Reynés (Naturgy) asegura que “la seguridad de suministro tiene un precio” y “desgraciadamente nada es gratis”
El presidente ejecutivo de la energética y vicepresidente de Criteria Caixa destaca la necesidad de proporcionar una energía asequible para los consumidores y la industria
Francisco Reynés, presidente ejecutivo de Naturgy y vicepresidente de Criteria Caixa, y Cristina Lobillo, directora de Política Energética de la Comisión Europea, dialogaron este jueves sobre el complejo panorama energético europeo, destacando la tensión constante entre los objetivos de sostenibilidad, fiabilidad y coste en el XXIV Congreso de Directivos CEDE celebrado en Zaragoza.
Reynés advirtió de que “la seguridad de suministro tiene un coste”. Bajo la premisa de que “desgraciadamente en este mundo nada es gratis”, explicó que esta seguridad se basa en tecnologías que conllevan costes variables ligados a combustibles, como el gas, o a tecnologías de energía base, como el uranio en el caso de la energía nuclear. Por lo tanto, no se puede pasar “del 100 al cero sin fases intermedias” que validen la tecnología disponible y las inversiones, manteniendo la seguridad de suministro sin cuestionamientos.
Las declaraciones de Reynés se dan en un contexto en el que la factura de la luz se ha incrementado por la operación reforzada que aplica Red Eléctrica desde el apagón del 28 de abril en la península Ibérica, que conlleva un mayor uso de plantas de ciclo combinado de gas, buena parte de las cuales pertenecen a Naturgy. La empresa ha experimentado una fuerte mejora de sus resultados gracias a las mayores ganancias por el uso de dichos ciclos combinados.
En cualquier caso, para Reynés la asequibilidad es una preocupación central que tiene dos objetivos fundamentales: “Evitar la vulnerabilidad energética de las familias y asegurar la competitividad de las empresas. La energía es un coste esencial y básico en la cesta de compra de cualquier hogar, y las empresas del sector tienen el deber de dar un servicio razonable en precio a sus clientes. Este factor de coste es también vital para las industrias, ya que en su escandallo de costes, la energía es fundamental. El presidente de Naturgy recordó la extrema sensibilidad vivida cuando los índices de las materias primas se multiplicaron por tres o cuatro, con el gas alcanzando los 300 €/MWh en el mercado TTF y los precios de la electricidad escalando".
Al analizar el coste final para el cliente, el presidente de Naturgy lamentó que las facturas no son iguales en Europa que en el resto del mundo. En Europa, la factura energética ha sido históricamente utilizada como un “cajón de sastre” para cargar decisiones políticas que no tenían otra posibilidad de ser financiadas, como a través de los presupuestos generales del Estado. Por ello, el diseño de cualquier política energética debe ser razonable, buscando un nivel de costes que no provoque la falta de competitividad industrial. No se puede esperar que el coste de la energía sea tan bajo como se desearía, pero tampoco se debe atribuir a la factura energética un coste que incorpora muchos otros conceptos no energéticos".
El trilema energético y el futuro de la UE
Cristina Lobillo, quien fue presentada por Reynés como la personalidad española más importante en temas de energía en la Unión Europea durante más de 20 años, coincidió en que el trilema —la necesidad de energía abundante, sostenible y asequible— es el gran reto que afronta el continente. Lobillo afirmó que la hoja de ruta de la UE es clara: “Alcanzar la descarbonización para el año 2050, enfocándose en el desarrollo de energías renovables y energía nuclear. Actualmente, existe un objetivo renovable de aproximadamente el 43% para el año 2030, una cifra que se irá incrementando”.
La directora de Política Energética en Bruselas enfatizó que la seguridad de suministro es una prioridad en el actual mandato de la Comisión. La UE ha aprendido la “dramaticidad” de depender de las importaciones de gas de Rusia, que históricamente superaban la mitad del gas consumido. Para mitigar este riesgo, la Comisión está trabajando intensamente en la diversificación de portadores de gas, buscando acuerdos con países como Estados Unidos, Noruega, Argelia, países del Golfo y Nigeria. Aunque el consumo de gas en la UE disminuirá para ser reemplazado por renovables, el gas seguirá formando parte del mix energético durante los próximos 25 años.
Asimetría global y neutralidad tecnológica
Reynés introdujo el concepto de la velocidad asimétrica de la transición global. Contrastó la política energética de Estados Unidos, que se basa en la abundancia (producir la mayor cantidad de energía posible) y la dominación (exportar la mayor cantidad), con la de China, que ha hecho una “grandísima apuesta” por las renovables, teniendo ya 900 GW instalados, el doble de la producción de Europa y América juntas. Europa, en medio, está muy enfocada hacia la descarbonización.
En este contexto, Lobillo advirtió sobre el desafío de competir con países como Estados Unidos o los asiáticos, donde la energía es dos o tres veces más barata. Reynés defendió la importancia de las “fases intermedias” en la transición, citando el ejemplo de España, que ha cerrado plantas de carbón (como hizo Naturgy) y lo ha sustituido con una mezcla de energías renovables y turbinas de gas, una opción con un nivel de emisión mucho más bajo que el carbón. Lobillo confirmó que la Comisión defiende la neutralidad tecnológica, permitiendo a cada país desarrollar su propia estrategia. Reynés concluyó que se necesitan todas las tecnologías para un mix energético estable.
Nuevo riesgo por dependencia de minerales críticos
El diálogo culminó con la identificación de un nuevo gran reto de seguridad de suministro. Lobillo detalló que la transición energética requiere 20 minerales críticos esenciales, y que el 70% del refino de 19 de estos 20 minerales se realiza actualmente en China. Este es “el gran reto” de Europa hoy día, pues sin un suministro fiable y diversificado de estos materiales críticos, es imposible realizar la transición energética, la política digital o la estrategia de defensa. La Comisión Europea está trabajando en una estrategia, que se adoptará posiblemente en diciembre, enfocada en buscar acuerdos con países productores e impulsar inversiones internas en extracción y refino dentro de la UE.
Ambos líderes concluyeron que el cumplimiento del trilema requiere una cooperación intensa: no puede ser resuelto solo por la Comisión Europea, sino que necesita a los 27 países miembros y una colaboración muy estrecha con los socios internacionales.
