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Renáta Kellnerová, la mayor fortuna del este de Europa, rompe su silencio: así dirige un imperio de 40.000 millones

Desde que asumió el control de PPF hace tres años tras la muerte de su marido en un accidente de helicóptero, Kellnerová ha protagonizado un giro de estrategia a la par que preparaba a su familia para asumir el mando

Renáta Kellnerová junto a Petr Kellner en una imagen tomada en Praga en 2020.
Renáta Kellnerová junto a Petr Kellner en una imagen tomada en Praga en 2020.Bloomberg (AP)

Cuando el hombre más rico de Europa del este y uno de los mayores beneficiados del colapso de la Unión Soviética falleció en 2021 en un accidente de helicóptero, prácticamente nadie conocía el nombre de su esposa. Casi tres años después, esto ha cambiado radicalmente. Renáta Kellnerová, viuda de Petr Kellner y mayor fortuna de República Checa, es ahora sinónimo del negocio familiar. Un conglomerado con cuartel general en Praga llamado PPF dedicado a la telecomunicación, los medios de comunicación, los servicios financieros y el comercio electrónico que emplea a 61.000 personas en 25 países distintos.

Con 43.000 millones de dólares en activos (40.000 millones de euros), PPF se ha erigido como el principal beneficiado de la Revolución de Terciopelo, la revuelta social que supuso el final del mandato comunista en la República Checa. Petr Kellner, economista y vendedor de impresoras Ricoh en los albores de su andadura laboral, compró participaciones en las empresas que se privatizaban tras la debacle comunista y poco a poco fue expandiendo su influencia en Rusia y en China. Pero la invasión rusa sobre Ucrania puso del revés la geopolítica y los negocios, muchas empresas, entre ellas PPF, ahora priorizan otros mercados.

En un inusual intercambio de correos con Bloomberg News - los primeros comentarios públicos de Kellnerová a un medio de comunicación desde que asumió el mando de PPF - la multimillonaria ha hecho un repaso de los desafiantes años que ha tenido que afrontar mientras se familiarizaba con el imperio familiar y con las complejas operativas en las que participa PPF tras la súbita pérdida de su marido.

“La máxima prioridad era garantizar la estabilidad de PPF, luego el objetivo pasó a ser a desarrollar nuevamente el negocio”, asevera. “En seguida me di cuenta de que PPF es algo personal para mí y que mi tarea es preparar a nuestros hijos para que un día tengan la posibilidad de asumir el liderazgo del grupo”.

Desde que tomó el mando, Kellnerová, con 56 años en la actualidad, ha ido dejando su impronta en la empresa. Ha supervisado un viraje radical de rumbo, cambiándolo desde Asia -en su día, una fuente vital de negocio para la compañía - hacia los mercados occidentales. Ha designado un nuevo consejero delegado y apartado a algunos de los principales aliados de su último marido. Mediante la compra de dos participaciones minoritarias trajo a la familia la totalidad de la propiedad de la compañía para luego designarse a ella y a sus tres hijos como consejeros de un nuevo holding que reúne la totalidad de los activos.

Ahora la mujer más rica de la región, con su fortuna personal rondando los 11.700 millones de dólares, Kellnerová ha estado dedicando más y más tiempo a tomar decisiones estratégicas de inversión. Ella refiere a su cercana colaboración con el CEO de PPF, Jiri Smejc, uno de los antiguos socios de Kellner, como uno de los pilares en los que basa sus decisiones.

En la era Kellnerová se han cerrado varios acuerdos importantes para PPF, incluyendo la venta por 2.150 millones de euros de una participación de control en la operativa de telecomunicaciones en el este y el centro de Europa a Emirates Telecommunications Group, firma con base en Abu Dhabi. La división de finanzas de consumo, Home Credit Group, también vendió en 2022 su división filipina e indonesia en unos pactos que supusieron la entrada de 615 millones de euros.

Esto ayudó a elevar la rentabilidad de PPF a niveles prepandémicos, con un resultado neto de 709 millones de euros en 2023 que contrastan con los 406 millones de pérdidas del año anterior, la mayoría, fruto de una costosa retirada de sus operaciones en Rusia. Aunque todavía no hay una línea temporal exacta para completar la salida de Asia, “el corazón de nuestro negocio ha pivotado hacia el oeste en los últimos tres años”, describe Kellnerová.

