Seat inaugura su planta de ensamblaje de baterías para acelerar su estrategia de electrificación
La compañía ha invertido 300 millones de euros en el nuevo taller y pide al Gobierno más impulso del mercado del coche eléctrico
Mientras el mercado del coche eléctrico en Europa sufre por desarrollarse y afronta retos como la competencia china, el grupo Volkswagen prosigue con su agenda de inversiones en España para fomentar la transición eléctrica del sector de la automoción. El fabricante automovilístico español Seat, que tiene las marcas Seat y Cupra y que pertenece al grupo alemán, ha inaugurado este viernes una nueva planta de ensamblaje de baterías para coches eléctricos dentro de la fábrica de Martorell. El presidente y consejero delegado, Markus Haupt, lo ha definido como “un gran hito” en la historia de la compañía, que cumple este año 75 años. De los 10.000 millones de euros prometidos por el grupo Volkswagen para la electrificación de sus plantas en España, 3.000 millones van a Martorell, y de estos, 300 millones ya se han gastado en esta nueva planta, denominada Taller 20, que se ha construido en dos años y que permitirá abastecer de baterías a los coches eléctricos del grupo. Seat prevé, aunque sin precisar un calendario, que los coches eléctricos constituyan la mitad del objetivo de producir 600.000 vehículos anuales (en 2024 entregó 558.000 coches de las marcas Seat y Cupra). De entrada, el próximo mes de marzo ya saldrá al mercado el nuevo Cupra Raval con baterías ensambladas en este taller, y le seguirá el Volkswagen ID Polo, ambos fabricados en Martorell.
Las celdas de baterías que saldrán del Taller 20 vienen de Alemania, y la idea es que en el futuro vengan de la gigafactoría de Sagunto, cuando esté operativa, dando sentido a la red de electrificación que está estableciendo el grupo alemán en España. La nueva planta de Martorell recibe en tren estos componentes, los ensambla en la placa que irá al coche, y estas placas se trasladan mediante un gran túnel de 600 metros, que ya está finalizado, y que va desde la nueva planta hasta los talleres de chapa. Todas las placas de batería ensambladas en esta planta se destinarán a coches fabricados en Martorell, de momento el Cupra Raval y el Volkswagen ID Polo.
La planta será capaz de ensamblar 300.000 baterías anuales, o lo que es lo mismo, 1.200 baterías al día, una cada 45 segundos. La previsión es que trabajen un máximo de 500 personas en tres turnos (400 directos y 100 indirectos). “Es un sueño que se hace realidad, un punto de inflexión en la compañía”, ha dicho Haupt durante la inauguración, quien también ha destacado la colaboración entre todas las fábricas del grupo Volkswagen en España, especialmente la de Navarra, así como el compromiso del Gobierno, que recientemente ha aprobado el Plan España para impulsar el coche eléctrico. “En un momento desafiante para la industria, hemos trabajado conjuntamente”, ha señalado Haupt.
El pasado mes de marzo la compañía hizo coincidir la presentación de resultados anual con una visita a la planta de ensamblaje de baterías, que estaba en la fase final de las obras. El entonces presidente y consejero delegado de Seat y Cupra, Wayne Griffiths, quien dimitió pocos días después, fue contundente con la responsabilidad compartida que deben asumir tanto las empresas como el Gobierno para dinamizar el mercado del coche eléctrico, que va más lento de lo esperado. “Nosotros hemos hecho los deberes”, dijo Griffiths. Este viernes, el ministro de Industria, Jordi Hereu, quien estaba presente en la inauguración junto con el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha asegurado que las administraciones están acompañando el proceso. “Se sientan las bases firmes, reales, de un gran proyecto de país y de Europa”, ha dicho.
El mercado del coche eléctrico en Europa ha tenido una penetración muy lenta y peor de la esperada en un inicio, lo que obligó a la Comisión Europea a aplazar la fecha de aplicación de la normativa Euro 7 de 2025 a 2027. El sector presiona además para que se flexibilice o aplace la prohibición total de los coches de combustión, prevista para 2035. Esta flexibilización, lejos de ser un problema para el fabricante español, le ha dado un nuevo soplo de aire fresco, sobre todo a la marca Seat, ya que puede dar continuidad a sus modelos, de momento todos de combustión, mientras afianza la marca Cupra, en la que la apuesta por la electrificación es mucho más fuerte, y en la que se espera que se coseche una mayor rentabilidad.
En los últimos meses, sin embargo, el coche eléctrico ha ido avanzando en Europa, y en septiembre ya representaba el 17% de las ventas totales, según el Consejo Internacional del Transporte Limpio. En España las ventas de coches eléctricos crecieron del 5% al 8% con respecto al total. La progresiva instalación de electrolineras y la reducción del precio de los vehículos eléctricos, para lo cual son claves las ayudas de las administraciones, permiten que haya mayor penetración.
Todo ello ha ido acompañando a Seat, que en los nueve primeros meses de 2025 vio como las ventas de vehículos electrificados crecía un 79%, y la de coches completamente eléctricos incrementaba un 84%, aunque sean por ahora un volumen muy inferior al de la oferta de combustible de gasolina. Los ingresos de Seat crecieron un 6,9% entre enero y septiembre, hasta los 11.200 millones de euros, sobre todo gracias a los modelos Cupra Terramar y Tavascan. Pero el gran reto que tiene la compañía es remontar la rentabilidad, que en los nueve primeros meses del año cayó un 96%, hasta un resultado operativo de 16 millones de euros. La guerra comercial —que les afecta directamente puesto que el Cupra Tavascan se fabrica en China y por lo tanto se le aplican los aranceles de la Unión Europea— y el incremento de los costes de producto impiden traducir el aumento de ingresos en un aumento de rentabilidad.
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