Cambio de roles: Bruselas busca ser quien pone punto final a las compras de gas ruso
Las importaciones de GNL proveniente de Rusia aumentaron en 2022 un 37%, comparado con el año anterior.
La Comisión Europea quiere tener la última palabra en su complicada relación energética con Rusia. Después de un año de conflicto militar en Ucrania y gasoductos casi cerrados, ahora Bruselas llama a las empresas energéticas a evitar las compras de gas natural licuado (GNL) ruso. En 2022, las importaciones de este combustible desde Kiev aumentaron un 37%, a la vez que los envíos a través de conexiones terrestres aún llegan a través de territorio ucranio.
“Comprometerse a no renovar los contratos existentes con Rusia es la mejor manera de dar una garantía a largo plazo a nuestros socios de confianza de que se mantendrá una demanda significativa”, ha explicado la comisaria europea de Energía, Kadri Simson, este jueves ante la comisión de Industria del Parlamento Europeo.
La responsable comunitaria ha recordado que actualmente no hay sanciones contra el gas natural o el GNL ruso, como si sucede con el petróleo o el carbón, aunque sí ha resaltado los riesgos de depender de los envíos de gas licuado. Simson ha destacado con preocupación que ciertos Estados miembros han aumentado sus compras de GNL ruso, como es el caso de España, que en 2022 aumentó sus importaciones un 54,8% en comparación a 2021.
El nuevo pedido de Bruselas ocurre en un contexto de relativa calma en el mercado del gas natural. El índice TTF, el de referencia para el precio del combustible en Europa, cotiza por encima de los 41 euros el megavatio hora (MWh). Esto está muy lejos de los récords históricos que alcanzó en agosto de 2022, cuando el valor tocó los 339 euros. Al mismo tiempo, las reservas comunitarias se sitúan por encima del 58%, muy por encima del promedio histórico de 41% para comienzos de marzo.
Reducción de la demanda
Simson ha destacado el “tremendo cambio en el sistema energético europeo” que provocó que los países intentarán deshacerse por completo del gas ruso lo antes posible sin perder de vista la seguridad de suministro y “ganar la guerra energética”.
En este sentido, ha resaltado el inicio de operaciones de ocho nuevas terminales de regasificación que buscan satisfacer la demanda tras el aumento en un 68% de las importaciones de GNL. Al mismo tiempo, Simson ha precisado que los Veintisiete han sido capaces de reemplazar la energía rusa sin recurrir a fuentes contaminantes. Esto se refleja en la caída de las emisiones en un 2,5% durante el año.
Entre los pasos que se han dado hasta la fecha, la comisaria ha destacado que la reducción voluntaria de la demanda de gas del 15% con respecto a los últimos cinco años es “la mejor garantía” para alcanzar un nivel adecuado de almacenamiento en noviembre, razón por la que ha abogado por prorrogar esta medida, que expira el próximo 31 de marzo. En ese sentido, los datos de la Comisión apuntan que la reducción del consumo de gas natural entre agosto y enero fue del 19%, cuatro puntos por encima de la meta.
Al mismo tiempo, la responsable comunitaria busca redoblar el apoyo energético a Ucrania, después de que las fuerzas rusas destrozaran su infraestructura y cortaran sus suministros al país. Para eso, la Comisión Europea espera integrar a Ucrania a su plan de compras conjuntas de gas natural, a pesar de que el país no es formalmente parte del bloque comunitario.
Exceso de confianza
Aunque ha destacado que la UE se encuentra en una “buena posición” para terminar este invierno sin escasez y empezar la próxima temporada de reabastecimiento con “confianza” y un almacenamiento “medio lleno”, Simson también ha advertido de que la UE no debe “hacerse ilusiones” de que las cosas se están poniendo “fáciles”. Incluso, la comisaria comunitaria adelantó que los primeros retos podrían llegar tan pronto como el próximo verano, como adelantó CincoDías a comienzo de año, gracias a las altas temperaturas y las sequías.
“Este año será difícil y el siguiente también; sigue habiendo muchas incertidumbres y tenemos que mantener un equilibrio sano y prudente entre la oferta y la demanda”, ha incidido, antes de abogar también por un impulso más “audaz” de las renovables y avanzar que pondrá en marcha una iniciativa práctica para promover el biometano a finales de este año.
Asimismo, ha puesto el foco en el paquete energético que Bruselas presentará la semana que viene y que incluye la ley para una industria de cero emisiones netas, la normativa sobre materias primas críticas y la reforma del mercado eléctrico.
Por su parte, el director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), Fatih Birol, ha advertido, en la misma línea que Simson, de las “dificultades” que el próximo invierno puede plantear para el abastecimiento de gas de la UE, a la que ha pedido no caer en un “exceso de confianza”.
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