EiDF se desploma el 70% y fulmina 1.200 millones de euros de valor en Bolsa

La avalancha de órdenes de venta impide casar un precio durante la sesión y el cierre queda marcado de acuerdo a la caída máxima permitida por BME Growth

Madrid -
Un cartel de EiDF.

La CNMV decidió la semana pasada el regreso hoy a la negociación de las acciones de la empresa fotovoltaica EiDF, después de más de cuatro meses de estar suspendidas, y la vuelta al BME Growth ha dejado un desplome del 70% en la cotización del valor. La avalancha de órdenes de venta ha superado ampliamente a las de compra durante toda la sesión, lo que ha impedido casar un precio durante la jornada. El de cierre, de 8,93 euros, queda fijado de acuerdo a la caída máxima diaria que BME Growth permite para el valor, del 70%. En solo un día, EiDF ha visto evaporarse 1.200 millones de euros de capitalización en Bolsa.

El regreso al parqué de BME Growth no está siendo fácil, después de las polémicas informaciones conocidas en los últimos días. Tras meses de silencio, EiDF anunció la reformulación de sus cuentas al tiempo que se conocieron las duras salvedades de PwC y Deloitte a la contabilidad de la compañía. En el informe forensic elaborado por Deloitte, la auditora a la que se recurrió tras la suspensión de negociación y la negativa de PwC a firmar las cuentas de 2022, se sugiere una posible falsedad documental por parte de EiDF, que habría engañado así a inversores y auditores. La empresa de energías alternativas está así inmersa en una fuerte crisis reputacional que hacía prever una fuerte caída en Bolsa en el día de hoy.

EiDF fue suspendida de cotización cuando había alcanzado un valor de 1.721 millones de euros, una capitalización gracias a la que estaba preparando su paso desde el mercado de pymes BME Growth a la Bolsa. En el día de hoy ese valor se ha evaporado sin embargo en 1.204 millones de euros, hasta los 516,5 millones de capitalización bursátil.

Fuentes de BME Growth señalan que las acciones de EiDF se han desfondado hoy, sin que pueda casarse un precio de cambio, al nivel máximo que permite el actual rango estático de la cotización, el 70%. La brecha entre las órdenes de venta y las de compra se ha ido ampliando durante toda la sesión y no ha sido posible cruzar un precio en ningún momento de la jornada. En el inicio del día, las peticiones de venta triplicaban a las de compra pero al cierre, las superaban en 4,6 veces: órdenes de venta por un volumen de 161.644 acciones frente a órdenes de compra por 34.827 títulos.

Pese a la avalancha vendedora, BME Growth ha mantenido el rango estático del valor en el 70%, con lo que esa ha sido la caída en función de la que establecer un precio de cierre, en los 8,93 euros. No es la primera vez que una empresa de este mercado finaliza una jornada sin haber llegado a cerrar un precio, Ha sucedido con alguna debutante aunque en ese caso fuera por desequilibrio a favor de las órdenes de compra frente a las de venta, al contrario de lo sucedido hoy con EiDF. El fuerte volumen de órdenes de venta que han quedado insatisfechas augura para mañana una nueva sesión de fuertes caídas para EiDF, aunque el rango de fluctuación del valor podría verse reducido significativamente, al 25%, según señalan fuentes de mercado, con lo que el desplome sería inferior al de hoy.

Desconfianza de los inversores

La CNMV decidió el pasado 14 de abril la suspensión de cotización de EiDF, que no había presentado en plazo sus cuentas de 2022 y que posteriormente se comprobó recogían diversas irregularidades. La empresa comunicó el 17 de agosto su reformulación y se hizo pública la opinión de su auditor PwC, que ya avisó en ese momento de que “en el curso de nuestro trabajo de auditoría se han puesto de manifiesto incidencias relevantes que suponen la existencia de debilidades significativas en el modelo de gobierno corporativo y el sistema de control interno de la sociedad dominante, las cuales afectan, esencialmente, al área de gestión de contratos, seguimiento de proyectos y partes vinculadas”. Y apuntó además a “la existencia de una incertidumbre material que puede generar dudas significativas sobre la capacidad del grupo para continuar como empresa en funcionamiento”.

Según PwC, EiDF había cerrado 2022 con un fondo de maniobra negativo de 20,93 millones de euros, una cifra que la propia compañía enmendó después al asegurar que había quedado corregida hasta quedar en positivo en los 3,3 millones de euros gracias a las medidas tomadas cinco meses después de cerrar el ejercicio, en especial a la reclasificación como deuda a largo plazo de forma temporal de uno de sus préstamos. Aunque el gran varapalo para credibilidad de EiDF llegó la semana pasada, cuando la CNMV desveló el contenido el forensic realizado por Deloitte y que “incluye un relato de hechos y evidencias de gran trascendencia para los accionistas de EiDF. De entre todas, destacan las evidencias de posible falseamiento de documentos por parte de la compañía”.

EiDF tiene previsto, según comunicó el 21 de agosto, la celebración de una junta general ordinaria de accionistas, en la que figura como primer punto del orden del día el examen y aprobación de las cuentas individuales y consolidadas de 2022 y la aprobación del nombramiento de cuatro nuevos consejeros. Además de reformular sus cuentas, la compañía también ha iniciado un profundo cambio en su gobierno corporativo, con la búsqueda de un nuevo consejero delegado y un nuevo director financiero. El control ejecutivo de la compañía está en todo caso en manos de Fernando Romero, presidente, fundador y primer accionista de EiDF, que según señala Deloitte en su informe sobre las cuentas de 2022, participaba de primera mano en la práctica totalidad de las decisiones del grupo.

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