremos a preocuparnos más por el déficit”, remarca.

La caída de las rentabilidades queda en al aire

 A medida que los gobiernos fueron aumentando la venta de bonos para financiar los programas de estímulo económico, la ratio de deuda sobre PIB ha ido subiendo a unos niveles que los organismos internacionales consideran peligrosos. Según datos del FMI en apenas dos décadas la ratio de deuda sobre PIB de las economías avanzadas ha pasado del 75% al 112%. Las mayores necesidades de financiación pueden convertirse en un freno para la esperada caída de las rentabilidades que acompañaría a la tan ansiada rebaja de los tipos. Además de las refinanciaciones, los estados tendrán que aumentar las emisiones para financiar los abultados déficits. El mejor ejemplo de esta corriente es EE UU que arrastra déficits anuales equivalentes al 6% del PIB, cerca del doble de su media histórica. Según estimaciones de Bloomberg Intelligence, los gobiernos de EE UU, Reino Unido y la eurozona comenzarán a inundar el mercado de bonos con la venta de dos billones de dólares para financiar sus planes de gasto de este ejercicio, un 7% más que el año pasado. 


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