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Poco reciclaje, aunque mucho emprendimiento que lo practica

Denuncia ante la UE de la situación española en residuos. El compromiso empresarial con lo sostenible se renueva

Los fundadores de Gus&Flowers, en su local de Madrid.
Los fundadores de Gus&Flowers, en su local de Madrid.Juan Lázaro

En España no reciclamos ni bien ni suficiente. Casi 20 puntos porcentuales por debajo del 55% fijado para 2025, según la Fundación Cotec para la Innovación. Este motivo ha llevado a 26 organizaciones y enti­dades ecologistas a denunciar la situación ante la Comisión Europea, “en forma de llamada de socorro”, matizan desde Greenpeace. Además, “cerca del 80% de los residuos no están se­parados correctamente, lo que dificulta hacer reciclado de calidad”, manifiestan desde Ecologistas en Acción.

Seguimos anclados en el modelo lineal de uso de recursos y, a la par, sorprende el número creciente de emprendedores que convierten la reducción de residuos en su fuente de inspiración o en la razón de ser de su negocio. A continuación, presentamos tres propuestas innovadoras de quienes sí bordan la circularidad.

Floral, pero no efímero

El caso de Gus&Flowers combina vocación y diseño a partes iguales. Tras la marca, Gustavo Vaquero –que dejó su empleo de informático para abrir esta floristería, porque siempre se sintió, “ante todo, jardinero”– y su complementario, Carlos Piñeyroa, “soy las flores y el florero”, bromea. Es así, mientras él se ocupa de la estrategia y la comunicación, su socio (Gus para todos) crea composiciones florales diferentes y llenas de volumen.

¿Aquí se venden flores?, aseguran que a veces les preguntan. Y es que su escaparate despista por poco convencional, con la vegetación justa para contar una historia y casi siempre, entre ella, un cartel con alguna propuesta: talleres, charlas, encuentros con vino, “todo aquello que mezcle conocimiento y vida”, indican.

Después, suele surgir otro interrogante a quien compra: ¿por qué sus flores duran tanto? “No queríamos usar refrigeración y buscamos un sótano que aportase el frío natural suficiente. Tampoco demasiado transporte, por eso ofrecemos flores de temporada y a un radio de unos 100 kilómetros para entregas”, detalla Piñeyroa. Así, amplían la vida del producto e incluso pueden eternizarla con su servicio “Larga vida a las flores”, que prestan junto a la ceramista Pilar González. Marchito el ramo, la artesana e investigadora lo quema y con esa ceniza esmalta y hace una pieza única, “que a su vez servirá de soporte para otro conjunto floral igual de especial que el inmortalizado”, comenta Gus. Su próximo reto será medir la huella de carbono desde el mismo origen de la planta. No en vano, han estado entre los diez finalistas de los Premios 50+ Emprende 2023 (Fundación Generación Savia y Endesa), entregados anteayer.

Uniformes suprarreciclados

La Comunidad AEDH usa los Deleite Delantales.
La Comunidad AEDH usa los Deleite Delantales.

Otro tándem empresarial es el que forman Laura Fernández y Nuria Cavia, cofundadoras de Deleite Wear, la solución que ofrece a hoteleros y entidades del turismo uniformes creados a partir de su propio residuo textil. “Damos un paso más allá. Suprarreciclamos al salvar sábanas, colchas y ropa de lencería de alta calidad, algodones que ya no se ven en las tiendas de ropa y que transformamos en camisas, delantales, túnicas, chaquetillas de chef, etc.”, detalla la segunda, quien además es madre de Laura (la especialista en moda sostenible). A partir de estos diseños, cada organización mide ese impacto positivo que ahorra recursos naturales. “Una Deleite Camisa evita 3.000 litros de agua, lo que beberíamos en cinco años, y a la vez ofrece trabajo digno a colectivos vulnerables”, prosigue.

La iniciativa acaba de entrar en la incubadora de startups Lanzadera y ya cuenta con reconocimientos como el NextGen StartUp Award y la mejor propuesta horeca en el Premio Madrid Emprendedoras, aparte de las adhesiones de entidades pioneras en sostenibilidad que ayudan así a reducir ese 67% de contaminación que se atribuye a la producción de tejido.

Ahora, consolidado su negocio con ropa blanca, buscan “cómo tintar de forma sostenible aprovechando el alperujo, residuo de la cosecha de aceite de oliva”, explica Fernández, quien investigó sobre ello en su máster de Ingeniería Textil y sigue desarrollándolo con el proyecto OliWasTex (UPC).

Complementos con olor a mar

Posado con bolsa reciclada de REnáutico.
Posado con bolsa reciclada de REnáutico.

Detrás de REnáutico (antes Baluma) también nos topamos con emprendedores jóvenes como Laura, aunque en este caso, un trío: Miguel Díaz, Lucia Sáenz de Miera e Inés Irigoyen. Su grado de emprendimiento les unió y animó “a impulsar un proyecto social y sostenible a la vez”, comenta él. Así surgió una marca de complementos de moda “producidos de forma ética en España a partir de desechos náuticos; en concreto, las velas de barco, que transformamos en productos resistentes, impermeables, reversibles y únicos”, añade.

Tras tres años reciclando han conseguido acuerdos con muchos puertos y clubs náuticos que les donan el material que retiran y que llevan a pequeños talleres artesanales. Trabajan bajo demanda y, sobre todo, venden a empresas.

Ahora toca, que estos tres ejemplos de empresas que reciclan, ya constituidas en referente, consigan también que su forma de ser y hacer sea rentable.

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