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Mark Dowding (RBC Bluebay): “El Estado francés ha gastado más de lo razonable y el mercado ha empezado a cansarse”

El inversor vería una oportunidad de compra en deuda francesa si el partido de Le Pen ganara las elecciones presidenciales. Alaba la trayectoria económica de España pero teme que Trump quiera imponerle aranceles específicos

Miguel Moreno Mendieta

Royal Bank of Canada (RBC Royal Bank) es el mayor grupo financiero canadiense, con 1,2 billones de euros de activos. La entidad compró en 2010 la gestora británica Bluebay —especializada en inversión en bonos— para convertirla en su buque insignia en la venta de fondos de inversión fuera de su país de origen. En estos 15 años, la firma ha crecido con fuerza hasta gestionar más de 100.000 millones de euros con una veintena de estrategias.

El director de inversiones de RBC Bluebay es Mark Dowding (Londres, 1971). Un profesional con casi tres décadas de experiencia en los mercados financieros y considerado como una de las voces más respetadas, y a menudo más discordantes, dentro del mundo de la renta fija.

Pregunta. ¿Le preocupa el exceso de endeudamiento de varios países de la eurozona?

Respuesta. No es un problema que ataña solo a Europa. También Estados Unidos y Japón tienen un exceso de deuda pública. Es un problema global. Cada vez hay más emisiones de deuda. En la eurozona, después de la grave crisis de deuda de 2012, es cierto que se puso mucho el foco en la sostenibilidad de las cuentas públicas. Eso se ve claramente en países como Grecia o España, que sufrieron muchos ajustes y ahora tienen una mayor ortodoxia fiscal y están entre las economías que han tenido mejor desempeño.

P. No es el caso de Francia...

R. En Francia quieren vivir por encima de sus posibilidades. Y no lo digo por ser yo inglés. Pero los franceses piensan que, por el hecho de serlo, tienen el derecho a tener unos estándares vitales muy altos. Ganar bien, trabajar poco, jubilarse pronto... Durante muchos años, el Estado francés ha gastado más de lo razonable. Pero el mercado ha empezado a cansarse y a exigir más al país para comprar su deuda, lo que ha disparado su prima de riesgo. Al final, no queda otra que ajustar los gastos y aumentar los ingresos para que la deuda pública sea sostenible.

P. Eso le costó el puesto al primer ministro François Bayrou y tiene contra las cuerdas a Emmanuel Macron.

R. Sí. A la gente le gusta gastar más que pagar. Es normal. Y proponer un doloroso ajuste de las cuentas públicas es complicado, aunque necesario. Pero al final los inversores en deuda pública acaban presionando lo suficiente para que esos ajustes tengan lugar. Lo que está claro es que cuanto mayor sea el nivel de endeudamiento y de déficit público, mayores tendrán que ser los recortes. Así se ha visto con Grecia, cuya sociedad aún sigue pagando por aquellos excesos.

P. ¿Podríamos vivir una nueva crisis de deuda en la eurozona?

R. Me parece muy improbable. El país que más está aumentando su endeudamiento ahora es Alemania. Pero lo puede hacer porque su nivel de deuda era muy bajo y tenía mucho margen fiscal, que está aprovechando para estimular su economía. La situación de Francia es más preocupante. Pero incluso en un escenario en el que la ultraderecha de Marine Le Pen ganara las elecciones presidenciales, no creo que fuera para tanto. Ya lo hemos visto con Georgia Meloni en Italia. Su discurso populista no se tradujo en una irresponsabilidad fiscal al llegar al Gobierno. No creo que se repitan los errores de hace 15 años. Una situación así [con Le Pen llegando a la presidencia] provocaría una depreciación de los bonos franceses. Ahí sí que nos plantearíamos invertir.

P. ¿Cómo ve España?

R. Ha sido un caso evidente de éxito económico durante la última década, mejorando claramente los resultados de otros países europeos. Y eso se refleja en lo que paga por su deuda, su prima de riesgo está por debajo de la de Francia. Es cierto que siempre hay alguna preocupación sobre la política interna, que lleva enredada varios años con el auge de partidos populistas.

P. El impacto de la guerra arancelaria no parece haber sido muy fuerte.

R. Sobre este asunto estuve tratando con funcionarios de la Administración de Estados Unidos hace un par de semanas, en Washington. Hablamos de qué posibilidad hay de imponer aranceles específicos a España.

P. ¿Por no llegar al 5% de gasto en defensa como quiere Trump?

R. No tanto por eso, sino porque están muy enfadados porque España ha seguido comprando gas natural a Rusia, lo que permite financiar a Putin la invasión de Ucrania. Lo mismo está haciendo la India.

P. Pero EE UU no puede imponer aranceles específicos a un país de la Unión Europea.

R. En la Casa Blanca lo están estudiando y creen que sí que tienen herramientas para castigar a un país concreto dentro del bloque comunitario. Espero que no suceda. Pero también entiendo la frustración que sienten al ver cómo se sigue comprando gas ruso.

P. ¿Cree que la inflación está bajo control en Estados Unidos?

R. La inflación básica está en el 3%, algo por encima del objetivo de la Fed, pero es un nivel razonable. A comienzos de año había muchos temores sobre el impacto de la guerra arancelaria en los precios. Eso aún no lo hemos visto, pero creo que llegará en 2026. Podría escalar hasta el 3,5% el próximo verano.

P. ¿Y después? ¿Cómo actuará su banco central?

R. La situación económica de Estados Unidos nos parece bastante robusta y se verá beneficiada de las próximas bajadas de tipos de interés, menos impuestos y una reducción de la regulación. Creo que vamos a ver una aceleración del crecimiento económico. Con todo, tampoco podemos caer en la complacencia respecto a la inflación. Los asesores de Trump le recordarán que, por mucho que quiera que bajen más los tipos, eso puede empujar los precios al alza y es precisamente la inflación lo que fue determinante para su victoria de 2024 frente a Kamala Harris.

P. ¿Mantiene su visión negativa frente al dólar?

R. Al principio del año tomamos algunas posiciones bajistas frente al dólar. Temíamos que la guerra arancelaria provocara un impacto negativo sobre el crecimiento de Estados Unidos. También temíamos que la Reserva Federal bajara mucho los tipos de interés sin llegar a tener bien controlada la inflación. Además, hubo mensajes en Europa de aumento del gasto público, lo que pensábamos que animaría su crecimiento. Todo ello debilitaría al dólar. Pero en los últimos meses se ha visto que la economía de EE UU está más fuerte de lo que se esperaba y que la mejoría del crecimiento de Europa era un espejismo. La región sigue teniendo graves problemas de falta de competitividad.

Sobre la firma

Miguel Moreno Mendieta
(Madrid, 1979) es licenciado en Derecho y Economía por la Universidad Carlos III. También cursó el Máster de Periodismo de El País. Se incorporó al periódico Cinco Días en 2006, tras pasar por la web de El País y Mi cartera de Inversión. Escribe sobre el sector financiero, con un foco especial en fondos de inversión y los seguros.
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