La razón por la que el Banco de España va a destruir estas monedas de euro a partir de julio
La Fábrica Nacional de Moneda y Timbre será la encargada de llevar a cabo el proceso de destrucción
En la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre-Real Casa de la Moneda no solo se fabrican las monedas y los billetes, como ya ha quedado claro a todo aquel que haya visto la archifamosa serie La casa de papel, también se destruyen. Y eso es lo que se dispone a hacer, a partir del mes de julio, de acuerdo con la orden ETD/647/2023 publicada en el Boletín Oficial del Estado el pasado jueves.
La Ley 10/1975 establece que “el Banco de España retirará de la circulación las monedas que entren en sus Cajas y no superen el proceso de autentificación o no se consideren aptas para la circulación”. Lo que ocurría es que, en una orden posterior dictada en 1983, no se establecía ningún procedimiento para la destrucción de las monedas falsas, y “con el tiempo, se ha ido acumulando un importante volumen de monedas de euros falsas en el Banco de España”. Considera el Gobierno que ha llegado el momento de acabar con esta situación.
En el BOE se recogen cuáles son las monedas que tendrán que ser destruidas. Las primeras son las monedas de euro no aptas para la circulación, y las define como aquellas que son auténticas, pero que han sido rechazadas durante el proceso de autentificación o que hayan sido alteradas. Las segunda son las falsas, aquellas que tienen la apariencia de las verdaderas, pero que han sido fabricadas o alteradas fraudulentamente.
Una vez que el Banco de España determinen que no son monedas para estar en circulación, se las entregará a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre para que proceda a su destrucción, que lo hará “directamente o bien mediante la contratación con terceros de alguna o varias de las operaciones” del proceso, según se recoge en el BOE. Hay dos formas de acabar con estas monedas, según la norma. La desmonetización, que consiste en proceso físico de destrucción de las monedas de euro no aptas para la circulación mediante una deformación física y permanente, de forma que no puedan volver a introducirse en la circulación o entregarse para el reembolso. La destrucción, que es el proceso por el que se priva de toda apariencia de moneda a las mismas.
“La Fábrica podrá, previa autorización de la Dirección General del Tesoro y Política Financiera, utilizar los materiales obtenidos de las mismas para acuñaciones sucesivas. En el supuesto de que de dichos materiales no resulte adecuado para ello, procederá a su venta. En ambos casos deberá abonar el valor de mercado de dicho material al Tesoro Público”, se añade en el texto.
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