En colaboración conLa Ley

La igualdad de género ya está en la ley, pero también es necesario un cambio social

Para celebrar el Día Internacional de la Mujer la iniciativa Ecija By Women organizó un encuentro en el que se debatió sobre el liderazgo femenino

Encuentro sobre liderazgo femenino en el sector legal, celebrado este miércoles en el auditorio de la oficina de Ecija en Madrid

La legislación española ha avanzado mucho en políticas destinadas a lograr la igualdad de género, pero aún no se ha conseguido el cambio social que lleve a una igualdad de oportunidades real entre hombres y mujeres. Esta es una de las conclusiones del encuentro Mujeres, influencia y liderazgo en el sector legal: ¿un océano azul?, celebrado este miércoles en el auditorio de la oficina de Ecija en Madrid. El objetivo del evento impulsado por Ecija By Women, tal y como expuso Teresa Pereyra, socia de la firma y líder de la iniciativa, era conmemorar el Día Internacional de la Mujer a través de la idea del liderazgo femenino como una palanca de impulso hacia un océano azul, es decir, como un factor de diferenciación y ventaja competitiva.

La ponencia de la psicóloga Virginia García Beaudoux, consultora del Programa para el Desarrollo de Naciones Unidas (PNUD), abrió la jornada con un discurso centrado en la necesidad de trasladar las políticas de igualdad de género a la práctica. Para avanzar en el reconocimiento y posicionamiento de las mujeres, García Beaudoux señaló que es necesario trabajar en las cuatro P: políticas paritarias, procesos, prácticas informales y prejuicios. “Las organizaciones están cambiando sus políticas y procesos, pero cambiar las prácticas y los prejuicios lleva más tiempo”, afirmó.

Con respecto a los sesgos, Virginia García Beaudoux indicó que no se pueden evitar, pero que es necesario ser conscientes de ellos para no caer en la trampa y no reproducirlos. También insistió en la necesidad de visibilizar a el talento femenino en distintos campos, para que las jóvenes y las niñas tengan sus referentes ya que, de lo contrario, “es muy difícil ser lo que no podemos ver”. Para finalizar su intervención concluyó que no incluir el liderazgo de las mujeres es un lujo que no nos podemos permititr porque no se puede desaprovechar el talento del 50% de la población mundial.

El plato fuerte del evento fue la mesa redonda en la que conversaron Carolina Álvarez-Buylla, business legal affairs de Netflix; Ana Regidor, chief privacy officer de Amadeus IT Group; y Clara Ruipérez de Azcárate, directora de estrategia jurídica de contenidos, marca y transformación digital de Telefónica; moderadas por la periodista jurídica de Aranzadi LA LEY y CincoDías, Patricia Esteban. En esta charla las participantes compartieron con la audiencia, compuesta fundamentalmente por mujeres, su visión y experiencia sobre el liderazgo femenino. Respondieron sin reservas a cuestiones sobre las mujeres que habían sido sus referentes, la evolución de la igualdad de género en el terreno profesional en los últimos años, las consecuencias que tuvo la maternidad en sus carreras o si consideraban que la discriminación por edad es más habitual para las mujeres que para los hombres.

Así, para Carolina Álvarez-Buylla, normalizar la diversidad de formas de liderazgo es una responsabilidad de todos. Como también lo es la conciliación y el cuidado de los hijos. “La conciliación no solo tiene que ser para las mujeres, cambiemos esto, tenemos que asumir esa igualdad para acceder a los mismos puestos”, señaló. Hasta que no lleguemos a ese punto, añadió, serán necesarias cuotas porque “a las mujeres no suelen abrirnos puertas sólo por nuestros méritos”.

Ana Regidor hizo hincapié en que a pesar de la gran evolución que ha vivido su organización en términos de igualdad de género, aunque lamentó que aún queda mucho por hacer. “Las políticas de igualdad están, pero es necesario un cambio social”, subrayó. Un cambio, que según expuso, debe basarse en que las mujeres ocupen cada vez más puestos directivos, que tradicionalmente han sido masculinos, y que los hombres asuman lo que por tradición se ha asignado a la mujer: los cuidados de los hijos y familiares dependientes.

Para Clara Ruipérez de Azcárate lo importante no es sólo acceder a los puestos directivos sino también las condiciones en las que se hace, en especial, las referentes al salario. “Aun estando sentadas en el consejo de administración de una empresa no vale lo mismo la silla de la mujer que la del hombre”, recalcó. Sin embargo, sostuvo que la conveniencia o no de un sistema de cuotas para corregir las desigualdades en la representación de mujeres en los altos cargos depende mucho del sector. “En el ámbito de las telecomunicaciones es muy difícil encontrar mujeres, no tiene sentido que haya paridad, cuando apenas un 7% de los que estudian esta ingeniería son mujeres”, dedujo.

El broche final del evento estuvo a cargo de Soledad Atienza, decana de IE Law School y Alejandro Touriño, socio director de Ecija Madrid. Soledad Atienza, comenzó su intervención destacando que el éxito es diferente para cada persona y que, a lo mejor, no todas las abogadas quieren ser socias de una firma. Eso sí, para las que sí aspiran a ello, anunció que el IE va a sacar un programa apoyo a las mujeres en la carrera de socias. “Estas mujeres ya cuentan con las habilidades y conocimientos que requiere el cargo, pero hay una parte basada en la seguridad que queremos darles”, comentó. De hecho, su principal recomendación para que las mujeres alcancen los altos cargos en el sector legal fue que aprovechen las oportunidades haciendo contactos y relaciones profesionales y formándose continuamente.

Por su parte, Alejandro Touriño, quiso remarcar que la elevada proporción de mujeres socias en Ecija, en torno al 30%, no es el resultado de una estrategia planificada, sino más bien del esfuerzo de la firma por ser un reflejo de la sociedad cada vez más diversa. “La foto actual desde el punto de vista de diversidad, en sentido amplio, es satisfactoria”, declaró. En cuanto a su consejo a las mujeres para ascender en su carrera fue que exijan cuando aportan. “Exigir cuando aportas poco es incoherente, pero cuando sí lo haces tienes que exigir, como consecuencia del esfuerzo y del mérito”, concluyó.

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