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Tribuna
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Hay que saber de alternativos

Es crítico que los ahorradores sean educados con información de calidad y sin conflictos de interés antes de invertir en alguno de estos activos

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Las inversiones alternativas con muy alta probabilidad se van a poner de moda en los próximos años por dos motivos. El primero es que al ahorro y las inversiones les interesan económicamente porque las comisiones de gestión son generalmente más elevadas y además suelen cobrarse por más tiempo, ya que los periodos de inversión suelen ser más largos, muchas conllevan iliquidez hasta su vencimiento. La segunda es que según la población ahorradora se va sofisticando demanda inversiones más allá de la Bolsa y los bonos.

Sin embargo, las inversiones alternativas pueden ser más complicadas de entender y su nivel de transparencia es muy inferior al de los mercados públicos cotizados. Por ello, si ya sigue habiendo un enorme déficit de conocimiento y formación a nivel de los mercados públicos, se torna crítico que los ahorradores sean educados con información de calidad y sin conflictos de interés antes de invertir en alguno de estos activos.

Otra de las características es su gran diversidad. Las diferencias entre estas inversiones a nivel de tesis de inversión, motores de rentabilidad, riesgos, plazos, pueden ser muy grandes. Básicamente se pueden distinguir tres tipos: las semejantes a la Bolsa (private equity, venture capital), a los bonos o deuda (deudas privadas varias, infraestructuras o inmobiliario) y los fondos hedge o de cobertura, que a su vez tienen múltiples estrategias.

Como recomendaciones generales es importante señalar que las inversiones alternativas tienen sentido si aportan diversificación verdadera a una cartera de inversión. Esto es, que pueden generar rentabilidades positivas incluso si las acciones o los bonos tienen un mal desempeño. También, si por la iliquidez que conllevan ofrecen una verdadera prima de rentabilidad sobre las acciones o los bonos cotizados con liquidez diaria. Sobre este respecto, los ahorradores deben quedar advertidos de que el cálculo de las rentabilidades es bastante más complicado que en el de los mercados públicos, particularmente cuando llevan aparejadas llamadas de capital y distribuciones progresivas y distantes en el tiempo, como es el caso del private equity, venture capital y determinados tipos de inversiones inmobiliarias o de infraestructuras, entre otras.

En estos casos, las rentabilidades reales obtenidas por estos fondos, equivalentes a las utilizadas para los mercados públicos, pueden diferir muy sustancialmente a la baja respecto a medidas ampliamente utilizadas y publicadas como los TIR (tasas internas de retorno). Por ello, suele ser preferible para la cartera de alternativos centrarse en inversiones generadoras de rentas o rendimientos estables, sin llamadas de capital y lo más independientes posibles del ciclo económico.

Juan Manuel Vicente Casadeval es consejero de Smart Bolsa

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