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En colaboración conLa Ley

De trabajar en un despacho ‘top’ a montar una ‘boutique’: cuando emprender es la clave del éxito

Desde hace unos años, algunos abogados dejan su carrera en el despacho para arrancar su propio proyecto; los fundadores afirman que ahora tienen más autonomía y flexibilidad laboral

Unemployed hold cardboard box and laptop bag, dossier and drawing tube in box. Quitting a job, businessman fired or leave a job concept.

Si algo define a la abogacía de los negocios es que es una profesión de altos vuelos. Los grandes despachos siempre han sido un buen escaparate para que los abogados forjen un nombre y ganen prestigio. Sin embargo, desde hace unos años, algunos letrados –después de pasar por las filas de un bufete de élite o por el departamento jurídico de una big four– dan un giro de 180 grados a su carrera profesional. Marcados por la ambición y el deseo de dejar huella en el sector, estos profesionales toman la decisión de volar del nido para brillar con luz propia. No se trata de una decisión improvisada; después de cosechar su experiencia, rodeados de los mejores juristas, y agradecidos por su paso en la élite, ven que ha llegado el momento de separar sus caminos para montar su propia boutique especializada.

CincoDías ha consultado a diferentes fundadores de estos despachos para conocer los entresijos que les han empujado a dar el salto. Varios factores explican este fenómeno: en primer lugar, las ganas de autonomía. Los gigantes de la abogacía ofrecen un puesto estable y la oportunidad de construir una carrera brillante, pero también pueden ser un impedimento para operar con mayor libertad. “Contar con nuestra propia firma, que ya compite en nuestro sector con las big four, nos permite mantener la flexibilidad y agilidad necesarias para ofrecer un asesoramiento más cercano, especializado y de alto valor añadido”, afirman los padres de finReg360, una firma nacida a partir de abogados que han militado en las filas de grandes corporaciones como Cuatrecasas, Deloitte o KPMG.

Para los dueños de este bufete, construir su propio negocio les ha dado más oportunidades para trabajar a su estilo. “Tenemos libertad para definir nuestra estrategia, qué proyectos priorizar, qué relación construir con nuestros clientes o cómo gestionar la cultura corporativa y el talento”, apuntan.

Sobre este asunto también se pronuncia Pedro Belda, exabogado de Uría Menéndez que montó junto a dos compañeros la boutique Belda, Bordón & Merodio Abogados. Los tres fundadores tenían inquietudes personales. “Buscábamos algo diferente de lo que creemos que nos podía ofrecer un gran despacho”, expresa. “Nos faltaba el dinamismo emprendedor y de negocio, convertirnos en la figura del abogado como persona cercana y de máxima confianza de los clientes”, resume Belda. En otras palabras, los socios necesitaban “comenzar un proyecto propio de cero y verlo crecer con trabajo duro y dedicación”.

En segundo término, las condiciones laborales. Las jornadas intensas de trabajo, condimentadas con una alta exigencia y aliñadas con la presión por alcanzar objetivos de facturación, son el caldo de cultivo que marcan el día a día de un gran despacho. Una situación que dificulta, en ocasiones, encontrar el equilibrio entre la vida personal y profesional. Por el contrario, los abogados que deciden trabajar por cuenta propia han abierto un abanico de posibilidades. “La conciliación es más fácil, la sensación de autorrealización es mayor… Es difícil imaginar un margen de mejora tan grande”, señalan Jesús Romero y Ana Armijo, dos juristas que salieron de Garrigues para fundar Talento Abogados. “Hemos dicho adiós al presencialismo, a los time reports, a las políticas up or out y a los correos masivos recordando que hay que tener cuidado con que no se derrame nada sobre la moqueta”, comentan.

El salario también es otro punto que destacar. Salir de un gran despacho no solo les ha permitido trabajar de forma más libre, sino también incrementar su sueldo. Todos los entrevistados así lo afirman. De hecho, comenta Alberto Campo, uno de los fundadores de Evergreen que anteriormente pasó por las filas de Cuatrecasas, no solo tienen libertad de horarios y flexibilidad para el teletrabajo. “En términos salariales como socios, nos encontramos por encima de la media de lo que gana un socio en un despacho grande o mediano”.

La clave del éxito

En un mercado tan competitivo como el sector legal, emprender no es tarea fácil. Teniendo en cuenta los ejemplos citados, ¿cuál es la clave para triunfar? “Tener un recorrido importante en sus firmas anteriores y un negocio consolidado que hayan sido capaces de generar ellos mismos”, responde Carlos Nieto, mánager de tax & legal de de la consultora de RRHH en Wehunt. Para el headhunter, los bufetes que acaban de iniciar su actividad siempre obtendrán más éxito si poseen abogados que han construido su marca personal. “Contar con profesionales de prestigio y de primer nivel es fundamental para que todo fluya”, expone. A partir de ahí, la marca “irá cogiendo nombre según avanza el negocio”, añade Nieto.

Ahora bien, dejar el éxito de un negocio en manos del prestigio profesional de los socios es un error. La experiencia y las dotes de abogado adquiridas en gigantes del sector es clave, pero no necesariamente garantiza el triunfo. “No basta con abrir las puertas y esperar a que los clientes lleguen”, explica Lidia Zommer, directora de Mirada360 y analista del sector legal. “El gran error de muchos abogados que emprenden es asumir que los clientes llegarán solos”, opina. Para la experta, es importante que los abogados saquen a relucir sus dotes comerciales para poder sobrevivir. “Es imprescindible una estrategia activa de networking, contenido y relaciones públicas para que el mercado asocie el nuevo nombre con la calidad y la confianza que el abogado ya tenía en su etapa anterior”.

