Los despachos de abogados se enfrentan al tabú del acoso sexual en el trabajo
Un macrosondeo a nivel mundial revela que el 37% de las letradas sufren estas conductas
El acoso sexual en los lugares de trabajo es una lacra presente en todos los sectores de la economía, y el jurídico no es una excepción. Es, además, una realidad que afecta sobre todo a las mujeres. Según la macroencuesta ¿Nosotros también? Intimidación y acoso sexual en las profesiones jurídicas, elaborada por la International Bar Association (IBA) a letrados de todo el mundo, una de cada tres abogadas afirma haber sufrido intimidación sexual en algún momento de su carrera. Asimismo, el informe revela que casi el 75% de estos episodios nunca son denunciados.
La cuestión es compleja y espinosa. Mientras en el mundo anglosajón existe un mayor impulso por parte de las organizaciones para que quien sufre estos episodios los denuncie, en España aún se detecta mucha incomodidad al abordar el asunto. Un contexto que no anima a las víctimas a denunciar. En este sentido, Esther de Félix, socia de Cuatrecasas y miembro de la comisión de prevención de acoso de la firma, apuntó en la presentación del informe, el pasado enero, que durante 2018 en su organización se registró solo una denuncia por este motivo. Una cifra ciertamente baja, “sobre todo teniendo en cuenta que hablamos de un despacho con una plantilla de más de mil abogados”.
Canales de denuncia
La incomodidad, no obstante, no quiere decir que no se estén tomando medidas. La mayoría de grandes bufetes consultados cuentan con protocolos con canales de denuncia a los que los profesionales pueden acudir en caso de sufrir un episodio de acoso sexual. Algunas firmas dan la posibilidad, incluso, de denunciar de forma anónima. Es el caso de Dentons, que dispone de una línea telefónica gestionada por una empresa externa. "Sancionamos cualquier forma de actividad ilegal, acoso, intimidación, discriminación u otro comportamiento que viole las normas de conducta profesional", explica Katherine Foran, subdirectora de asuntos jurídicos del bufete a nivel global.
Datos sobre acoso a nivel mundial
Mujeres. El acoso sexual es una realidad que afecta principalmente a las mujeres. Así, el 37% de abogadas afirmaron haber sufrido este tipo de conductas, frente al 7% de los hombres. Por otro lado, uno de cada cuatro letrados reconoció haber presenciado algún episodio de acoso sexual. El ratio femenino, en cambio, es del 23%. En esta línea, el informe sugiere que es probable que los actores ejerzan este tipo de comportamientos enfrente de hombres más que de mujeres.
Posición jerárquica. El estudio de la IBA también pone de manifiesto el gran silencio que existe por parte de las víctimas en torno a esta cuestión. Así, más del 75% de estos casos nunca llega a reportarse. El principal motivo es el perfil o puesto del autor (generalmente, en una posición jerárquica más alta), seguido de la preocupación por posibles repercusiones y el hecho de que sea una realidad habitual en el entorno de trabajo.
Actitudes. Los comportamientos que más se repiten en este sentido son los comentarios sexistas, incluyendo humor inapropiado o chistes sobre sexo o género. Otras conductas habituales son las observaciones o sonidos sexuales o sexualmente sugerentes, las miradas inapropiadas que provocan incomodidad y el contacto físico inadecuado (palmadas, pellizcos o tocamientos). Menos habituales son las peticiones sexuales explícitas o implícitas a cambio de empleo o ascensos.
Por su parte, Baker McKenzie prevé la figura del pointONE contact, miembros del despacho que, además de sus obligaciones diarias, atienden las demandas en este ámbito. “Nuestra tarea es escuchar a los afectados y, en su caso, reportar a la dirección para que tomen medidas”, señala Marga Fernández, socia de laboral y pointONE contact de la oficina de Madrid.
Para desempeñar esta función, los futuros encargados deben someterse a un intenso curso de formación en el que se les enseña a identificar comportamientos que constituyen acoso sexual. “Nos sensibilizan para que sepamos reconocer conductas que, aunque puedan parecer normales en ciertas culturas, ciertamente no lo son”, apunta Gemma Molar, pointONE contact y directora de operaciones en la oficina de Baker en Barcelona. Los cursos incluyen desde formación sobre apoyo psicológico a las víctimas hasta representaciones teatrales en las que actores simulan posibles situaciones de acoso.
La formación también es un factor clave para Ashurst. De hecho, el despacho ofrece sesiones obligatorias en las que explican a la plantilla qué hacer en caso de sufrir o presenciar una situación de acoso sexual o de otro tipo.
Investigación
Una vez recibida una denuncia, los despachos activan su protocolo de actuación, que comienza con una exhaustiva labor de investigación. “Para empezar, nos reunimos con la persona denunciante; después, con la denunciada, y, por último, con los posibles testigos”, enumera Aurora Sanz, socia directora de laboral en la oficina de Barcelona de Grant Thornton. La letrada insiste en la importancia de actuar con celeridad, evitando así demoras que causen sufrimiento innecesario a la víctima.
Y es que denunciar incidentes de este tipo puede ser una experiencia realmente traumática. Por eso, el protocolo de Pinsent Masons incluye una asistencia psicológica por parte de expertos externos a la firma, que acompañan a la víctima durante todo el proceso. Este apoyo es relevante ya que, en el caso de sufrir un episodio de acoso, “la confianza de la víctima en la firma es mucho menor”, reflexiona Santiago Iguaz, responsable de recursos humanos del bufete.
No es casualidad que los despachos dispuestos a hablar de esta cuestión sean los internacionales, ya que las directrices impuestas desde sus matrices han acelerado la toma de conciencia. Para las firmas españolas consultadas, sin embargo, la cuestión sigue siendo tabú. A pesar de contar con protocolos, han declinado comentarlos o detallarlos.