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En colaboración conLa Ley

La Fundación Internacional para la Valoración de Impactos (IFVI) publica un modelo para cuantificar la huella ambiental de las empresas

Sir Ronald Cohen y Paul Polman, dos referentes mundiales, urgen a las compañías para que sean más ambiciosas: no vale con no causar daños

En la foto de familia, de izquierda a derecha, Pedro Rodero presidente de Ontier España;  Elena Valderrábano directora global de sostenibilidad de Telefónica; Teresa Parejo, directora de sostenibilidad de Iberia; Sara Ramis directora de clientes, marketing y sostenibilidad de Grupo Barceló; María Herrero presidenta de El Observatorio de Impacto, Sir Ronal Cohen; Paul Polman, Alejandra Kindelán presidenta de la Asociación Española de Banca; Ana Ruiz socia de Transcendent; Manuel Rua director de sostenibilidad de Amadeus y Ángel Pérez Agenjo, socio director de Transcendent.
En la foto de familia, de izquierda a derecha, Pedro Rodero presidente de Ontier España; Elena Valderrábano directora global de sostenibilidad de Telefónica; Teresa Parejo, directora de sostenibilidad de Iberia; Sara Ramis directora de clientes, marketing y sostenibilidad de Grupo Barceló; María Herrero presidenta de El Observatorio de Impacto, Sir Ronal Cohen; Paul Polman, Alejandra Kindelán presidenta de la Asociación Española de Banca; Ana Ruiz socia de Transcendent; Manuel Rua director de sostenibilidad de Amadeus y Ángel Pérez Agenjo, socio director de Transcendent.Foto cedida.


La Fundación Internacional para la Valoración de Impactos (IFVI) ha hecho pública una novedosa metodología, en base a modelos y una base de datos con cerca de 100.000 elementos, para valorar y monetizar el impacto ambiental de las empresas. Tras años de trabajo, este hito marca un antes y un después porque el resultado demuestra tres aspectos que son claves: que contabilizar la huella es factible a gran escala, que estos números son relevante para la toma de decisiones, y que se están logrando avances significativos para ampliar la forma en que se conceptualiza este impacto.

La presentación de este novedoso enfoque se produjo durante la celebración este miércoles, 16 de octubre, del Impact Day 2024, un evento de referencia en materia de impacto en España, que este año ha contado con la participación de Sir Ronald Cohen, conocido como el padre de la inversión de impacto y presidente y cofundador del GSG Impact, y Paul Polman, ex CEO de Unilever y líder empresarial que promueve el cambio sistémico en el mundo.

El evento, organizado por el Observatorio de Impacto —una iniciativa de la consultora de sostenibilidad e impacto Transcendent y el despacho de abogados Ontier— ha sido un encuentro de líderes ya comprometidos con la sostenibilidad y el impacto social que busca inspiración al más alto nivel.

El evento, presentado por Pedro Rodero, presidente de Ontier España y vicepresidente del Observatorio de Impacto, y por Ana Ruiz, socia de Transcendent, ha culminado con una mesa redonda moderada por Alejandra Kindelán, presidenta de la Asociación Española de Banca (AEB), que ha contado con la participación de Elena Valderrábano, directora global de sostenibilidad de Telefónica; Teresa Parejo, directora de sostenibilidad de Iberia; Sara Ramis, directora de cliente, marketing y sostenibilidad de Barceló Hotel Group; Manuel Rua; director de sostenibilidad de Amadeus, y Ángel Pérez Agenjo, socio director de Transcendent.

Todos ellos han analizado el papel fundamental de las empresas, demostrando liderazgo y compromiso hacia un modelo económico que impulse un crecimiento sostenible y responsable.

Ante más de 300 empresarios, ejecutivos y directores de empresa, tanto Paul Polman como sir Ronald Cohen instaron a que se aumente el nivel de ambición en el proceso de transformar el modelo de negocio hacia “el impacto netamente positivo”. Como explicó Polman, “necesitamos construir negocios netos positivos, es decir, empresas que asuman la responsabilidad del impacto que generan en el mundo y mejoren el bienestar de todas las personas”. Y es que, añadió, “el coste de la inacción es ya superior al coste de la acción”.

Para ello, defendió que es necesario transformar el modelo de negocio tradicional, actualmente basado únicamente en la maximización de beneficios o la rentabilidad para el accionista, en un modelo “netamente positivo”, que supone medir todos los impactos que genera una empresa para “dar más de lo que recibe”.

Desde la óptica de la oportunidad financiera, Cohen insistió en que el nuevo enfoque basado en el trinomio rentabilidad-riesgo-impacto, no es sólo una palanca de generación de valor, y una herramienta para afrontar los retos, sino también una gran oportunidad de negocio. “La cuestión de cuándo llegará la transparencia global a la nueva contabilidad de impacto no es ya “si” llegará sino “cuán pronto” la tendremos”, explicó Cohen. En este sentido, Cohen anunció la publicación esta misma semana de la metodología de la IFVI.

Impacto positivo

Cohen y Polman coincidieron en que el impacto positivo debe ir más allá de la sostenibilidad convencional porque no se trata de “causar menores daños”, sino de transformar los modelos de negocio para que las empresas, tal y como defiende Polman en su libro “Netamente positivo”, devuelvan a la sociedad y al planeta más de lo que extraen. Esto implica un modelo de producción que repare, restaure, y regenere, aumentando el bienestar de todos los grupos de interés, desde empleados hasta inversores, pasando por clientes, proveedores y comunidades.

Grandes desafíos de la empresa española

Con la demanda creciente de transparencia, debido a la nueva consciencia social por parte de consumidores e inversores, las empresas están bajo un alto grado de escrutinio sobre el impacto que generan.

También la regulación europea está empujando hacia una mayor transparencia de los daños que causan las empresas. Esta es, como explicó María Herrero, presidenta del Observatorio de Impacto y socia de Transcendent, una de las mayores quejas de las empresas, especialmente de las más pequeñas. “El exceso de regulación española supone más de 1 millón de páginas publicadas en el BOE, tiene un peso equivalente a una docena de vacas, a una altura equiparable a la Sagrada Familia, o a una longitud en línea recta equivalente al trayecto Madrid-Murcia, es decir, 378 Km”, según explica la CEOE al referirse a la regulación de las empresas.

Según la CNMV, a la empresa española le preocupa la crisis geopolítica con los conflictos de Ucrania y Oriente Medio, cuyos efectos inmediatos son la incertidumbre, la amenaza a las cadenas de suministro y la subida de precios en las materias primas, especialmente los recursos energéticos. También la subida de tipos que genera volatilidad en los mercados y sube el coste de los créditos y la financiación de las empresas, la evolución de los tipos de cambio, el impacto de la creciente regulación sobre el clima y la sostenibilidad, y un entorno de mayor digitalización, que aumenta las brechas de seguridad en los sistemas de información.

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