Conseguir una cartera de clientes es, precisamente, “el mayor reto al montar un despacho propio”, advierte Zommer. Debido a las cláusulas y contratos anticompetencia, los abogados tienen prohibido pescar directamente a los clientes que hicieron en los grandes despachos, es decir, no pueden invitarlos expresamente a trasladar sus asuntos a su nueva firma. Aunque, en la práctica, la relación personal que un abogado ha construido con estos hace que “algunos lo sigan cuando se independiza”, admite la analista.

A pesar de las cláusulas anticompetencia, según Carlos Nieto, es habitual que los abogados que se van de un despacho arrastren su cartera de clientes. Luego, apunta, cuando se emprende un nuevo negocio, “habrá que ampliar la red dando un servicio de alta calidad, realizando venta cruzada de otras prácticas jurídicas buscando nuevas oportunidades de negocio en clientes nuevos”.

Por otro lado, que los abogados vuelan del nido no siempre se traduce en una amenaza para los grandes despachos. En muchas ocasiones, cuenta Zommer, los socios de la firma anterior se convierten en los primeros prescriptores del bufete y pueden derivar asuntos que no encajan en su estructura. Especialmente, “cuando los abogados que emprenden se enfocan en un área de nicho o en un tipo de cliente que el despacho anterior no atiende con prioridad”, concreta la analista.

Sin mirar atrás

El éxito que han cosechado estas boutiques especializadas ha llamado la atención de las grandes firmas, que a veces tocan sus puertas en búsqueda de nuevas oportunidades de negocio. “El mercado nos dice que la tendencia es a la concentración, es decir, grandes bufetes que acaban absorbiendo a las firmas más pequeñas”, asevera Carlos Nieto.

Una dirección que confirman los bufetes consultados. Aunque, según sus respuestas, no están dispuestos a abandonar su negocio. “Nos han propuesto esquemas de integración, pero nosotros tenemos muy claro que nuestra apuesta es la de nuestro propio proyecto y un cambio de esas características no nos va a seducir”, asegura Pedro Belda.

Volver sobre sus pasos y trabajar para una gran firma tampoco es una alternativa para los fundadores. Por ejemplo, los padres de Evergreen solo contemplarían el cambio si una firma anglosajona sin presencia en España o Iberia llama a su puerta. Eso sí, siempre que se les presentara “un proyecto ambicioso que nos permitiera mantener las condiciones de su boutique”, puntualizan. “Si hubiésemos querido seguir en nuestras anteriores casas, nunca habríamos dado el paso de crear nuestra propia firma”, reflexionan los propietarios de finReg360. Los dueños de Talento tienen una respuesta más tajante. “Nunca. Jamás. No, en serio, qué va. Que no, que no”.

Letrados que emprenden con ‘apps’ jurídicas

Lawying. Es un proyecto elaborado por tres profesionales de Sevilla: Alejandro Feria, abogado de Simmons & Simmons; Enrique Gago, abogado de Garrigues, y Manuel Rodríguez-Tabernero, ingeniero de Airbus. Juntos lanzaron al mercado Lawying, la primera red social para profesionales del derecho en España. A través de esta plataforma, los usuarios pueden intercambiar conocimientos, debatir sobre normativas y tendencias legales, establecer contactos con otros expertos del sector o acceder a nuevos clientes mediante un canal de publicidad totalmente gratuito. El proyecto ya lleva varios meses operativo y los fundadores han conseguido “más de 1.500 usuarios”, afirma Feria. “En este tiempo hemos puesto a su disposición más de 300 publicaciones de muy diversa índole, así como eventos del sector u oportunidades profesionales, por mencionar algunas”, señala. Su objetivo, añade, es revolucionar el acceso a los servicios legales. “Aspiramos a crear un sistema objetivo de valoración de profesionales, identificando a aquellos que presentan una mayor in­quietud profesional y poniéndolos a disposición de particulares que necesiten contratar a un abogado”.

Logsave.me. Es un proyecto desarrollado por David N. Martínez y Neus N. Martínez, dos abogados expertos en fiscal y economía. Se trata de una app que utiliza tecnología blockchain, biometría y cifrado para generar pruebas de residencia fiscal y autenticación de firmas digitales. “Es la solución perfecta para aquellos que viajan con frecuencia por trabajo, tienen residencias en el extranjero o necesitan validar firmas digitales de manera segura y legal evitando costes notariales y de desplazamiento”, manifiestan los fundadores. La aplicación presenta dos funcionalidades principales. La primera, prove your tax residency (demuestre su residencia fiscal), es una función que permite a los usuarios demostrar su residencia fiscal en un país o región, proporcionando un documento totalmente válido a efectos legales, fiscales o administrativos. La segunda funcionalidad, prove you signed (demuestre que firmó), certifica que las firmas digitales realizadas son auténticas, eliminando cualquier duda sobre la identidad del firmante, así como el momento y lugar de la firma. Este proyecto fue presentado en el Mobile World Congress 2025.



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