El tirón del turismo, la menor dependencia industrial y el bajo comercio con China, claves de España para crecer más que Europa

Un artículo publicado por el Banco de España destaca la “resiliencia notable” de la economía nacional

Varios turistas equipados con sombrillas visitan la Sagrada Familia, en una imagen de este verano.Alejandro Garcia (EFE)

Al turismo ya no se le puede poner la etiqueta de gran invento, pero sigue siendo esencial para el desempeño económico de España. Lo es en estos ejercicios de incertidumbres internacionales, alta inflación y conflictos armados. Y si viene acompañado de una menor dependencia de la industria manufacturera en la composición de nuestro Producto Interior Bruto y de una también baja incidencia del comercio con la renqueante China, el resultado es ese liderazgo en crecimiento económico que España ostenta sobre sus iguales europeos en 2023.

A esta conclusión llega el último artículo publicado en el Boletín Económico del Banco de España: “En un contexto de mayor debilidad de la actividad global y del área del euro, en el tiempo transcurrido de 2023 la economía española ha mostrado una resiliencia notable en comparación con otras economías europeas”. Otra cosa es lo que suceda cuando la ralentización generalizada se haga notar también en el turismo y su gasto.

Razón a razón, y a día de hoy, desgrana tres motivaciones. La primera, “las diferencias entre la composición sectorial de la economía española y la del área del euro justificarían una parte del mayor dinamismo reciente de la actividad en nuestro país”.

A esto le sigue una exposición comercial entre España a China, cuya desaceleración reciente es uno de los principales factores de la ralentización económica global, “es menor” que la de nuestros vecinos comunitarios. En tercer lugar, la composición terciaria de nuestra economía, menos vinculada a una gran industria (como sucede en Alemania) y, por tanto, algo menos afectada por la cadena de factores que han ido bloqueando las cadenas de suministro mundiales desde la pandemia.

“La mayor fortaleza reciente de la actividad en España estaría relacionada, en parte, con el mayor peso en el valor añadido bruto (VAB) de los servicios de mercado, en particular de los vinculados al sector turístico, como el transporte de viajeros, la hostelería y las actividades de ocio, que alcanza el 11,4 %, frente al 7,3 % del área del euro o al 5,3 % de Alemania”, expone el artículo antes de pasar a la situación del sector secundario. “Por el contrario, el peso de las ramas manufactureras -cuyo dinamismo ha sido, en general, menor que el de los servicios- es inferior en España (2,5 %) que en el conjunto del área del euro (2,7 %) y claramente más reducido que en Alemania (3,3 %)”, expone.

Este peor desempeño de la industria generalizado viene dado por el encarecimiento de los insumos energéticos desde 2021 y “a una mayor exposición directa de la industria alemana a las disrupciones derivadas de la reducción de los suministros de gas ruso”, por ejemplo. En paralelo, el sector automovilístico “se ha visto más afectado por los cuellos de botella en las cadenas globales de suministros, así como por la creciente competencia de China en la fabricación de coches eléctricos” y, en este caso, su peso en el VAB español (1,1%) es netamente inferior al 4,4% de Alemania, por ejemplo.

“En todo caso, desde una perspectiva sectorial, la mejor evolución de la economía española en relación con la del área del euro prevista para los próximos trimestres dependerá, entre otros factores, de cómo se traslade el menor crecimiento de las manufacturas a los servicios y del dinamismo del sector turístico”, advierte finalmente el artículo poniendo un límite y condiciones a este liderazgo.

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