La directiva Green Claims: ¿El fin del ‘greenwashing’ en España?
Se trata de una normativa con un objetivo claro: asegurar que cuando un producto o servicio se comercialice como ecológico, realmente lo sea
Desde hace varios años, ser ecológico no solo ha sido una cuestión de responsabilidad corporativa, sino también una estrategia de negocio rentable, pues es sabido que cada vez más consumidores demandan productos y servicios que respeten el medio ambiente y están dispuestos a pagar más por ellos. Sin embargo, este cambio positivo en la demanda ha dado lugar a un problema significativo y conocido por todos: el greenwashing. Han sido muchas las empresas que han generado una confusión intencionada o incluso falsificado sus credenciales ambientales para aprovechar esta tendencia sin realizar verdaderos esfuerzos sostenibles.
Para abordar este desafío y proteger a los consumidores de la desinformación, la Comisión Europea presentó el pasado 22 de marzo de 2023 la propuesta de directiva Green Claims. Una normativa con un objetivo claro: asegurar que cuando un producto o servicio se comercialice como ecológico, realmente lo sea. La directiva no solo busca proporcionar a los consumidores información fiable y verificable, sino que también pretende establecer unas condiciones de competencia equitativas entre las empresas en cuanto a las declaraciones sobre el comportamiento ambiental de sus productos.
Pero la verdadera importancia de Green Claims radica en su capacidad para transformar la forma en que las empresas abordan la sostenibilidad y cómo comunican sus prácticas ambientales, pues una vez que entre en vigor, las empresas estarán obligadas a fundamentar todas sus afirmaciones ambientales explícitas antes de publicarlas. Esto incluye proporcionar información sobre el ciclo de vida del producto, su durabilidad y reciclabilidad, entre otros factores. Además, todas estas afirmaciones deberán ser verificadas por terceros independientes, garantizando así que solo las empresas que realmente cumplen con los criterios de sostenibilidad puedan hacer estas declaraciones.
Así, el 17 de junio de 2023, el Consejo de la Unión Europea adoptó su posición sobre esta iniciativa, preparando el terreno para las negociaciones con el Parlamento Europeo este mes de septiembre. Negociaciones que serán cruciales para definir sus detalles finales, pero ya está claro que las consecuencias para las empresas que no cumplan serán significativas: multas de al menos el 4% de sus ingresos anuales, exclusión de licitaciones públicas y la prohibición de publicidad basada únicamente en programas de compensación de carbono. Un enorme y necesario paso para garantizar que la sostenibilidad no sea solo una herramienta de marketing, sino un compromiso real por parte de las empresas.
En este contexto, las sociedades de Beneficio e Interés Común (BIC), que desde el movimiento B Corp, el cual tengo el privilegio de liderar, impulsamos su reconocimiento en 2022, emergen como un modelo destacado, al integrar de manera legal y formal en sus estatutos la obligación de generar un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente. Algo que en el movimiento B Corp llevamos años haciendo, pues reconocemos y aunamos a las empresas que incluso van más allá, cumpliendo con altos estándares de desempeño social y ambiental, gobernanza y responsabilidad legal y hemos comprobado de primera mano cómo la autenticidad, el rigor, la transparencia y la verificación son esenciales para ganar la confianza del consumidor.
La directiva Green Claims también introduce una distinción importante entre las declaraciones ambientales explícitas y las etiquetas ambientales, estableciendo requisitos específicos para cada una. Por ejemplo, se exige que las etiquetas ambientales sean claras, comprensibles y hagan referencia específica a las características ambientales que cubren. Además, la directiva incluye un procedimiento simplificado para ciertos tipos de declaraciones, lo que permitirá a las empresas más pequeñas cumplir con las nuevas reglas sin una carga administrativa excesiva. Es importante destacar que esta directiva se enmarca en el Pacto Verde Europeo, y complementa otras iniciativas como la directiva de empoderamiento de los consumidores y la directiva de derecho a reparar. Todas estas normativas forman parte de un esfuerzo más amplio por transformar la economía europea hacia un modelo más sostenible y circular.
En resumen, la directiva Green Claims tiene el potencial de cambiar radicalmente la manera en que las empresas españolas y europeas abordan la sostenibilidad. Al obligar a las empresas a ser más transparentes y responsables en sus declaraciones ambientales, se espera que no solo se reduzca el greenwashing, sino que también se incentive a las empresas a adoptar prácticas verdaderamente sostenibles. Para los consumidores, esta directiva representa una garantía de que cuando optan por un producto etiquetado como ecológico, están tomando una decisión informada y contribuyendo de manera efectiva a la protección del medio ambiente.
Porque la sostenibilidad no debe ser solo una promesa, sino una realidad tangible y verificada que impulse un mercado más justo y sostenible, donde las verdaderas prácticas responsables sean reconocidas y recompensadas. Es hora de que la sostenibilidad deje de ser una simple palabra de moda y se convierta en un aspecto esencial para todas las empresas.