Abogado ‘in house’: motor estratégico de la transformación empresarial
Forma parte del núcleo de decisión de la empresa, al mismo nivel que negocio, finanzas o recursos humanos

Ninguna compañía puede liderar la transición energética sin una transformación integral que implique a todos los equipos. Entre ellos, destaca la evolución del rol del equipo legal: la figura del abogado in house, antes percibido como “sanador”, ha quedado atrás. Ese papel, esencial en situaciones críticas, resultaba limitado por su enfoque reactivo ante conflictos legales, litigios o cuestiones regulatorias. El contexto empresarial actual exige mucho más. Hoy, el general counsel y los equipos jurídicos internos han dejado de ser meros expertos legales para convertirse en auténticos facilitadores del plan estratégico; socios del negocio y motores de la transformación corporativa.
El cambio ha sido notable, porque la función del abogado in house se orienta ahora a resultados, es proactiva desde el ámbito regulatorio hasta el prelitigioso, pasando por la gestión de riesgos legales, regulatorios y ambientales. Es un profesional que anticipa tendencias, identifica posibles vulnerabilidades y contribuye a su mitigación, con el objetivo de hacer posible nuevas oportunidades y aportar valor desde el origen de cada negocio y departamento. Se ha convertido en parte del núcleo duro de decisión de la empresa, al mismo nivel que negocio, finanzas o recursos humanos, ayudando directamente al resto del comité de dirección a generar valor y a reforzar la reputación de la compañía.
Actualmente, e independientemente del mercado en el que operen, las empresas se enfrentan a cambios normativos constantes con marcos legales en permanente evolución, que requieren de equipos legales versátiles y preparados para aportar soluciones prácticas e inmediatas. Por ello, el éxito de la empresa pasa por contar con un equipo legal que tenga una visión transversal del negocio y que participe activamente en la definición de la estrategia, la toma de decisiones y la creación de nuevos enfoques. La fórmula del éxito pasa por la creación de hubs jurídicos, donde el conocimiento profundo del negocio se une al expertise legal, donde ya no se buscan grandes dictámenes teóricos sino respuestas ágiles, ejecutivas y certeras. Para que cada acción integrada se haga por el camino adecuado.
En este contexto de hubs jurídicos, el enfoque de legal operations (Legal Ops) es esencial para mejorar la eficiencia, proactividad y efectividad del departamento, situando al abogado in house como impulsor de una gestión integrada y coordinada mediante la implementación tecnológica y la comunicación entre equipos. En este sentido, el conocimiento del negocio y el dominio tecnológico, como las herramientas basadas en inteligencia artificial, se han convertido en competencias imprescindibles para cualquier abogado.
Como la transformación de cualquier departamento jurídico también tiene sus desafíos, para tener éxito es necesario hacer un análisis de cada caso, teniendo en cuenta elementos tan importantes como la madurez de la compañía a nivel legal, tecnológico y de negocio; y realizando un diagnóstico que identifique fortalezas y necesidades, reales y concretas.
Paralelamente, el futuro de las asesorías jurídicas pasa por la diversidad y especialización. Los equipos son ya multidisciplinares, gracias a la integración de ingenieros, economistas y profesionales de administración y dirección de empresas, que trabajan junto a los abogados, aportando una visión transversal.
Otro aspecto clave en esta evolución es la medición. Ahora, las métricas permiten medir el rendimiento de las operaciones legales, que se han revelado tremendamente importantes para calificar con más claridad el cumplimiento de hitos. La gestión por KPIs es ya una práctica habitual, no solo para medir el volumen de trabajo, sino para demostrar evolución, calidad y aportación estratégica al negocio.
En conclusión, la transformación del abogado in house es imparable. De un profesional reactivo, ha pasado a convertirse en un socio estratégico orientado a resultados, capaz de anticipar riesgos, facilitar la estrategia y aportar soluciones prácticas y tecnológicas. Para cumplir con la legislación, se necesita visión de negocio, talento interno y equipos multidisciplinares. Juntos creamos más valor.

