El Tesoro lanza la primera colocación sindicada de un bono ligado a la inflación desde 2018
Emitirá una obligación a un plazo de 15 años, que reemplazará a un bono de este tipo que vence a finales de noviembre
El Tesoro ha dado mandato para lanzar una nueva emisión sindicada este año, la primera desde 2018 de deuda ligada a la inflación a un plazo de 15 años. La colocación coincide con el vencimiento a finales de este mes de un bono de este tipo por importe de 5.500 millones lanzado en 2018 y con la expectativa de que la inflación remita y permita contener la carga de intereses que suponen estos bonos.
El Tesoro ha encargado a Citi, Deutsche Bank, HSBC, JP Morgan, Morgan Stanley y Société Génerale la venta de una nueva obligación sindicada a un plazo de 15 años y con rendimiento vinculado a la inflación, según avanza la agencia Bloomberg. En concreto, al IPC armonizado de la zona euro sin incluir el tabaco, la referencia de precios a la que habitualmente se vincula la deuda ligada a la inflación que emite el Tesoro español.
Esta emisión sindicada, que el Tesoro realiza de forma directa entre inversores institucionales y fuera del calendario habitual de subastas, coincide con el vencimiento a finales de noviembre de un bono emitido en 2018 por una cuantía de 5.456 millones de euros. Fuentes del Tesoro reconocen que no se realizan emisiones sindicadas de deuda ligada a la inflación desde 2018 y que desde entonces, las colocaciones de este tipo de deuda se han limitado a las reaperturas de emisiones ya en circulación a través de subastas.
Las emisiones de deuda ligada a la inflación han ido descendiendo desde 2018 tanto en términos absolutos como relativos y a finales de septiembre, suponían un volumen de 86.611 millones de euros, el 6,27% del total en circulación. Este tipo de bonos tuvo en 2022 un notable impacto en la carga de intereses del Tesoro a causa de la escalada de precios registrada ese año. Así, representaron un coste de 8.170 millones de euros sobre un total de 31.595 millones. Su cuantía se elevó además desde los 2.457 millones del ejercicio de 2021.
En el Tesoro no prevén bruscos incrementos de la carga financiera en los próximos años y en todo caso, estiman que el impacto posible en este año sea “significativamente menor que el del pasado año”. Aun así, el bono que vence a finales de noviembre, por un nominal de casi 5.500 millones, exigirá al Tesoro un pago por más de 6.600 millones, el 20%. Es el impacto de actualizar, de acuerdo al índice de precios mencionado y con efecto acumulado desde el lanzamiento, el cupón y también el nominal.
En un contexto de precios al alza, la deuda ligada a la inflación tiene un sobrecoste para el Tesoro, con una mayor carga de intereses que habría alcanzado su punto álgido en 2022. La perspectiva de estabilidad de precios y de que la inflación termine por descender al objetivo del 2% al que aspira el BCE dibuja un entorno diferente para este tipo de bonos, que rebajarían así su peso sobre el total de la carga de intereses. Y pese a su impacto financiero, la deuda ligada a la inflación permanece en las carteras de los estados soberanos como fórmula de diversificación de la base inversora. Así, en el caso de España estos bonos suponen el 6,27% del total, un porcentaje inferior al de países como Italia o Francia, donde ronda el 10%, y que protege a la deuda española ante el encarecimiento sostenido del coste de financiación.
La emisión sindicada que ha puesto en marcha el Tesoro de obligaciones ligadas a la inflación será la cuarta de este ejercicio. La anterior la realizó en en junio, por un importe de 13.000 millones de euros en un bono a diez años y tras recibir peticiones por más de 85.000 millones.
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