Los abogados de Gisèle Pelicot: “El juicio nos llevó a interrogarnos sobre el concepto de masculinidad y lo que representa”
Stéphane Babonneau y Antoine Camus han recibido el reconocimiento en la categoría internacional de los V Premios de Igualdad de la Abogacía Española

En la vida profesional de un abogado hay procesos judiciales que marcan para siempre su trayectoria. Este es el caso de los letrados de Gisèle Pelicot, Stéphane Babonneau y Antoine Camus, que han tenido que liderar una de las causas que más interés ha generado no solo en Francia, sino a nivel mundial. Ha sido el caso de sus vidas, admiten, y extraen lecciones de esta experiencia profesional que jamás imaginaron que vivirían. “La más importante se ha encapsulado en la frase de nuestra clienta, que la vergüenza tiene que cambiar de bando”, sentenció Babonneau en perfecto español. “Como hombres, el juicio nos llevó a interrogarnos sobre el concepto de masculinidad y lo que representa”, explicó Antoine Camus, cuyas palabras tradujo su compañero.
El penalista recordó que a lo largo de todo el procedimiento tuvieron que escuchar las excusas que dieron los acusados que confirman, a su juicio, la existencia de una “cultura de la violación” y una visión de la mujer que, asegura, “no entendíamos, no la teníamos muy clara antes de entrar en este proceso jurídico”. Recuerda que varios de los imputados argumentaron delante del tribunal que pensaban que, si el esposo estaba de acuerdo, no podía haber violación. Incluso hombres que se vieron a sí mismos en los vídeos que grabó el marido, Dominique Pelicot, condenado a 20 años de prisión, seguían negando los hechos. Otros que vieron las piezas audiovisuales ni siquiera pensaron en denunciarlo. Simplemente callaron.
Ambos abogados han sido reconocidos en la categoría internacional de los V Premios de Igualdad que otorga el Consejo General de la Abogacía Española (CGAE). En palabras de su presidente, Salvador González, son merecedores de este galardón por no cejar en “buscar el castigo penal a quienes le produjeron tanto daño” y destacó que se trata de un caso en el que “el dolor de la víctima y la gravedad de los delitos alcanzan una dimensión extraordinaria, delitos que a veces se ocultan porque hay miles de casos que no trascienden al público y que requieren de auxilio de la abogacía”. El año pasado hubo más de 81.000 asistencias en el turno especializado de violencia de género, recordó.
En una rueda de prensa celebrada tras un encuentro con la ministra de Igualdad, Ana Redondo, los letrados de la acusación del caso Pelicot le dedicaron a su clienta este premio y recordaron que “ella, como todas las víctimas de violencia sexual, se sintió muy avergonzada cuando empezó el caso y no pensaba que tendría el coraje para tener un juicio público. Le tomó años y mucha ayuda. Este tipo de casos no se puede manejar solo, se necesita apoyo y soporte, de la familia y los amigos”, reflexionó Babonneau, que insistió en que cuando no existen estas redes, deben intervenir las instituciones.
Al contestar a las preguntas de los medios, los letrados de Gisèle Pelicot insistieron en que en temas de violencia de género hay muchos progresos por hacer, sobre todo en la manera cómo se juzgan estos casos y el trato que reciben las víctimas.
Mejoras necesarias en los tribunales
Al abordar las mejoras que deben afrontar los sistemas judiciales, hablaron desde su rol de especialistas en derecho, destacando las garantías que deben existir tanto para la víctima como para el acusado. En este sentido, Babonneau aludió al derecho a la defensa que tiene cualquier ciudadano. “No somos abogados activistas, somos abogados simplemente. Tengo muchos casos en defensa. Por eso, es muy importante que no haya una oposición en la representación de la víctimas y de los acusados, creemos en un equilibrio en el Estado de derecho donde cada uno tiene que defenderse. Que las víctimas sean bien tratadas no debe suponer que la defensa se vea mermada”, reflexionó.
Pero este procedimiento les ha permitido extraer conclusiones sobre los necesarios avances que se deben producir. “Hay una reflexión abierta en Francia sobre que todavía se puede progresar, hubo muchos tratamientos que no fueron normales y que otras víctimas no habrían podido soportar”, explicó. Ambos penalistas destacaron la excepcional fuerza de su clienta.
A pesar de ello, hubo un cierto sentimiento de soledad. Había medio centenar de acusados, con 40 abogados de la defensa, frente a ellos y a Gisèle Pelicot. Recordaron que la prensa internacional tenía un enorme interés por ver cómo se resolvía este caso en Francia, pero puede ocurrir en cualquier país, advirtieron. “Estos problemas existen y parecen ser considerados como prioridades. Pero lo que nadie encontró es la manera de tratarlos. No hay ninguna sociedad que pueda encontrar la solución sola a estos problemas, se tienen que promover valores que son comunes y europeos”, señaló Babonneau.
En este sentido, destacó que los modelos de protección de las víctimas de violencia de género, “un problema que existe en la sociedad, que todavía es muy machista, y también lo es en Francia”, deben ir más allá del acompañamiento en la denuncia. Se debe reforzar el apoyo económico y social cuando la mujer no trabaja y depende económicamente de su agresor, también en el cuidado de sus hijos. “Se tiene que pensar a nivel de Estado y jurídico. Existen dispositivos de ayuda, pero son ineficientes”, indicó el letrado.
Inspiración para otras víctimas
Pero ¿cuál es la situación actual de su clienta? Giséle Pelicot quiere vivir una vida normal y está dedicada a ello. “Va bien, como una puede estar después de lo que vivió. El caso se reveló en 2020 y tuvo años para encontrar la fuerza para enfrentarse a ello. Está en paz con el resultado del primer juicio, está bien y trata de llevar una vida lo más normal posible, que es realmente lo que quería”, explica Stephane Babonneau.
Sin embargo, ha optado por mantener un perfil bajo porque la causa no ha terminado. Un total de 17 acusados decidieron recurrir sus condenas y el juicio ha sido programado para octubre. Recientemente, ocho de ellos abandonaron y nueve siguen con la apelación.
“El caso dio mucha inspiración a muchas víctimas”, reconoció Stephane Babonneau. De hecho, varios letrados que forman parte de otro procedimiento que está concitando el interés mediático en Francia, el del cirujano Joël Le Scouarnec, que está siendo juzgado por violaciones y abusos sexuales a 299 víctimas, muchas de ellas menores de edad, han contactado con ellos y les han expresado que sus clientes han decidido enfrentarse a su agresor gracias al ejemplo de Pelicot. Incluso en casos de secuestrados por el Daesh en Oriente Medio, que fueron torturados, han expresado su agradecimiento en su alegato final a Gisèle Pelicot porque su ejemplo les ayudó. “Piensan que, si ella encontró la fuerza para enfrentarse a 50 hombres que la habían violado, incluido su esposo, si ella lo pudo hacer, yo también puedo hacerlo”, explicaron los penalistas.