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El impacto global de las nuevas políticas chinas tras el anuncio de previsiones conservadoras

Pekín ha fijado un objetivo que cree poder superar ante las condiciones desfavorables para las exportaciones, pero apunta a un crecimiento enfocado en el mercado interno y a terminar de implementar medidas regulatorias

Luis Alberto Peralta
Xi Jinping, recientemente reelegido como presidente de China, juramenta en el Gran Salón del Pueblo en Beijing
Xi Jinping, recientemente reelegido como presidente de China, juramenta en el Gran Salón del Pueblo en Beijing Xie Huanchi (Europa press / Contactophoto)

China no quiere decepcionar en el año de inicio del tercer mandato de Xi Jinping. Las previsiones de crecimiento económico de un 5% en 2023 para el país no han sido recibidas por el mercado y los expertos como algo necesariamente negativo, a pesar de ser inferiores a los pronósticos del año pasado. La clave podría encontrarse en la convicción de Pekín por consolidar su control sobre ciertos sectores, aunque alrededor del mundo los inversores están pendientes del impacto de su cambio de liderazgo y de las nuevas políticas.

Xiadong Bao, gestor de fondos de renta variable emergente en Edmond de Rothschild Asset Management, anticipa que el impacto de estas medidas sobre los Veintisiete será limitado. “Europa debería beneficiarse de la recuperación general de la demanda interna china y de los viajes al extranjero de los turistas chinos. Para 2023, la primera está intacta, dado que la recuperación sigue en marcha, y la segunda está en curso y debería normalizarse en el segundo semestre”, comenta el analista.

Por su parte, David Rees, economista sénior de mercados emergentes en Schroders, indica que los otros sectores europeos no se verán tan beneficiados: “La fuerte inversión previa y la débil demanda externa hacen improbable que la recuperación estimule un renovado ciclo de inversión en el sector manufacturero”.

Desde Schroders anticipan que los exportadores de materias primas pueden beneficiarse si suben los precios, pero aclaran que esto dependerá de qué sectores sean favorecidos por el nuevo liderazgo chino. “Mientras que en el pasado las recuperaciones basadas en la construcción han impulsado los precios de los metales industriales, beneficiando a exportadores de países como Latinoamérica y África, una recuperación centrada en los servicios podría favorecer más a la energía”, explican.

Citi Economic Surprise Index Gráfico
Belén Trincado Aznar

Rees advierte de que esto puede disparar de nuevo la inflación mundial, presionando los ingresos reales y dejando menos margen a los bancos centrales para bajar los tipos de interés en 2024. Así, algunos mercados emergentes prosperarían en un entorno de subida de los precios del petróleo, pero la mayoría se enfrentaría a un periodo de crecimiento lento a medida que los tipos de interés más altos y la moderación de la demanda externa se hagan sentir.

Debido en gran parte a la relajación de la política de Covid cero, los mercados y los analistas se mantienen optimistas tras el anuncio de la semana pasada. “Vemos fuertes señales de cambio positivo para la economía y la renta variable china en 2023″, indica Diogo Gomes, senior CRM de UBS AM Iberia. “Creemos que 2023 marcará el retorno del liderazgo y no su retraso en el crecimiento económico. Esta dinámica resultará un catalizador que pesará más en los mercados que las recientes controversias geopolíticas”, añade. La opinión de Gomes está en sintonía con la de otros analistas que han visto cómo los datos del gigante asiático superaron sus expectativas en el pasado, como lo reflejan las cifras del Citi Economic Surprise Index.

En esta línea, desde Bank of America opinan que la aceleración en China de la inversión en infraestructura y manufactura, junto con el repunte del consumo, podría ser especialmente beneficiosa para empresas europeas como Atlas Copco, Duerr y Schindler, pero también para ABB, Siemens y Hexagon.

Gomes, no obstante, piensa que las tensiones con EE UU seguirán siendo un factor de volatilidad alrededor del mundo, pero descartan un quiebre radical. “En general, aunque esperamos que la rivalidad entre ambos países continúe, mantenemos nuestra opinión de que una desconexión total entre ambos países es muy poco probable, dado que China ya se encuentra estrechamente integrada en los mercados globales”, afirma el experto de UBS.

Objetivo alcanzable

En general, hay un consenso entre los especialistas consultados para este reportaje de que China ha puesto un objetivo bajo para evitar decepcionar, como lo hizo en 2022. En esta línea, Elizabeth Kwik, directora de inversiones de renta variable asiática de Abrdn, ha explicado a este periódico que el pronóstico conservador puede servir para aliviar la presión sobre el Gobierno chino.

“El año pasado la economía no alcanzó el objetivo del 5,5%, y si este ejercicio se repitiera el incumplimiento del objetivo. La confianza podría verse aún más mermada”, resalta Kwik, para luego agregar que esta meta conservadora reduce las expectativas de que se tengan que aplicar estímulos fiscales de gran magnitud, o de que el banco central chino tenga que emprender una agresiva relajación monetaria.

