La banca europea abraza las ‘stablecoins’ con el visto bueno de las autoridades monetarias
En 2026, varias entidades financieras del Viejo Continente planean lanzar monedas estables en euros. Los bancos centrales ven con buenos ojos estas iniciativas, especialmente para los pagos transfronterizos

Vértigos, fibrilaciones, euforia... El mercado cripto es pura adrenalina, una montaña rusa de precios al alza y a la baja. Pero en este año dorado para las criptomonedas, brilla un activo cuya esencia es lo contrario: las stablecoins y su (casi) férrea estabilidad. Estos activos, que mantienen su valor ligado a una divisa tradicional, como el dólar o el euro, se han convertido en la puerta de entrada para las entidades financieras al mundo cripto, donde siempre se han movido con pies de plomo. Ven en las stablecoins en euros un nicho por explotar en un mercado dominado por tokens en dólares. Y, con prudencia, los bancos centrales de la eurozona dan el visto bueno a la entrada de la gran banca en este negocio.
Decenas de grandes entidades europeas lanzarán monedas estables, vinculadas al euro, en 2026, siguiendo un camino que estrenó el francés Société Générale. En España los tres grandes tienen planes: BBVA lo hará en solitario, mientras Caixabank se ha unido a otras europeas, como ING y Unicredit, para hacerlo a través de un consorcio de entidades. Banco Santander explora desarrollar una stablecoin ligada a las monedas del G7 con firmas internacionales como Citi, Bank of America y Goldman Sachs. “Es el momento de decidir si entrar o quedarnos fuera de algo que podría evolucionar rápidamente hacia un servicio con buena adopción”, reconoce una fuente bancaria. Este mercado vale ya unos 263.000 millones de euros frente a los 156.000 de 2024.
El 99% está dominado por activos en dólares emitidos por empresas privadas como Tether y Circle, algo que preocupa a las entidades monetarias de la eurozona: temen que provoquen un desplazamiento de los ahorros de los consumidores, mermando la capacidad de crédito y limitando los efectos de la política monetaria, o provocando incluso una sustitución de la moneda. Pero su alternativa en euros, emitida por bancos europeos, es una opción que no disgusta a las autoridades monetarias, al verlas como una vía para limitar la influencia de los actores estadounidenses.
Aunque con cautela, dan la bienvenida a estas iniciativas, que consideran un paso adelante en la innovación del sistema financiero. “Estamos contentos de que se desarrollen stablecoins en euros, y aún más si lo hacen bancos europeos“, señala una autoridad de la eurozona. “Los conocemos bien, podemos confiar en su seguridad, porque nosotros los supervisamos”, destaca otro banco central. Y a finales de septiembre, François Villeroy de Galhau, gobernador del Banco de Francia, advirtió que los bancos europeos corrían el riesgo de quedarse atrás frente a EE UU en el rápido desarrollo de las stablecoins. Pese a ello, las dudas sobre la estabilidad real de estos activos hacen extremar la cautela. “Es extraño que si se paga algo con una cuenta bancaria sea 1 euro, pero con una stablecoin sea 1,01 y con otra 0,99... Esa unicidad del dinero es lo que sostiene la confianza en la moneda", recalca una autoridad monetaria.
Aunque los bancos centrales no ven potencial para que se conviertan en un instrumento de pago cotidiano, consideran que la historia es diferente en la esfera mayorista y en los pagos internacionales. “Una vez hechas, las stablecoins tienen que distribuirse. Los negocios las tienen que aceptar. En la región, 13 de 20 estados no tienen un sistema de pagos nacional”, y podrían recurrir una vez más a proveedores como Visa o Mastercard, avisa un banco central. “El problema en Europa no es que falte una moneda, sino un esquema europeo”, añade. Algo que el BCE quiere resolver con el euro digital, mientras la banca opta por un Bizum continental que conecte la región.
Pero el euro digital, si se desarrolla, verá la luz en 2029, mientras una solución privada todavía no tiene fecha: en el pasado, los bancos ya lo habían intentado sin éxito, aunque esta vez sostienen que es la buena. “No han sido suficientemente rápidos y ágiles en las soluciones de pago. Basta con ver las aplicaciones en el mercado, la mayoría de EE UU”, avisa Joaquín Sastre, director general en España de Boerse Stuttgart Digital.
Mientras el largo proceso de negociaciones sigue su marcha, el sector no quiere quedarse de brazos cruzados. Las entidades dudan que las stablecoins se conviertan en un medio de pago generalizado. “Europa tiene una divisa fuerte, unos sistemas de pago inmediatos que funcionan bien, en España tenemos Bizum... No hay mucha necesidad”, asegura Francisco Maroto, responsable de blockchain y activos digitales de BBVA. Pero hay unanimidad sobre su potencial en los pagos transfronterizos. “Cuesta mucho eficientar la infraestructura actual y las monedas estables aparecen como una solución”, señala otro banco.
El mercado de pagos transfronterizos procesó alrededor de 200 billones de dólares en 2024, y se prevé que supere los 300 en 2032. En estas transacciones intervienen múltiples intermediarios y tardan entre dos y cinco días en liquidarse. Las stablecoins reducirían los tiempos drásticamente: de días a minutos o segundos y las comisiones se recortarían hasta un 99% en algunos casos, detalla KPMG. Tampoco habría horas de corte, al operar 24 horas al día, 365 al año. Por hacer una analogía, las stablecoins son como el correo electrónico cuando dominaba el fax.
Para los bancos el valor no está tanto en los pagos entre personas, sino entre empresas, con volúmenes mucho más elevados, aunque con interés el mercado de remesas, especialmente entre Europa y Magreb, Turquía o Latinoamérica. Y destacan la ventaja de la trazabilidad de los movimiento en la blockchain: “Ahora cuando se hace una transacción acaba en la caja negra del sistema financiero, con muchos players entre medias. No se sabe si el dinero ha llegado hasta que a la otra persona no le sale en la app“, señala Sastre.
La fiebre por las monedas estables no es casual. La entrada en vigor del Reglamento MiCA y de la ley Genius han sido clave. “Un catalizador tremendo, incluso para los bancos de EE UU. Hasta ese momento estaban parados, porque no les permitían operar con criptos. Ahora todos están moviéndose”, concluye Maroto.
'Trading' y mercados tokenizados
Las stablecoins juegan un papel importante en el trading, con procesos de liquidación 24 horas al día, siete días a la semana. Y en los mercados tokenizados, donde permiten que el pago y la entrega del activo se ejecuten de forma automática mediante smart contracts. “La liquidación en tiempo real acelerará la migración hacia la liquidación inmediata en determinadas clases de activos”, explican en KPMG. Los mercados europeos, por el contrario, trabajan con el sistema conocido como T+2, donde las operaciones de compra y venta de acciones se liquidan en 48 horas.

