Termómetro 5D: el clima económico en una sola cifra
La percepción es que la vivienda es actualmente el principal problema social, además de constituir una nube negra que se cierne sobre la economía española

El Termómetro 5D que, desde hoy, elaborará trimestralmente 40dB. para el diario CincoDías, condensa en una cifra las expectativas económicas de los consumidores, midiendo en cada momento la temperatura económica del país. Se trata de un indicador sólido, elaborado con base en una muestra de 6.000 entrevistas a población general y a partir de un cuestionario de once preguntas sobre intención de gasto, ahorro e inversión, así como de la valoración del entorno de las personas encuestadas en relación con el empleo y la vivienda. Aun compartiendo metodología con otros índices similares, el termómetro incorpora una visión muy próxima al consumidor de hoy, recogiendo, por un lado, las expectativas de compra de productos cotidianos y, por otro, indicadores propios de una sociedad plenamente digitalizada, como es la suscripción a plataformas. Los datos, además, están desde hoy en abierto, cumpliendo con el principio de máxima transparencia y permitiendo que analistas de distintos ámbitos puedan profundizar en los mismos, utilizándolos para una mejor comprensión de un contexto económico ya de por sí complejo.
Las entrevistas a partir de las cuales se construye el termómetro se han realizado durante los últimos días del mes de enero, febrero y marzo. El trabajo de campo se cerró el 31 de marzo, justo tres días antes del anuncio de la política de aranceles por parte de Donald Trump. Por tanto, el indicador no recoge ni el efecto de las caídas bursátiles posteriores, ni del reciente anuncio de la pausa arancelaria. Mejor así: en tiempos turbulentos, de grandes fluctuaciones, conviene no centrar demasiado la mirada en el muy corto plazo.
En términos sustantivos, ¿qué nos dice el Termómetro 5D? Fundamentalmente, que las expectativas de los consumidores se mantienen estables, aunque más cerca del pesimismo moderado que del optimismo. El indicador de este trimestre es de 46,1, medido en una escala de 0 a 100. Cabe destacar el contraste entre las expectativas micro y macro: las intenciones de consumo, inversión y ahorro apuntan hacia una clara estabilidad, mientras que las percepciones sobre el entorno son pesimistas.
La mayor euforia se observa con respecto a con la intención de compra de aceite de oliva en los próximos seis meses, tras la vuelta de este producto a precios previos al despegue. Y el mayor derrotismo se registra con relación a la vivienda: en este asunto, la ciudadanía se inclina hacia un fuerte pesimismo. Un análisis algo más detallado permite confirmar que los más desesperanzados son quienes tienen dificultades para llegar a fin de mes o se ven obligados a endeudarse. Estos resultados coinciden con la percepción de que la vivienda es actualmente el principal problema social, además de constituir una nube negra que se cierne sobre la economía española.