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La inflación de Estados Unidos sube en julio menos de lo esperado hasta el 3,2%

La variable subyacente se ha contraído una décima en el séptimo mes del año, hasta el 4,7% interanual

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden.JONATHAN ERNST (REUTERS)
CINCO DÍAS

La inflación ha vuelto a subir en Estados Unidos por primera vez en 13 meses, aunque menos de lo esperado. El índice de precios de consumo (IPC) del país norteamericano se ha situado en el 3,2% interanual en julio, dos décimas más que el mes anterior (3% en junio), poniendo fin a la ralentización que se había registrado en los meses anteriores. Pese a la subida, este dato mejora los pronósticos del mercado, que apuntaban a un alza hasta el 3,3%. En el séptimo mes del año, los alimentos se encarecieron un 4,9%, mientras que la energía se abarató un 12,5%.

Por otro lado, la inflación subyacente, que excluye de su cálculo los precios de los alimentos y la energía por su mayor volatilidad, cerró julio con un incremento del 4,7% interanual, frente al 4,8% de junio, según los datos publicados este jueves por la Oficina de Estadísticas Laborales. En términos mensuales, ambos índices avanzaron un 0,2%, en línea con las expectativas del mercado.

Según se deprende del comunicado, “el índice de la vivienda fue, con mucho, el que más contribuyó al aumento mensual de todos los artículos, representando más del 90% del aumento”. Además, el índice de alimentos aumentó un 0,2% en julio, respecto al alza 0,1% del mes anterior.

Callie Cox, analista de inversiones de EE UU de eToro, advierte de que los datos pueden llevar a engaño. “El IPC interanual está muy influido por los efectos de base, una peculiaridad matemática dado que la inflación tocó techo hace un año. Además, la inflación de los servicios, al margen de los alquileres, sigue en torno al 3%”, dice. La Fed vigila de cerca este indicador y, por lo tanto, para la experta este aumento de la inflación no sería un catalizador para más subidas de tipos. Si bien la demanda se ha enfriado y el escenario inflacionista actual está lejos del que experimentó el país en 2022, Cox considera que la tarea de la Fed aún no ha terminado. “Una inflación obstinadamente alta -incluso del 3% o 4%- puede deformar nuestra concepción del dinero. Y la posibilidad de una recesión sigue siendo significativa”.

Este jueves el Departamento de Trabajo de Estados Unidos ha publicado también los datos sobre las peticiones semanales de subsidio de desempleo en el país, que alcanzaron las 248.000 la semana pasada, en máximos desde principios de julio. Se trata de 21.000 demandas de ayuda más que la semana anterior.

La resistencia de la inflación estadounidense plantea dudas sobre el próximo movimiento de la Reserva Federal en septiembre, decidida en alcanzar el objetivo del 2% En su última reunión del pasado julio, la Fed subió los tipos de interés en 25 puntos básicos hasta el 5,25%-5,5%, a máximos de 22 años. Sin embargo, los datos no fueron suficientes para adelantar el fin de ciclo de subidas del precio del dinero. Con una tasa de paro próxima a mínimos de hace 50 años y una economía resiliente, los funcionarios temen que las presiones inflacionistas sigan siendo un riesgo. Por ello, el gobernador de la entidad, Jerome Powell, advirtió el pasado julio que deja abiertas las puertas a nuevas subidas si fuera necesario. El mercado, sin embargo, otorga una probabilidad del 10% de un alza de tipos por parte de la Fed después de las vacaciones y del 20% en la reunión de noviembre.

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