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El auge de las validaciones de patentes en España: ¿una tendencia al alza?

Para empresas que tienen España como mercado clave, la validación nacional sigue siendo la alternativa más segura al estar fuera del sistema de patente unitaria

Sede de la Oficina Española de Patentes y Marcas, en Madrid.

Recientemente, la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) ha publicado sus cifras definitivas para 2024, entre las que destaca un dato especialmente relevante: el aumento del 12,7 % en las validaciones de patentes europeas presentadas en España con respecto a 2023.

Este es el segundo año consecutivo de crecimiento en las validaciones de patentes en España. En 2023, ya se había registrado un aumento de más del 13% con respecto a 2022, año en el que se produjo una fuerte caída. Algo que indica una recuperación sostenida del interés por proteger invenciones en el mercado español.

Este significativo incremento merece un análisis más detallado, ya que refleja la creciente importancia de España como destino para la protección de invenciones.

Las validaciones de patentes europeas son un indicador clave del atractivo de un mercado para la explotación de innovaciones. En este sentido, varios factores pueden estar influyendo en este crecimiento.

En primer lugar, la entrada en vigor de la patente unitaria en junio de 2023 ha supuesto una reducción de costes para la protección de una invención al solicitante en los países adheridos al sistema, lo que podría haber llevado a muchos titulares a optar también por validar sus patentes en España, que no forma parte de este sistema.

Un segundo factor a tener en cuenta sería el aumento de las concesiones de patentes europeas de la Oficina Europea de Patentes (OEP). Según los datos, el número de concesiones en 2024 se ha incrementado en torno a un 5 % respecto al año anterior. Este incremento natural de patentes concedidas a nivel europeo genera un efecto arrastre sobre las validaciones en mercados clave, como el español, donde las empresas buscan asegurarse una posición sólida frente a la competencia.

Por último, también es relevante considerar que España sigue siendo un destino atractivo desde un punto de vista comercial e industrial. La presencia de sectores estratégicos, como la biotecnología, la industria farmacéutica y la tecnología, unido a ser un mercado de amplio consumo, así como la creciente apuesta por las inversiones en I+D+i, hacen que nuestro país sea un lugar clave para la protección de invenciones.

La teoría nos dice que la patente unitaria ofrece ventajas claras, como un procedimiento simplificado, una única tasa de mantenimiento y la posibilidad de litigar en un solo tribunal en lugar de en múltiples jurisdicciones nacionales. Para muchas empresas, esto podría representar un ahorro considerable en costes y una mayor seguridad en la gestión de su cartera de patentes.

Sin embargo, en la práctica, la patente unitaria no es la mejor opción para todos. Para empresas que tienen España como mercado clave, la validación nacional sigue siendo la alternativa más segura. No solo porque el país está fuera del sistema unitario, sino porque el modelo de validaciones permite una gestión más flexible de los derechos de patente, pagando tasas individualmente y evitando riesgos de nulidad global.

Además, para quienes buscan protección solo en tres o menos países europeos, la patente unitaria suele resultar más costosa que el sistema tradicional de validaciones. En estos casos, la opción más lógica sigue siendo validar las patentes solo en aquellos países donde realmente se espera explotar la tecnología.

Por el contrario, quienes necesiten cobertura en cuatro o más países adheridos a la patente unitaria pueden beneficiarse de un ahorro significativo en costes de mantenimiento, además de una simplificación en la gestión administrativa. Pero incluso en estos casos, la validación nacional en España sigue siendo una necesidad si el mercado español forma parte de su estrategia comercial.

Así pues, este auge en las validaciones de patentes europeas en España no es un fenómeno aislado, sino una señal de que la propiedad industrial sigue ganando protagonismo en la estrategia de innovación de las empresas.

En un contexto de creciente competencia global, garantizar la protección de los desarrollos tecnológicos es una decisión cada vez más crucial para asegurar el retorno de la inversión en I+D y consolidar la posición en el mercado.

Y ante este escenario, España, con su marco legal y su dinamismo económico, se mantiene como un actor clave. Por ello, es fundamental analizar caso por caso qué sistema de protección resulta más conveniente para cada invención según las características de cada negocio y los intereses de desarrollo territorial.


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