Ir al contenido

Un pequeño pueblo navarro alberga la primera planta de reciclaje de aerogeneradores

La instalación, ubicada en Cortes, está participada al 50% por Iberdrola y FCC Ámbito. Este año prevé gestionar 2.500 palas, aunque su capacidad admite el doble anual

A las afueras de Cortes (3.160 habitantes), un pequeño municipio del sur de Navarra, nace EnergyLoop, la primera planta industrial española dedicada al reciclaje de palas de aerogeneradores. La compañía, participada al 50% por Iberdrola y FCC Ámbito e inaugurada en junio, pone en marcha este proyecto en un momento clave para el sector: hay que reemplazar las máquinas instaladas hace dos décadas por modelos más potentes y eficientes.

Las palas que llegan a esta nave, fabricadas con materiales diseñados para resistir el paso del tiempo, deben ser desmontadas, cortadas y transformadas en materia prima reutilizable para sectores como la construcción.

Iván Botamino, responsable técnico en FCC, describe con precisión el sistema en un viaje de prensa organizado por la eléctrica: “Quitamos los elementos metálicos o incompatibles y luego trituramos en frío el material restante. Con eso obtenemos un producto que intentamos adaptar según su uso final”. Todo depende del destino que se le vaya a dar: se puede reutilizar para fabricar aditivos para cemento, elementos constructivos o incluso aislantes industriales.

El material resultante se destinará para fabricar aditivos o aislantes para el sector de la construcción

La instalación tiene capacidad para tratar hasta 10.000 toneladas de material al año, el equivalente a unas 5.000 palas, tras una inversión de casi 10 millones de euros. Además, prevé dar empleo directo e indirecto a 100 personas en los próximos años. “Ha sido un proceso de prueba y error. Llevamos cuatro años trabajando para encontrar la forma de tratar los composites, que son materiales muy resistentes y difíciles de homogeneizar”, añade.

La planta iniciará su actividad con el aprovechamiento de los aerogeneradores de dos parques eólicos de Albacete: Isabela y Molar de Molinar, los primeros de Iberdrola que se repotencian en España. “En breve empezaremos a recibir también de varios de Portugal”, informa la empresa. “Solo queda la puesta a punto de los sistemas de carga y expedición del material, y empezamos con el reciclaje”, indican. Este año prevén tratar unas 2.500 palas.

EnergyLoop es la primera instalación industrial de este tipo en España. Pero no será la única. La industria eólica afronta una nueva fase: la sustitución de los primeros aerogeneradores instalados hace dos décadas. Las viejas turbinas de 500 kilovatios y apenas 20 o 30 metros de largo están siendo reemplazadas por modelos más modernos, de hasta 60 metros, capaces de generar cinco megavatios de potencia por unidad.

 “Es un salto tecnológico brutal”, resume Carlos Antonio Platero, profesor de la Universidad Politécnica de Madrid. “Pasamos de tener muchas máquinas pequeñas a tener menos equipos, pero mucho más potentes y eficientes”, puntualiza.

Este proceso, conocido como repotenciación, implica desmantelar los parques antiguos y colocar aerogeneradores nuevos. Muchas torres y componentes mecánicos son reciclables: acero, cobre, aluminio. Pero las palas, hechas de fibra de vidrio o carbono combinada con resinas termoestables, plantean serios retos. “No están diseñadas para desmontarse ni para reutilizarse”, afirma Platero. “Y eso complica todo. La torre se recicla, el generador también. Pero las palas son otro mundo. Y encima vamos a tener muchísimas en muy poco tiempo”, dice el experto.

Parque envejecido

España tiene más de 1.370 parques eólicos repartidos en más de 800 municipios. La mayoría de ellos fueron construidos entre finales de los años noventa y los primeros del nuevo siglo. Muchas de esas instalaciones están ya cerca del final de su vida útil. En 2030, más de 20 de los 31,6 gigavatios (GW) de potencia instalada habrán superado los 20 años de antigüedad, según la Asociación Empresarial Eólica (AEE). A día de hoy, apenas se han repotenciado 11 parques en todo el país, pero la tendencia se acelera.

La propia AEE, junto con la patronal europea WindEurope, ha firmado un compromiso para prohibir la acumulación de las palas en vertederos –práctica habitual hasta hace poco– a partir de este año.

En 2030, más de los 31,6 GW de potencia instalada eólica habrán superado los 20 años de vida, según la AEE

Las empresas se comprometen a no enviarlas a vertedero ni a exportarlas para su eliminación fuera de Europa. “Lo primero que debe evaluarse es si esas palas pueden seguir usándose”, indican desde la asociación. Algunas se reacondicionan para ser reutilizadas como repuestos en otros países. Otras se reconvierten en elementos estructurales: puentes peatonales, mobiliario urbano, pasarelas. Pero estas opciones siguen siendo anecdóticas. “Hoy reciclamos o reutilizamos hasta el 90% del aerogenerador, pero las palas son el talón de Aquiles”, señalan desde la AEE.

El reciclaje se perfila como la solución más viable a gran escala, aunque no exenta de dificultades. “La tecnología existe, pero falta volumen y continuidad”, avisan desde la AEE. “Y sobre todo falta que los productos reciclados sean competitivos frente a la materia prima virgen”.

Hoy producir nuevo es más barato que reciclar, en parte porque los procesos de corte, separación y transformación son costosos. La logística entre los puntos de desmontaje, las plantas de tratamiento y los clientes finales no siempre está resuelta. Botamino coincide: “El problema no es tanto el reciclaje como la valorización. Tenemos que conseguir que lo que sale de aquí tenga un uso industrial claro. Si no, el sistema no se sostiene”, resume.

Otras iniciativas y necesidad de financiación

Aldeavieja. En Ávila, Endesa y Holcim han reutilizado palas retiradas para fabricar el hormigón estructural de un parque eólico renovado. Es el primer caso europeo en que una instalación se reconstruye con sus propios residuos. El proyecto forma parte del consorcio europeo ­Blades2Build, financiado por Horizon Europe.  

Más desarrollos. Acciona y RenerCycle desarrollan una planta en Lumbier (Navarra) con capacidad para tratar más de 6.000 toneladas anuales. Naturgy prueba soluciones en Almazán (Soria). En Falces (Navarra) y Teruel hay desarrollos similares. Las instalaciones anunciadas ya superan las 20.000 toneladas de capacidad de reciclaje al año. 

Menos burocracia. El sector pide agilidad en permisos, financiación continuada y una normativa que impulse la demanda de materiales reciclados. El IDAE ha canalizado ayudas europeas como los 6,5 millones otorgados al proyecto de Aldeavieja, pero aún faltan criterios comunes y previsión a medio plazo.

Más información

Archivado En