Fastned anuncia 100 millones para 80 estaciones de carga rápida de vehículos eléctricos en España
La compañía anticipa un crecimiento acelerado del sector pero alerta de que la lentitud de los trámites administrativos frena la infraestructura necesaria

Fastned, la compañía neerlandesa de carga rápida de vehículos eléctricos, planea invertir 100 millones de euros en España hasta 2030 para desplegar 80 estaciones de recarga en todo el país. Las dos primeras, inauguradas el pasado 9 de octubre en Barcelona, permiten suministrar energía suficiente para recorrer 300 kilómetros en apenas 15 minutos y cuentan con 16 puntos de carga de hasta 400 Kw.
Desde la empresa aseguran que España se encuentra a las puertas de un crecimiento acelerado en el número de conductores que se pasan a la movilidad eléctrica. Con la expansión de su red, Fastned busca anticiparse a ese punto de inflexión y garantizar que la infraestructura esté preparada cuando el mercado se dispare. No obstante, la compañía advierte de que la ejecución de sus planes dependerá de la agilización de los trámites administrativos, ya que, lamentan, los plazos para poner en marcha una estación en España son todavía mucho más largos que en el resto de Europa.
Otro de los cuellos de botella que pueden frenar la inversión en la infraestructura, alertan, es la conexión a la red eléctrica. Según Fastned, los trámites con las compañías distribuidoras provocan largos retrasos. Por ello, la compañía incide en la importancia de que la Administración adopte medidas concretas para acortar el tiempo de estos procesos.
Sobre la Ley de Movilidad Sostenible, aprobada por el Gobierno en febrero de 2024, la compañía plantea que el texto legal limita la competencia al imponer la obligación de instalar los puntos de recarga en las estaciones de servicio tradicionales. Para la empresa, los concursos públicos deberían diferenciar entre gasolineras y estaciones de recarga eléctrica, lo que, subrayan, permitirá que todos los actores interesados participen en esta transformación.
En un cuestionario enviado a CincoDías, el consejero delegado y fundador de la empresa, Michiel Langezaal, defiende que España tiene un enorme potencial para liderar la transición hacia la movilidad eléctrica en Europa: “Como segunda mayor industria automovilística del continente, el país ocupa una posición clave en el proceso de electrificación”.

La ambición de la compañía, señala Langezaal, es ser un actor relevante en la descarbonización del transporte por carretera en España. El directivo afirma que ya tienen varios proyectos avanzados en ubicaciones estratégicas como Madrid, Cataluña, Comunidad Valenciana y Andalucía.
“España ha demostrado un compromiso firme con el desarrollo de la movilidad eléctrica, tanto en Bruselas como en Madrid, lo que resulta lógico dada la importancia estratégica de su sector automovilístico”, sostiene el directivo. Sin embargo, advierte que sin procesos más eficientes y armonizados, el desarrollo de una red nacional que conecte ciudades y regiones difícilmente alcanzará la velocidad necesaria para cumplir los objetivos marcados por el país.
“Nuestra ambición de la compañía es ser un actor relevante en la descarbonización del transporte por carretera en España”Michiel Langezaal
Demanda y transición
El fundador considera que Europa se encuentra en una disyuntiva entre “apostar por el progreso o permanecer anclada en el pasado”. “China se refiere a los eléctricos como vehículos de nueva energía y los considera la base de una nueva era industrial; Europa sigue aferrada a conceptos del pasado, calificando como verdes a los híbridos enchufables que aún dependen de combustibles fósiles”, expone Langezaal. Esta diferencia, asegura, no es solo regulatoria: “refleja una distinta visión de futuro”.
En España, la penetración del vehículo eléctrico sigue por debajo de la media europea. El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030, presentado por el Gobierno a la Comisión Europea en 2023, prevé 5,5 millones de vehículos eléctricos puros (BEV) registrados para 2030. Actualmente, a cinco años de ese horizonte, el país cuenta con 599.877 vehículos electrificados (sumando BEV e híbridos), de los cuales alrededor de 230.000 son totalmente eléctricos. Aun así, la tendencia es positiva: solo en 2025 se han matriculado ya 73.961 BEV.
Colaboración público-privada
“Las asociaciones público-privadas son una herramienta eficaz para acelerar el despliegue de infraestructuras de recarga de alta calidad”, afirma Langezaal. Pone de ejemplo su trabajo en Londres: “Colaboramos con Places for London, el brazo inmobiliario de Transport for London, para construir la red de recarga de la capital británica”.
En España, la alianza con Autopistas (Grupo Abertis) para la construcción de las estaciones inauguradas en Barcelona en octubre “combina el conocimiento de la red viaria de Abertis con la experiencia en estaciones ultrarrápidas de Fastned”, resalta el fundador.
Su compañía ha trabajado durante 13 años con autoridades europeas, lo que “permite compartir el conocimiento con las administraciones españolas para acelerar la transición eléctrica”, destaca el empresario. Actualmente, Fastned gestiona más de 380 estaciones en nueve países y tiene el objetivo de alcanzar 1.000 en 2030. La empresa es también cofundadora de la Spark Alliance, una asociación de compañías del sector que conecta más de 1.700 estaciones en 25 países.
Diferencias entre regiones
El consejero de la compañía observa diferencias notables entre regiones en la forma en que afrontan el reto de la transición hacia la movilidad eléctrica. “Cataluña y Madrid muestran un compromiso más sólido, con planes de acción concretos y mayor penetración del vehículo eléctrico. También hay buenas prácticas en el País Vasco, especialmente en materia de permisos industriales. Otras comunidades están dando sus primeros pasos”, detalla.
Los municipios, según el directivo, desempeñan un papel esencial, y su disposición a aceptar declaraciones responsables en este tipo de proyectos marca la diferencia a la hora de reducir los tiempos de desarrollo de las estaciones.
Sensibilidad hacia la carga ultrarrápida
Según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones, España cuenta con unos 48.000 puntos públicos de recarga, de los cuales 13.700 no están operativos por falta de conexión a la red. Solo 4.379 (9,1%) pueden considerarse “ultrarrápidos” (superior a 150 Kw), según el reglamento AFIR, una normativa de la Unión Europea.
Esta carencia, apunta Langezaal, alimenta la “ansiedad de autonomía” entre los conductores y empuja a muchos hacia los híbridos, que, según él, no contribuyen plenamente a la transición energética del sector ni a la reducción de emisiones.
“España necesita atraer inversión para desplegar miles de puntos de recarga rápida”, manifiesta. El directivo está convencido de que el capital privado jugará un papel decisivo si se garantiza un entorno regulatorio estable y ágil. A su juicio, la colaboración público-privada es la vía más eficaz para acelerar el despliegue. “Con mayor seguridad normativa y menos trabas administrativas, el sector privado podría triplicar el ritmo actual e incluso cumplir los objetivos europeos antes de 2030″, concluye Langezaal.

