La banca española al completo supera en Bolsa su valor contable por primera vez tras la crisis
Bankinter vale el doble en el mercado que en libros y CaixaBank y el BBVA se quedan cerca


La banca ha firmado su resurrección tras la crisis. Todos los bancos cotizados han conseguido que su valor en Bolsa sea por fin superior a su valor en libros. El último en lograrlo, en estas últimas semanas, ha sido Unicaja, hasta ahora el banco español más rezagado en el mercado. Esto no ocurría desde hace más de una década, antes del derrumbe del sector por la crisis económica, y certifica que el sector está completamente instalado en una nueva era de vino y rosas.
Según las cuentas del tercer trimestre del año, el valor en libros de Unicaja (hallado del cociente entre el patrimonio neto y el número de acciones) es de 2,5 euros por título. La entidad superó este nivel el pasado 11 de noviembre, aunque lo perdió unos pocos días después. La acción recuperó los 2,5 euros hace dos semanas, el 26 de noviembre, y desde entonces cotiza bien por encima. El jueves, de hecho, cerró a 2,72, tras una subida superior al 2%. Es la punta del iceberg de un año especialmente dulce del banco andaluz en Bolsa, en el que duplica su valor bursátil y es uno de los mejores valores del Ibex 35. Su capitalización ronda los 7.000 millones de euros.
Las fuentes consultadas apuntan a un cóctel de factores que explican estas subidas. De un lado, las alzas del beneficio (del 11,5% entre enero y septiembre con respecto al mismo periodo del año anterior) y la mejora de la rentabilidad, con un ROTE (rentabilidad sobre su patrimonio) en el 9,8%, en consonancia con su plan estratégico, según el cual espera lograr un 10% antes de 2027. En esta hoja de ruta también ha endulzado a los inversores con promesas de dividendos, con un 60% del pay-out (el porcentaje de beneficio distribuido a los accionistas) y la promesa de devolver a partir de 2026 el 25% del capital generado. Con esto ha desvelado uno de sus principales tesoros, qué hacer con el exceso de capital que acumula la entidad.
Las razones detrás de la subida en Bolsa de Unicaja son similares a las que han acompañado al resto de bancos en los últimos años, si bien en su caso de forma retrasada. El Sabadell fue el último que consiguió batir en Bolsa su valor contable, a principios de año. Y Bankinter, por ejemplo, cuenta con una valoración bursátil que más que duplica su tasación contable, una cota de la que están cerca tanto CaixaBank como el BBVA.
Los designios de la banca comenzaron a cambiar en 2022, cuando el Banco Central Europeo (BCE) decidió poner fin a años de políticas monetarias ultraexpansivas, con tipos ceros, compras de bonos e inyecciones de liquidez. Esta situación, sumada a la resaca de la crisis económica, hundió durante años la cotización de los bancos, una situación que se agravó particularmente durante la pandemia del Covid-19. Su relación con el valor en libros, la métrica más utilizada entre los inversores para tasar las entidades, estaba consistentemente por debajo de uno. En esencia, los inversores entienden que si la relación entre estos dos parámetros es superior a uno un banco está caro en Bolsa; y si es inferior, barato.
Para contener la crisis inflacionaria derivada de la Guerra de Ucrania, el BCE llevó el precio del dinero al 4%. Esto, sumado a una situación macroeconómica que no llegó a resentirse, fue la tormenta perfecta para las entidades financieras, que acumulan años de beneficios récord. La situación se ha ido trasladando a la Bolsa, aunque a un ritmo más lento que, por ejemplo, otros bancos europeos, que en valoración les sacaba varios cuerpos de diferencia. El elemento que ha contribuido a elevar la valoración de los bancos españoles ha sido la acumulación de capital y las promesas de su reparto a los accionistas. Con ello, así como gracias al aumento de los volúmenes y de las comisiones, han compensado el efecto de la moderación en los tipos de interés, que el BCE ha bajado en los últimos meses hasta dejarlos en el 2% actual.
El Santander, por ejemplo, anunció a principios de año que planea devolver a sus socios al menos 10.000 millones de euros en dividendos y recompras con cargo tanto a sus resultados como al exceso de capital que supere el 12% de la ratio CET 1 fully loaded (la de mayor calidad) que se ha fijado la entidad. Esto ha provocado que la acción de la entidad que preside Ana Botín suba en Bolsa un 122% en el año y que haya alcanzado en los últimos 12 meses igualmente su tasación contable. De este modo supera los 140.000 millones de capitalización. El BBVA ha anunciado que dispondrá en los próximos años de 36.000 millones para los accionistas. También duplica su valoración en el año y suma más del 23% desde que en octubre fracasó su opa sobre el Sabadell.
Esto coincide con un momento especialmente alentador en Bolsa. No en vano, tanto el Ibex 35 como el resto de principales índices bursátiles cotizan en zonas de máximos. En el caso del índice español, donde los bancos cuentan con un peso muy elevado, la buena evolución del sector ha sido uno de los principales catalizadores del Ibex.
El hecho de que los bancos coticen por encima del valor contable tiene, además, otros efectos en el sector. De un lado, resta atractivo a las fusiones entre bancos. Uno de los principales incentivos para la concentración bancaria durante estos años era que el comprador se apuntaba un beneficio contable derivado del fondo de comercio (conocido en la jerga como el goodwill) cuando absorbía una entidad que cotizaba por debajo del valor en libros, como ocurrió con la unión entre CaixaBank y Bankia. Un ejemplo es lo que ocurrió en la opa del BBVA. Al principio, estimaba una ganancia contable de más de 2.000 millones, pero según el Sabadell iba subiendo en Bolsa en los 17 meses que duró la operación, esta ganancia fue reduciéndose hasta volatilizarse.
La otra es el atractivo de las recompras de acciones. Ha sido uno de los elementos con los que los bancos han elevado su cotización. Aunque resulte paradójico, algunos inversores se plantean si lo más rentable a largo plazo no es invertir en el negocio e incluso crecer con operaciones corporativas, en lugar de devolver todo el excedente de capital a los accionistas. Además, la rentabilidad para los inversores de una recompra es superior si el precio de la acción es inferior al contable.
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