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Propiedad industrial
Tribuna
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Lo que la patente unitaria ha hecho por España

La oficina europea ha batido récords tanto a nivel global como en territorio nacional

Patente
Agencia Getty

En lo que a patentes se refiere, el año pasado fue la temporada del gran cambio en Europa. El 1 de junio de 2023 entraba en vigor la patente unitaria, una esperada evolución de la protección de la propiedad industrial que daba sus primeros pasos décadas después de ser proyectada. A pesar de que acaparase la atención del ecosistema de la innovación, la realidad es que solo las patentes europeas concedidas después de esa fecha pueden optar por esta vía, pero resulta inevitable pensar que existe una relación entre este hito histórico y que las solicitudes ante la Oficina Europea de Patentes (OEP) hayan batido récords tanto a nivel global (+2,9%) como en España (+6,9%).

Organizaciones públicas y privadas de todo tipo leímos, analizamos, reflexionamos e informamos sobre en qué consistía esta evolución, cuáles eran sus ventajas, sus riesgos, cuándo podría convenir más y cuándo quizás no interesaba tanto optar por el nuevo modelo. Una y otra vez, aquí y allá, hemos aclarado las dudas que surgían, surgen y seguirán aflorando sobre este puzle legislativo del que España no es una pieza ni ha habido noticia alguna que indique que lo será en el futuro.

Explicar el sistema no es tarea fácil porque, aunque el espíritu de la patente unitaria sea simplificar el esquema de tramitación, lo cierto es que a día de hoy la madeja está, si cabe, más liada que antes. Sin embargo, quiero creer que los esfuerzos de instituciones y colegas del sector por divulgarlo han sido un factor de peso en el incremento del interés por proteger las invenciones en Europa, aunque esto no quiera decir necesariamente que, cuando esas patentes se concedan, se vaya a optar por la vía unitaria.

Con respecto a lo que sí sabemos y que se recoge en los datos publicados recientemente por la Oficina Europea de Patentes, hay que decir que no hay grandes novedades a nivel global ni tampoco en España. Poco a poco se van consolidando las tendencias en cuanto a los sectores más activos y podemos ver que países de la zona oriental como China y Corea siguen acortando su distancia con Alemania y Estados Unidos.

En nuestro país tampoco se encuentran grandes titulares. Según los últimos datos publicados por la OEP, una de cada cuatro solicitudes de patente europea pertenece al sector salud. Además, las grandes empresas siguen siendo una minoría en el ranking. Cataluña, la Comunidad de Madrid, País Vasco y la Comunidad Valenciana son las cuatro comunidades autónomas que encabezan la tabla.

Pero, aunque se observen pocos cambios, la sensación es que hay razones para el optimismo, cuyo origen, quizás y paradójicamente, habría que buscarlo en la patente unitaria. Además del impacto que haya podido tener la labor divulgativa en los buenos datos, contamos con las cifras de solicitudes de efecto unitario para patentes europeas que, aunque se hayan concedido ahora, se presentaron a principios de la década. Entre ellas hay que destacar que el español es el idioma preferido para las traducciones que tienen que presentarse para realizar el trámite. De hecho, el idioma ha sido el elegido en cerca de un tercio del total de los casos presentados.

La razón es simple: una única traducción al español se puede emplear tanto para solicitar el efecto unitario de una patente europea como para la validación en España. Este doble uso representa un ahorro que, de alguna manera, ha vuelto a poner al país en el mapa.

No obstante, la mejor noticia sería que el número de patentes europeas de solicitantes españoles siguiera aumentando en los próximos años. Esto supondría un claro indicador de que la investigación realizada en España se protege mediante patente y que, por tanto, las invenciones resultantes de las investigaciones tendrán la oportunidad de llegar al mercado y de resultar en un retorno económico para las empresas e instituciones que deciden invertir en alguna investigación.


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