Productos cosméticos y envases recargables: sostenibilidad versus seguridad
Las regulaciones europeas y nacionales relativas al fomento de envases sostenibles no responden a los riesgos y requisitos específicos de algunos sectores
Cada vez es más habitual que las marcas ofrezcan en el mercado productos cosméticos con envases reutilizables o recargables. ¿Por qué? Por una parte, existe una creciente demanda de sostenibilidad del consumidor y, por otro lado, desde la Unión Europea se imponen a los Estados miembros obligaciones de diseño ecológico, reducción de consumo de plásticos y recursos de un solo uso y promoción de reciclaje, entre otras cuestiones.
Sin embargo, constituye un desafío combinar la voluntad o cumplimiento de la normativa sobre sostenibilidad con la seguridad de los productos y el cumplimiento de la regulación europea y nacional relativa a los productos cosméticos. Los retos que se plantean son diversos. En primer lugar, la posible contaminación y su impacto en la estabilidad del producto. La reutilización de envases puede implicar riesgos de contaminación si no se implementan protocolos rigurosos de limpieza. En el caso de productos cosméticos, donde es evidente la trascendencia de las formulaciones químicas, pequeñas impurezas pueden alterar la composición o eficacia del producto o provocar efectos adversos en el consumidor.
En segundo lugar, hay que atender a los diferentes materiales que componen un envase. Aunque los envases recargables utilicen plásticos reciclados, no todos los materiales reciclados cumplen con los mismos requisitos o estándares de calidad y su mezcla debe ser analizada. Los plásticos reciclados, sobre todo aquellos que se utilizan en productos tan sensibles para la salud humana como son los cosméticos, deben ser evaluados minuciosamente para garantizar que no se alteren las propiedades del producto.
Finalmente, es preciso verificar la durabilidad y diseño del envase. Los envases recargables deben ser diseñados para resistir un uso prolongado sin comprometer su funcionalidad o la seguridad del producto. Sin embargo, garantizar esta durabilidad, podría exigir materiales adicionales o tratamientos químicos que pueden conflictuar con los principios o requisitos de sostenibilidad.
A pesar de estos desafíos, las regulaciones europeas y nacionales relativas al fomento de envases sostenibles y reducción de envases de un solo uso, no responden a los riesgos y requisitos específicos de algunos sectores. Por ejemplo, el Real Decreto de Envases y Residuos de Envases prioriza la reducción de desechos, pero no aborda con detalle cómo asegurar la compatibilidad de estos envases con productos sensibles y con impacto para la salud humana como pueden ser los del sector cosmético. A la espera de que el legislador aborde en el futuro con detalle los desafíos que provoca esta combinación de legislaciones, conviene sensibilización por parte del consumidor y la adopción de medidas de forma unilateral, como han hecho algunas empresas productoras y distribuidoras de productos cosméticos. ¿A qué medidas nos referimos?
Los consumidores deben ser conscientes de la importancia de la higiene en la manipulación de los envases recargables, para no comprometer la seguridad del producto y evitar riesgos derivados de la recarga, máxime en el ámbito particular. Asimismo, las empresas deben establecer protocolos de limpieza y recarga, y sistemas centralizados para la limpieza y desinfección de envases reutilizables, incluso cuando se realiza en tienda. No solo protege la seguridad del producto y, por tanto, al consumidor, sino que beneficia la durabilidad del envase y el compromiso con el medio ambiente. Finalmente, como siempre, y en este sector no podía ser menos, las empresas tendrán que invertir en innovación para lograr el uso de materiales avanzados que combinen sostenibilidad con estabilidad química, de tal manera que se eviten los posibles problemas de migración y deterioro del producto.
Como conclusión, sostenibilidad sí, sin duda, pero sin olvidar que la cosmética es un mercado que no puede obviar los requisitos de seguridad y calidad que impone su específica normativa, gracias a la cual, y a las rigurosas empresas fabricantes que lo componen, han hecho de este sector español un referente a nivel mundial.