RIC Energy, el ingenio para conseguir los permisos regulatorios y ambientales en renovables

La empresa madrileña vende proyectos solares listos para construir a Lightsource, de BP, o a Sonnedix, de JP Morgan. Ha diversificado su cartera para crecer tras incluir eólica, biogás, hidrógeno y almacenamiento, y estudia desembarcar en Polonia, Grecia y Alemania

Panorámica de una planta solar en Guadalajara

Parece baladí que una empresa se dedique a la tramitación de permisos y licencias urbanísticas y medioambientales –las servidumbres en jerga jurídica–, para la construcción y explotación de una planta solar, eólica, de hidrógeno, biogás o almacenamiento. Pero no lo es. En un país como España, donde la aprobación administrativa de renovables tarda tres o cuatro años de media y la obra apenas ocho meses o un año, supone un trabajo titánico.

Un trabajador de RIC Energy en la planta solar de Guadalajara

“Parece simple, pero es supercomplejo. Incluso en EE UU y África lleva más tiempo lograr la autorización que construir una instalación”, apunta José Luis Moya, CEO y fundador de Renewable Investment Corporate, más conocida como RIC Energy. Creada en 2015 tras su marcha, por “divergencias respecto al negocio”, de Immodo Solar, una sociedad que cofundó en 2005 con su amigo de la infancia Julio Domingo, la compañía se centra en el ready to build, o listo para construir, el 35%-40% de la cadena de valor.

Maqueta del proyecto HydRIC que desarrolla junto a Repsol en su primera fase

Cifras


4.000 megavatios. Es la cartera de proyectos solares fotovoltaicos entregados o próximos a conceder en seis u ocho meses.

19.000 megavatios. Es la cantidad total en desarrollo no solo solar, sino también eólica, de biogás, hidrógeno y almacenamiento en España y en el exterior.

100 millones de euros. Es el monto de facturación alcanzado por la empresa en 2022. Entre 2019 y 2021, España suponía el 90% de los ingresos y el exterior, el 10%. Pero este año la empresa prevé que serán del 50%-50% y, además, espera mantener o superar esa cifra.

“Llegó un momento, en 2011, donde las renovables y el sector fotovoltaico de­sa­parecieron por todos los cambios regulatorios; no se podía hacer nada en España”, recuerda Moya. Así, en 2010, en su anterior firma, enfocada en operaciones de mantenimiento, llevó a cabo un proceso de internacionalización a EE UU, México, India y África para sobrevivir a la sequía de proyectos. Y cuando llegó la separación, cuatro años después, Moya se quedó con el negocio exterior y Domingo con el local –Immodo Solar sigue en funcionamiento–.

Evolución

La decisión de estar en la trastienda en España y en EE UU, en el desarrollo y promoción del negocio –”no tenemos activos en operación ni en propiedad”–, ha sido estratégica tras 20 años en el mercado y una vez superada la crisis. Cuestión de rentabilidad. “Llevamos a cabo todas las tareas para identificar la oportunidad (incluida la búsqueda del terreno) y que se convierta en un proyecto viable desde el punto de vista regulatorio, económico y técnico”, explica.

Cuando se han cumplido todos los requisitos, se vende a sus clientes, principalmente industriales del sector de petróleo, gas y nuclear, que se encargan de la edificación y la operación. Entre ellos destacan Lightsource, de BP; la coreana Q Energy; Sonnedix, de JP Morgan; Trina Solar, y Everwood. Aunque la aspiración de esta empresa familiar, que facturó 100 millones en 2022 y tiene más de 200 empleados (150 en España), es atraer a los fondos de pensiones canadienses, noruegos o australianos.

Empleadas en la sede de MadridJuan Lazaro

“El acceso y conexión a Red Eléctrica entre 2017 y 2019 fue crítico, entonces tratamos de anticiparnos a la competencia; es parte del éxito”, rememora. “Nos encargamos de que cualquier planta se lleve a cabo respetando la legalidad”, insiste. La empresa ha entregado –o está próxima a conceder– 4.000 megavatios fotovoltaicos y tiene otros 19.000 en cartera. Si bien en el inicio el foco era solar, hoy incluye eólica, biogás, hidrógeno verde y almacenamiento independiente. “Pasamos de una compañía monotecnología a otra multitecnología”, dice.

Financiación

Apoyos. Para RIC ­Energy, la fortaleza e independencia financiera es vital para su actividad. El 85%-90% ha sido autofinanciación, afirma su máximo directivo, José Luis Moya, y el resto, apoyo bancario y un préstamo de Avalmadrid de 2,5 millones de euros. “Probablemente, estaremos entre los siete primeros promotores, y somos quizá la única compañía con accionariado familiar independiente”, recalca, tras añadir que “ahora necesitaremos mucho más. Puede ser una limitante de nuestro crecimiento”, admite.

Fondos. Otra vía de obtención de recursos es a través del fondo de inversión Auven, que gestiona Austral Venture y que invierte en activos limpios. En este fondo, RIC posee el 75% de participación. 

EE UU. Estos recursos serán también clave para su expansión en EE UU, en Nueva York (500 MW) y Texas (300 MW). Además, desembarca en Maryland, Míchigan y Nueva Jersey y explora Canadá.

Otro de los ejes para crecer es su expansión geográfica. Hace un año entró en Italia y sondea Alemania, Polonia y Grecia. En África busca ampliar de ocho a once los países en los que tiene presencia antes de que acabe 2023. En este mercado, igual que en India, participa en la construcción para terceros con socios locales y tiene algún activo en propiedad.

José Luis Moya, CEO de Ric Energy.Juan Lazaro

Las dos primeras plantas de H2, en Puertollano y Valladolid

El hidrógeno verde y el biogás son el nuevo El Dorado y RIC Energy no quería quedarse atrás ante la avalancha de proyectos e inversiones. De hecho, son, junto con la eólica y el almacenamiento, otras de sus apuestas para crecer. 

En hidrógeno renovable cuenta con más de 10 proyectos, 2.000 megavatios (MW) en total, entre los que destaca HydRIC, una planta de 100 MW en Puertollano (Ciudad Real) que desarrolla con Repsol a través de su filial RIC Green H2, y cuya primera fase de 30 MW está prevista en 34 meses tras una inversión de 110 millones. La instalación, que ha recibido fondos europeos (monto sin detallar), alimentará la refinería de la compañía que dirige Josu Jon Imaz. 

“La clave es contar con un contrato de compra. Hablamos de hidrógeno y sus derivados (amoniaco, metanol, eSAF)”, señala José Luis Moya, CEO de la firma. Para que sea rentable, hay que vender el kilo en torno a 1,5 y 2 euros, porque “está aún dos veces y medio por encima”, indica. También tiene otro en Valladolid, de 15 MW y una inversión de 25 millones, para su inyección a la red de Enagás. Previsto para 2025-2026, participan transportistas de gas y petróleo y se contempla su uso en la flota de autobuses municipal vallisoletana. 

En Biogás, tiene en cartera 12 proyectos, de 70 MW, que reciclan residuos agroindustriales y ganaderos. La idea es llegar a 25 y 200 MW. Están en Castilla-La Mancha, Castilla y León y Andalucía y estudian Cataluña y Cantabria.
En almacenamiento independiente, la compañía aspira a 1.000 MW, y en eólica, complemento de la solar y el hidrógeno verde, a 3.000.

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