Para Kwik, las prioridades del Gobierno a corto y medio plazo son estimular el empleo, la reactivación de la inversión privada y la intensificación de los esfuerzos para atraer más inversión extranjera directa. “Creemos que una mejora significativa de las perspectivas de empleo e ingresos familiares es clave para una recuperación sostenible del consumo a largo plazo”, explica.

Por su parte, Alicia Herrero, economista jefe para Asia en Natixis, opina que tanto la coyuntura interna como externa hacían imposible establecer objetivos más altos: “China no quiere incertidumbre. Ya se sabía que la inversión y la demanda externa no iban a ser muy fuertes. El crecimiento no iba a ser mucho más alto. Quizás alcanzará el 5,5% y no se atreven a hacer políticas más expansivas por la acumulación de la deuda. Por esto, no quieren volver a correr el riesgo de no alcanzar la meta, menos en el primer año del nuevo primer ministro Li Qiang”.

Xiadong Bao señala que la resistencia que ha mostrado la economía China en los últimos años da seguridad a Pekín. Así, el especialista asegura que el Gobierno de Xi Jinping no ve como algo necesario “estimular en exceso” la economía, y prefieren poner objetivos que podrán superar. Dicho esto, el experto destaca que están buscando alternativas al sector inmobiliario para fomentar el crecimiento. “El ciclo de desapalancamiento ya ha quedado atrás, es mejor volver a apalancarse por razones sostenibles, como el consumo”, afirma.

Reformas

Pekín entiende que debe tomar medidas para ayudar a la recuperación económica en curso, pero quiere evitar los modelos de endeudamiento que ocasionaron crisis como la de Evergrande en 2021. De hecho, el primer ministro saliente, Li Keqiang, ya sentó las bases para fomentar el consumo interno, pero con especial atención en promover extensamente la inversión extranjera y el control del riesgo en el sector inmobiliario.

PIB China Gráfico
Belén Trincado Aznar

Así, el cambio en el liderazgo chino será clave para los próximos años. La atención estará puesta sobre Li Qiang, considerado como el segundo al mando de Xi Jinping, quien será el encargado de ejecutar los cambios programados.

En este contexto, desde Julius Baer afirman que los inversores extranjeros y nacionales están interesados principalmente en dos reformas. La primera es una posible modificación en la regulación de las empresas estatales (SOE) para hacerlas más atractivas.

Los analistas de la entidad sostienen que el mercado ha aumentado sus expectativas después de que Yi Huiman, presidente de la Comisión Reguladora de Valores de China (CSRC), comentara que las valoraciones de las SOE son demasiado bajas. De hecho, la autoridad afirmó que apuntará a establecer un “sistema de valoración con características chinas”, pero no dio más detalles.

Asimismo, la Comisión de Supervisión y Administración de Bienes del Es­tado (Sasac) ha revelado que la autoridad está estudiando formas de profundizar y fortalecer la reforma de las empresas públicas. Los objetivos incluyen aumentar la competitividad, mejorar el gobierno corporativo e impulsar la consolidación, entre otros. Dado que los comentarios se hicieron justo antes del Congreso Nacional del Pueblo, los inversores están atentos a los detalles que se divulgarán en los próximos días.

La segunda reforma está enfocada en las instituciones gubernamentales, entre las cuales se anunció una reestructuración de los organismos reguladores financieros. Según el plan, la actual Comisión Reguladora de Banca y Seguros de China (CBIRC) dejará de existir y será reemplazada por una Administración Nacional de Regulación Financiera recién creada, que también absorberá algunas funciones que se llevan a cabo actualmente por el Banco Popular de China (PBoC) y la CSRC.

“Se centralizarán gran parte de las funciones regulatorias. Vemos esto como que el Gobierno podría reforzar su control sobre el sector financiero, lo que algunos pueden contemplar de forma negativa. Si bien no debería haber un impacto inmediato y directo en el mercado de valores, estamos de acuerdo en que la medida no ayuda a la confianza de los inversores”, advierten desde Julius Baer.

Elizabeth Kwik no coincide con esta visión, y opina que las reformas en el sector financiero parecen constituir un esfuerzo de racionalización y consolidación de la normativa financiera, y que forman parte de una tendencia que se viene observando en China: “Esto podría aumentar la eficiencia del sistema. La prevención del riesgo sistémico sigue siendo una prioridad absoluta para Pekín”.

El comercio exterior chino se sigue contrayendo

Las exportaciones e importaciones continuaron cayendo en enero y febrero. Mientras que la contracción disminuyó a un -6,8% para las importaciones, para las exportaciones el déficit se profundizó a -10,2%, aseguran los especialistas de Julius Baer. 
Según los analistas del banco suizo, la caída de las exportaciones a la Unión Europea se profundizó aún más, mientras que el crecimiento de las exportaciones a EE UU mejoró levemente pero siguió siendo profundamente negativo. Solo las exportaciones a los socios comerciales de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático se expandieron. 
Entre los principales productos, las exportaciones de electrodomésticos y productos de tecnología de la información como teléfonos móviles y circuitos integrados continúan cayendo, mientras que las de automóviles siguen expandiéndose a un ritmo más lento.


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