Con dinero extra en la mano y unos mayores tipos de interés impactando en las valoraciones de los activos, PPF está escaneando Europa en busca de nuevas compras. Su mayor compra hasta el momento ha sido la toma de posiciones en InPost, un sitio de comercio electrónico polaco y la compra de acciones de la alemana ProSiebenSat. 1 Media.

Al igual que hacía su marido, Kellnerová mantiene un perfil bajo y vigila con mucho celo la privacidad de su familia. Se resiste a desvelar cualquier potencial objetivo de inversión que su empresa tenga en el punto de mira. PPF planea mantener sus cuatro pilares - servicios financieros, telecomunicaciones, medios de comunicación y comercio electrónico - pero, sí que admite que “no descarto oportunidades de inversión más pequeñas”.

Dado que el grupo no es un fondo de inversión al uso con un horizonte definido respecto a sus activos, “podemos ser muy pacientes”, dice. “Por eso mismo los retornos a corto plazo no son nuestro primer parámetro cuando sopesamos una oportunidad de negocio”.

PPF, el ahora intrincado esquema societario, comenzó su ascenso con la caída del comunismo. Kellner fundó la compañía a principios de 1990, cuando lo que entonces era la República Federativa Checoslovaca empezó a vender activos estatales a través de un programa de emisión de acciones. En 1991 Kellner creó un fondo para adquirir participaciones en 202 empresas. Terminó quedándose con los seis principales activos que estaban disponibles en aquel entonces, lo que terminó siendo el grupo PPF. Con el tiempo, PPF se hizo con el 20% de Ceska Pojistovna, la mayor aseguradora checa, creando una fundación basada en la riqueza de Kellner. Vendió la participación de Ceska en 2013 a Generali, a cambio de 3.300 millones de dólares.

Mientras Kellner construía el imperio, su mujer estaba ocupada en la fundación de la familia, una de las principales organizaciones filantrópicas de República Checa, que ha donado alrededor de 80 millones de euros a fines sociales y becas. Kellnerová ha traído consigo esta perspectiva, atribuyendo a PPF “una perspectiva social que va más allá de la esfera de negocios”.

Junto con PPF, las ventas de activos estatales tras el comunismo dieron origen a otros súper ricos en Chequia. Por ejemplo, el magnate inmobiliario Radovan Vitek, uno de los mayores inversores del sector en Europa y el millonario de la energía Pavel Tykac. Sus empresas ahora emplean a decenas de miles de trabajadores y juegan un papel crucial en la República Checa.

Al mismo tiempo, aunque han traído riqueza, también han generado polémica. En una entrevista de 2023, el expresidente checo Milos Zeman criticó el proceso de privatización por haber creado una pronunciada brecha de riqueza en la antigua nación comunista. Con todo, Zeman era uno de los principales apoyos de Kellner, e incluso le otorgó el mayor honor de la República Checa tras el accidente de helicóptero en Alaska. “Valoré mucho a Petr Kellner, trabajábamos bien juntos”, decía Zeman.

PPF también estuvo en la picota cuando decidió retirar de la Bolsa de Praga la mayor compañía de telefonía del país, dando así pleno control a la familia a finales de 2022.

Aunque la mayoría de socios y exempleados de PPF han guardado un silencio sepulcral sobre el nuevo liderazgo de PPF, uno de los antiguos accionistas minoritarios de PPF, Ladislav Bartonicek, compartió su punto de vista al respecto en el mayor periódico checo, el Hospodarske Noviny, en septiembre. “La responsabilidad para Renata, muy comprometida con la empresa, es diferente”, dijo al diario. “Ya no es una compañía de un solo hombre. Los propietarios serán más conservadores”, valoró.

Ni socios del pasado ni actuales han accedido a ser entrevistados para esta noticia. De sus tres hijos, solo una tiene un perfil público, Anna, una jinete de 27 años que compitió en las Olimpiadas de 2020.

Anna Kellnerová en las Olimpiadas de Tokio de 2020.
Anna Kellnerová en las Olimpiadas de Tokio de 2020.Bloomberg

Con sus hijos en diferentes fases de la vida, quiere que poco a poco ganen consciencia de cómo funciona la empresa. “Cuando estén listos, les daré las principales responsabilidades con la conciencia tranquila”, afirma. “No estoy preocupada por el futuro, porque ya están tomando parte en nuestras operaciones”, detalla.

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