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La expectativa de alzas de tipos se frena en seco con la caída de SVB

La rentabilidad del bono a dos años de EE UU baja 50 puntos básicos hasta el 4%

Bono de EE UU a 2 años
Carlos Cortinas Cano

En menos de una semana las expectativas de tipos han dado un giro de 180 grados. El temor financiero generado tras la caída del banco estadounidense Silicon Valley Bank ha propiciado un fuerte ajuste ya no solo del nivel máximo al que llegarán los tipos, sino también del próximo movimiento de la Reserva Federal. Aunque queda por conocerse mañana el dato de inflación de febrero, en las últimas sesiones el mercado ha pasado de poner en precio una subida de 50 puntos básicos a contemplar la posibilidad de que el banco central estadounidense no mueva ficha la próxima semana. Los estrategas de Goldman Sachs optan por la máxima cautela y creen que Powell se decantará por dejar los tipos sin cambios en la horquilla del 4,75%-4,5%.

Si hasta el momento la persistencia de los altos precios y la fortaleza que mostraba el mercado laboral eran el principal quebradero de cabeza para la Fed ahora el banco central tiene que añadir a sus preocupaciones la tensión del sistema financiero de EE UU. Los expertos de JP Morgan ven bastante complicado que la Fed decida un alza de 50 puntos básicos la próxima semana. “El colapso de SVB ha incrementado la probabilidad de que el final de las subidas de las tasas no esté demasiado lejos”, remarcan.

En la misma línea se mueven los expertos de Pepper International que, aunque consideran que la recalibración de los nuevos riesgos puede llevar algún tiempo, lo acontecido en las últimas jornadas es un caldo de cultivo perfecto para que la Fed haga una pausa. “Además de garantizar la estabilidad de los precios, la seguridad financiera es el trabajo número uno de la Fed”, subrayan.

En la jornada de ayer ha empezado a cobrar fuerza la posibilidad de que Powell anuncie una rebaja de los tipos tan pronto como en septiembre. Los operadores ven las tasas en la horquilla del 4,25-4,5% a final de año. Este escenario contrasta con lo vivido la semana pasada cuando tras la intervención de la Powell en el Congreso, los inversores elevaron su previsión para el tipo final en EE UU al 5,5%-5,75%. “Tanto la velocidad como el punto final del clclo de subidas de la Fed deberían disminuir”, señala George Savelos, jefe global de divisas en Deutsche Bank.

El cambio drástico de las expectativas sobre los tipos de interés se ha visto en el mercado de deuda. Como ocurrió la semana pasada cuando Powell dejó la puerta abierta a una subida de 50 puntos básicos, los plazos más cortos son los que más reaccionan. La rentabilidad del bono de EE UU a dos años pone rumbo a su mayor caída desde octubre de 1987 y baja 53 puntos básicos hasta el 4%, niveles de septiembre y lejos del 5% que tocó el miércoles pasado. Los descensos se prolongan a lo largo de la curva de deuda. El bono con vencimiento en 2033 retrocedió 22 puntos básicos, hasta el 3,48%, frente al 4% de la semana pasada. Gillles Moëc, economista jefe en AXA IM, señala que al margen de la prudencia que quiera infundir la Fed, en lugar de reanudar las subidas jumbo, debería centrarse en proporcionar más visibilidad abogando por un tipo terminal más alto durante más tiempo.

Por efecto contagio, la caída de los rendimientos se trasladan a la zona euro. El bono alemán a 10 años cae 25 puntos básicos, hasta el 2,26% mientras la deuda española e italiana al mismo plazo retroceden 13 y 14 puntos básicos, hasta el 3,36% y 4,18% respectivamente. Los futuros ahora apuntan a que los tipos en la zona euro no subirán más allá del 3,56% en octubre para la facilidad de depósito. De hecho, es la primera vez desde mediados de febrero que el mercado anticipa una tasa terminal de los tipos en la zona euro por debajo del 3,75%.

El BCE seguirá adelante con su alza de medio punto

Aunque las miradas están puestas en la Reserva Federal, esta semana es el turno del BCE. Los analistas de Barclays esperan que los tipos suban en 50 puntos básicos, una idea que ya ha sido adelantada por Christine Lagarde. A la vista de las presiones inflacionistas subyacentes, los expertos de la firma esperan el Consejo de Gobierno siga adelante con el ritmo de ajuste acometido en las últimas reuniones y esperar a ver cómo evolucionan los datos antes de adelantar subidas adicionales. “No seguir adelante con esta estrategia supondría el riesgo de alimentar más las preocupaciones sobre la salud del sistema financiero y el contagio de EE UU a la zona euro” remarcan.


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